‘Semana roja’ en Canarias
Alexis Ravelo da un salto a la novela histórica y narra la ‘semana roja’ de La Palma, los días en que la rebelión franquista fracasó en las islas
El novelista Alexis Ravelo recupera en Los milagros prohibidos la memoria de los primeros días de la Guerra Civil en el archipiélago canario, cuando un error de comunicación de los fascistas permitió al gobierno armarse y resistir durante una semana el ataque de los militares amotinados.
Otra novela sobre la Guerra Civil española. Uno no puede reprimir un largo resoplido de elefante ante las expectativas que despiertan las 327 páginas de Los
milagros prohibidos de Alexis Ravelo. Encima se desarrolla en la isla de La Palma, en el quinto pino, en un escenario claustrofóbico, en poco más de 700 kilómetros cuadrados de principalmente rocas volcánicas: no encontrarán un lugar tan pequeño donde todos los caminos se hacen tan largos.
La Palma es un rincón paradisiaco que, si se te atraganta, se torna muy inquietante.
Además, se supone que el autor de Los milagros prohibidos es de los buenos, que hay que darle una oportunidad, que si le ha dado por aquí pues… El tinerfeño ganó el premio Hammett, el Tormo de Las Casas Ahorcadas, el Novela Negra Ciudad de Getafe… Y también escribió muchos cuentos, obras de teatro, historias para niños y también para jóvenes. Y de chaval fue camarero y… Ahora va y todo inquieto da un salto a la novela histórica. Afortunadamente se lee muy deprisa. Hasta los más reticentes podrán terminarla sin esfuerzo.
¿Recuerdan Señales, la película de M. Night Shyamalan? Cuenta las peripecias de una familia de granjeros de Pennsylvania durante una invasión alienígena del planeta. Están muy lejos del meollo. Su granja está tan aislada que no tienen ni idea de lo que pasa en el resto del mundo, de cómo va la invasión… “La
semana roja de la isla de La Palma fue un episodio relativamente poco conocido de la Guerra Civil, sobre todo poco conocido en la Península”, detalló unos pocos días atrás el propio Alexis Ravelo.
El autor pasó un par de días en Barcelona promocionando este lanzamiento de Siruela, disfrutando en plan campechano de las exageraciones a cámara rápida de la gran ciudad, sorprendiéndose del bullicio que algunas librerías muy cucas del centro de la urbe presentan durante las mañanas de los días laborales, de que algunas de ellas incluso disponen de cafetería, cocina
“El levantamiento pinchó porque el telegrafista llevó el mensaje al delegado del gobierno, no al capitán”
y un patio al fondo donde, además de comer y beber, uno también se puede fumar un pitillo tras otro.
“Durante mucho tiempo, hasta prácticamente los 80, el recuerdo del episodio de la semana
roja de La Palma sólo fue recogido por la memoria chica de la isla, por el boca a oreja. Hace mucho que quería escribir esta historia. En un primer momento el levantamiento no triunfa porque el telegrafista no lleva el mensaje al capitán, sino al delegado del gobierno, que forma una milicia de tres mil hombres en defensa de la República. Y en Tenerife tardan tres días en enterarse de que el levantamiento no triunfó ni en La Palma ni en la Gomera”. Pero aquella semana roja apenas duró… “El 25 de julio arribó al puerto de Santa Cruz de La Palma el cañonero Canalejas con órdenes de someter la capital. Para evitar una confrontación en la ciudad y creyendo que los refuerzos llegarían pronto, los milicianos huyeron al monte y allí, atrapados en la isla pero protegidos por su orografía, se convirtieron en los primeros maquis. Sí, estas islas son como cagaditas en el mapa, pero por dentro son infinitas, abruptas, muy peligrosas. ¡Los castellanos tardaron 20 años en conquistar Tenerife! En los 40 aún había alzados en las montañas”.
Ravelo nos cuenta esta historia a pie de risco, desde el punto de vista de sus protagonistas, desde su aislamiento y circunstancia,
“¡Los castellanos tardaron 20 años en conquistar Tenerife! En los 40 aún había alzados en las montañas”
desde muy cerca. Y para ello recupera de un modo muy cuidadoso el léxico de aquel momento, sus costumbres más cotidianas, su manera de comer y cocinar, su ropa… Al cabo de muy pocas páginas el autor ya consigue que el cantarín acento de aquellas tierras resuene todo el rato en los sesos del lector. Uno viaja. Ravelo comenzó a documentarse hace seis años, y a escribir Los milagros prohibidos hace dos.
“Quería contar la historia desde el punto de vista de sus protagonistas, como si la contaran ellos, mirando el mundo con los ojos de otro”. Los milagros prohibidos es también la historia de un triángulo amoroso en torno a Emilia. A un lado está Agustín, su marido, el maestro republicano huido por el monte… Y al otro Floro, el falangista que lo persigue, que rastrea sus huellas… Y a pesar de que las afinidades y simpatías políticas del autor construyen los personajes, a la postre no son tan maniqueos como cabría esperar.
“Sí, es verdad que ya se escribieron muchos libros sobre la Guerra Civil, pero entiendo que la mayoría se hicieron interpretando la historia desde el presente. Yo quiero transmitir esa sensación de aislamiento e incertidumbre que por aquellas fechas se vivía en la isla. Creo que en aquellas montañas se escondieron muchas claves que nos permitirán entender mejor qué pasó en aquella guerra… y lo que pasó después…”.
Alexis Ravelo también dice que sí, que estos parajes se pueden tornar muy inquietantes, pero que los isleños vencen la claustrofobia mirando al horizonte, al infinito.