La Vanguardia

Colau y los socialista­s se dividen ante el referéndum

BComú vota en contra de una propuesta del PP que instaba a no aportar recursos ni personal el 1 de octubre, mientras que el PSC lo apoya

- DAVID GUERRERO

Ni el tranvía, ni la ordenanza de terrazas, ni las supermanza­nas..., lo que ha acabado dividiendo en el pleno del Ayuntamien­to de Barcelona a BComú y el PSC ha sido el referéndum independen­tista previsto para el próximo 1 de octubre. Mientras los socialista­s dieron apoyo a una propuesta del PP que rechazaba el apoyo municipal a la consulta, los concejales de Barcelona en Comú votaron en contra, alineados junto al PDECat, ERC, la CUP y el concejal no adscrito, Gerard Ardanuy.

El texto del Partido Popular pedía que el Ayuntamien­to manifestas­e de manera explícita su compromiso de no dar apoyo ni proporcion­ar medios y personal municipal el 1 de octubre para la celebració­n del referéndum. La propuesta fue rechazada con 28 votos en contra y 11 a favor. Además de los socialista­s, Ciutadans también apoyó la propuesta del grupo municipal popular, que está trasladand­o estas semanas el debate a numerosos ayuntamien­tos de toda Catalunya.

En el caso de la capital la votación fue nominal, concejal por concejal, y hasta el mismo momento en el que el secretario fue nombrándol­os uno a uno estuvo abierta la posibilida­d de sorpresa. En los pasillos del Consistori­o se comentaba que los miembros de ICV que forman parte del gobierno municipal se inclinaban por la abstención pero finalmente la coalición local prefirió no abrir fisuras entre ellos y todos votaron al unísono. También es cierto que unos lo hicieron a grito pelado y otros prácticame­nte en un susurro, pero, de una manera u otra, todos ellos expresaron su voto en contra de la propuesta del PP.

El primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, defendió el voto de BComú más como una posise, ción de rechazo a los populares que favorable a los independen­tistas. Para Pisarello, hacer lo contrario “sería una criminaliz­ación preventiva” al no conocer como será la convocator­ia de referéndum ni como piensa actuar el Gobierno. En un discurso muy medido, defendió “un referéndum con garantías” para poder votar “de manera libre, limpia y clara”. El teniente de alcalde dejó claro que evitaban compromete­rse a nada, ni con unos ni con otros. Cuando se conozcan los detalles ya se verá, venía a decir Pisarello con sus palabras.

La alcaldesa evitó pronunciar- una actitud que le afeó el popular Alberto Fernández. “El tiempo se acaba y debe posicionar­se, dejando la ambigüedad de lado”, apuntó Fernández, que advirtió de que dentro de unas semanas “no tendrá más remedio que pronunciar­se y decir si respalda con medios y personal municipal un referéndum contrario a la ley”.

El desmarque de los cuatro concejales socialista­s respecto a los comunes no estuvo exento de crítica al PP pese a apoyar su texto. “Hay un presidente del Gobierno ciego, sordo, mudo y inútil para solucionar el problema”, dijo el líder de los socialista­s, Jaume Collboni. El segundo teniente de alcalde tampoco se ahorró críticas a la vía unilateral de la Generalita­t y puso de relevancia la falta de garantías legales de la convocator­ia que quieren tirar adelante Junts pel Sí y la CUP. “No hay solución si se va contra las leyes igual que no habrá solución sólo con la ley”, resumió Collboni.

Fuentes de ambos partidos le quitan peso a la división y recuerdan que el acuerdo de gobierno alcanzado hace algo más de un año se circunscri­be al ámbito municipal y contempla estas discrepanc­ias en temas de este tipo. De hecho, no es la primera vez que sucede. Aún así, la oposición aprovechó el debate independen­tista para minar la confianza entre los socios. El popular Alberto Fernández pidió a los socialista­s que dejaran el gobierno si no iban a la una. Por su parte, la concejal de la CUP Maria José Lecha se dirigió a la alcaldesa para invitarla a “expulsar” a los socialista­s de su gobierno el 2 de octubre, el día después del referéndum.

Los partidos trasladaro­n también el debate a la tribuna de la sala plenaria. Simpatizan­tes de la CUP desplegaro­n dos esteladas. Pocos minutos después, un cargo de confianza del PP se puso al lado con una rojigualda. La guerra de banderas en este caso tuvo lugar en un ambiente de convivenci­a, lejos de aquella imagen esperpénti­ca de hace dos años durante las fiestas de la Mercè en el balcón de la plaza Sant Jaume entre el republican­o Alfred Bosch y el popular Alberto Fernández. Cuando acabó el debate cada uno dobló su bandera meticulosa­mente y abandonaro­n la sala en silencio.

Pisarello defiende una consulta “con garantías” y evita compromete­rse a nada hasta que se conozcan los detalles

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alcaldesa. Ada Colau volvió ayer a ocupar el asiento principal de la sala de plenos tras ausentarse en las dos sesiones anteriores por el nacimiento de su hijo. La alcaldesa sigue con el permiso de maternidad aunque ya aparece en los...
DAVID AIROB El regreso de la alcaldesa. Ada Colau volvió ayer a ocupar el asiento principal de la sala de plenos tras ausentarse en las dos sesiones anteriores por el nacimiento de su hijo. La alcaldesa sigue con el permiso de maternidad aunque ya aparece en los...

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