Peralada celebra a Béjart
La compañía del gran coreógrafo francés abre el festival del Empordà redescubriendo su danza
Maurice Béjart, uno de los grandes de la danza del siglo XX, falleció hace diez años, pero la compañía que fundó hace justo tres décadas, el Béjart Ballet Lausanne, sigue llevando sus coreografías, piezas fabulosas y vitales como Bolero o La consagración de la primavera, por todo el mundo. El jueves y el viernes, serán los encargados de inaugurar la XXXI edición del Festival Castell de Peralada, y lo harán con una celebración que mezcla herencia y futuro. Por un lado, interpretarán una nueva pieza coreografiada por el que fue durante años bailarín principal de la compañía de Béjart y hoy es su heredero, Gil Roman (Alès, 1960). Por otro, habrá todo un homenaje al maestro titulado
Béjart fête Maurice (Béjart celebra a Maurice), que reúne una decena de fragmentos de algunas coreografías míticas pero que no son las más populares para el público y que permiten redescubrir su danza, explicó ayer el director del festival de Peralada, Oriol Aguilà.
Aguilà recordó junto a Gil Roman que es la cuarta vez que la compañía visita el certamen del Empordà y señaló también que este año la danza será una de las grandes protagonistas del festival: lo abre con Béjart, lo cierra con la compañía cubana Acosta Danza, dirigida por el que fuera estrella del Royal Ballet Carlos Acosta, y también se verá la visión del coreógrafo francés Thierry Malandain sobre La bella y la bestia.
Roman destacó que han elegido el programa de la inauguración de Peralada porque muestra exactamente lo que hace hoy la compañía. Para empezar, una pieza nueva estrenada este año: t’M et variations,
inspirada en las cartas personales que Béjart le enviaba a Roman casi cada día y que él, confiesa, no respondía jamás. “Es una especie de diario, mi manera de responderle a través de los bailarines, de su vitalidad y de la escritura”. Una obra en la que ha buscado una estética simple y radical en la que parezca que no hay ni luces ni trajes y que tiene dos músicos en escena junto a los bailarines. Dos percusionistas, uno más jazzístico y otro especializado en ritmos africanos. Dos músicos que crean sus propios instrumentos y con los que los bailarines, dice, han de poder jugar. “No hay dos actuaciones iguales, es un montaje muy vivo, muy libre, basado en los tempos, los ritmos, con una parte fija y otra aleatoria, y los bailarines han de trabajar como con el jazz, haciendo variaciones, adaptándose”, razona Roman. Y tras la novedad, la tradición:
Béjart Fête Maurice, que es un panorama de la obra de Maurice “muy festivo con diferentes personajes y temas que Maurice ha abordado y adorado”. Escenas de conjunto y pasos a dos que incluyen fragmentos de Hamlet, con música de Duke Ellington; de Bhakti, con música religiosa hindú; de 1789... et nous, con el tercer movimiento de
la Novena de Beethoven; de Héliogabale, con música tradicional del Chad... o de Dibouk, con ritmos tradicionales judíos, “una pieza muy poco representada, que es magnífica coreográficamente. La gente conoce el Bolero y La consagración ,y mi deber es hacerle descubrir muchas de sus maneras de hacer, porque Maurice no era sólo uno. Tenía capacidad de saltar entre estilos, tuvo muchos. Podía hacer las cosas más clásicas cuando era considerado el coreógrafo moderno de su época, y luego las más contemporáneas cuando le consideraban ya un clásico”, sonríe Roman.
Diez años después de hacerse cargo de la compañía, el coreógrafo francés reconoce que tuvo que batirse para sacarla adelante porque Béjart “tenía muchos fans que lo enterraron al día siguiente de morir”. Ahora, destaca, él lleva las coreografías del maestro y las suyas propias por todo el mundo y, sin darse cuenta, ha pasado ya una década entera respetando la herencia, pero también poniéndola en cuestión e inspirándose en ella para avanzar.
El programa aúna una nueva pieza jazzística con un panorama de los estilos del maestro
“Béjart tenía muchos fans que lo enterraron al día siguiente de morir”, ironiza Roman