Sí alemán al matrimonio gay
El Parlamento aprueba la equiparación legal tras el súbito viraje de Merkel
Alemania ingresó ayer en el aún reducido grupo de países del mundo, la mayoría occidentales, donde gais y lesbianas pueden casarse. El Bundestag (cámara baja del Parlamento) aprobó la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo, tras un meteórico proceso de toma de consideración del asunto –ha sido cosa de apenas una semana– de innegable sabor electoral .
Pero no por ello la alegría ha sido menor entre los nuevos depositarios de ese derecho, después de que la Ehe für alle (matrimonio para todos, ese es el lema de sus defensores) se aprobara por 393 votos a favor, 226 en contra y 4 abstenciones. La canciller democristiana, Angela Merkel, que sin haberlo planeado ha propiciado este desenlace, votó ayer en contra. Era además el último día de sesiones en el Parlamento antes de las vacaciones, con las elecciones del 24 de septiembre ya en el horizonte, en las que Merkel aspira a un cuarto mandato.
El texto estipula que “el matrimonio se contrae de por vida entre dos personas de sexo diferente o del mismo sexo”. Fue aprobado gracias al respaldo total de tres de los cuatro partidos representados en el Bundestag –el socialdemócrata SPD, los izquierdistas de Die Linke, y Alianza 90/Los Verdes–, y también gracias a una parte de los diputados de la democristiana CDU de Merkel y de su socia socialcristiana bávara CSU (que forman un solo grupo parlamentario), partidos que dieron libertad de voto.
El diputado democristiano JanMarco Luczak llamó a sus correligionarios a votar sí. “Sería absurdo tratar de proteger el matrimonio impidiendo a la gente que se case”, razonó Luczak. La Constitución alemana indica que “el matrimonio y la familia se encuentran bajo la protección especial del Estado”, pero Merkel sostuvo ante la prensa que, a su juicio, “el matrimonio es, a la luz de la Constitución, una unión entre un hombre y una mujer”, y que por eso había votado en contra. Sin embargo, se mostró a favor de que las personas homosexuales puedan adoptar niños. La canciller dijo también que confía en que la medida genere “más paz y cohesión en la sociedad”.
Desde el 2001 las parejas de gais y lesbianas podían inscribirse como uniones civiles, con varios derechos similares a los del matrimonio, pero sin sus ventajas fiscales y sin poder adoptar. Con el nuevo texto –pendiente de ratificación en
Apremiada por la pugna electoral, la canciller abrió la puerta a la legalización, pero votó no
el Bundesrat (cámara alta), trámite que puede darse por sentado–, tendrán los mismos derechos que las parejas heterosexuales.
El resultado de la votación fue celebrado en el Bundestag con aplausos, con confeti lanzado en la bancada de los Verdes, y con abrazos emocionados en la tribuna del público. Pero pese a la felicidad reinante en el grueso del hemiciclo, hubo también duros reproches, formulados con especial brío por el SPD, socio de Gobierno de la democristiana Merkel en esta legislatura que se encamina a su fin. “Señora Merkel, no puedo ahorrarle esto: ha sido vergonzoso, ha sido embarazoso. Desde el 2005 usted ha apoyado la discriminación de las lesbianas y los gais, y nunca hizo nada por la igualdad legal; hoy ni siquiera quería usted que el tema se incluyera en la agenda de la sesión”, acusó el diputado socialdemócrata Johannes Kars, quien concluyó, airado: “Es vergonzoso, es embarazoso, y honestamente, señora Merkel, ¡gracias por nada!”
En verdad, hace una semana poco podía imaginar la canciller –y