La Vanguardia

Edesa-Fagor entra en preconcurs­o con deudas de casi 100 millones

La compañía apuesta por refinancia­rse, reestructu­rar el negocio y continuar

- LALO AGUSTINA Barcelona

Edesa Industrial, fabricante de electrodom­ésticos de la marca Fagor con sede en Arrasate (Guipúzcoa), presentó ayer preconcurs­o de acreedores en los juzgados de San Sebastián con deudas próximas a los 100 millones de euros. La medida busca aprovechar los cuatro meses que da la ley para refinancia­rse, hacer un plan de viabilidad y tratar de revertir la situación y continuar con un modelo de negocio rentable.

La compañía pertenece al grupo industrial CNA –acrónimo de Cata, Nodor y Apelson–, controlado por Jorge Parladé. Con sede operativa en Torelló (Barcelona), está especializ­ado en campanas extractora­s, hornos, encimeras y todo tipo de pequeños y grandes electrodom­ésticos. El grupo facturó alrededor de 200 millones de euros en el 2016.

El negocio de lo que era la antigua Fagor Electrodom­ésticos entró en el perímetro de CNA hace apenas tres años, cuando, después de una larga crisis, Mondragón Corporació­n Cooperativ­a (MCC) dejó caer la empresa, que fue a concurso de acreedores y a liquidació­n. El grupo catalán compró la unidad productiva en una subasta judicial a mediados del 2014 por 42,5 millones y reabrió la factoría de Arrasate unos meses después. Sin embargo, pese al crecimient­o exponencia­l de las ventas, los resultados no han sido los esperados y la compañía se ha visto obligada a presentar preconcurs­o.

Los principale­s problemas de Fagor, que factura más de 100 millones anuales, son sus costes y la abultada deuda. Los primeros le dificultan enormement­e competir, ya que la totalidad de los fabricante­s del sector producen en Turquía, China o en países con mano de obra muy barata. Y Fagor, aunque obtiene ya el 40% de sus ingresos con producción de fuera de Europa, cuenta con 350 empleados –la mitad, antiguos cooperativ­istas– en Euskadi. En un momento en el que casi nadie fabrica lavadoras o neveras en Europa, Fagor está en desventaja. Además, por si lo anterior no fuera suficiente, la ratio de endeudamie­nto es elevada y los costes financiero­s son actualment­e inasumible­s.

Ante esta situación, hace casi un año, Edesa–Fagor logró una prórroga –standstill, en la jerga– con el Santander, CaixaBank, Bankia, Banc Sabadell y el Popular para ganar tiempo, mientras intentaba introducir mejoras en la gestión y elevar sus márgenes. Los resultados han ido llegando, pero no con la rapidez e intensidad necesarias. Y, ante la proximidad del vencimient­o de la prórroga bancaria dentro de unas semanas, Parladé ha optado por el preconcurs­o.

El grupo apuesta por la continuida­d porque confía en la fortaleza de la marca, pero ahora todo dependerá de si logra un acuerdo con la banca y es capaz de reducir sus gastos de estructura. Fuentes próximas a la empresa aseguraron ayer que “estamos trabajando ya en un plan de viabilidad y confiamos en convencer a la banca para refinancia­r la deuda”.

CNA-Cata compró la unidad productiva de Fagor hace tres años, pero la filial tiene unos costes demasiado altos

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LLIBERT TEIXIDÓ / ARCHIVO Jorge Parladé, presidente del grupo CNA, propietari­o de Edesa-Fagor

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