El móvil se lo come todo
El teléfono inteligente ha revolucionado la industria electrónica en diez años
Han bastado diez años para que los teléfonos inteligentes, encabezados por el iPhone, dominen el sector de la electrónica, adueñándose de numerosas funciones que antes realizaban otros aparatos.
Esta semana se han cumplido diez años del lanzamiento del iPhone, el prototipo que ha popularizado el teléfono inteligente. Hoy hay casi 2.000 millones de usuarios con móviles de tales características en el mundo. Casi nadie podía prever la repercusión que iba a tener este aparato, tal vez ni el mismo Steve Jobs. Como afirma Le Monde , el smartphone se ha convertido en el “aspirador de todas las necesidades diarias”.
Si echáramos la vista atrás, en un escritorio de oficina de hace una década veríamos una cantidad de objetos que hoy nos parecen arcaicos. El móvil lo agrupa todo. “El smartphone ha tenido un impacto profundo en la industria. Desde un sinfín de aplicaciones que nos ayudan en tareas frívolas o importantes hasta su uso para disfrutar de la realidad virtual, se ha convertido en el aparato más versátil de la revolución digital”, reconocía Gary Shapiro, presidente de la Consumer Electronic Association de EE.UU.
En un estudio, este organismo ha cuantificado este “efecto sustitución”. Por ejemplo, en diez años las ventas de los lectores mp3 se han desplomado (-87%), así como los GPS portátiles (-80%) –golpeados por las aplicaciones de geolocalización del teléfono–. Por no hablar de las cámaras compactas (-66%), víctimas de smartphones que ofrecen ahora millones de píxeles. Y sin olvidar los relojes. Como dijo al respecto Olvier Strip, vicepresidente de Chanel, “todas las marcas están muy nerviosas porque los más jóvenes empiezan a cuestionar su uso”.
A esta lista podríamos añadir objetos secundarios que han sido absorbidos por el teléfono (despertadores, linternas), accesorios casi desaparecidos (agenda electrónica) e incluso algunas frivolidades. Hay un gráfico (fuente: Euromonitor) que relaciona el nacimiento del smartphone con un descenso en el consumo de chicles. Se han desplomado en la última década hasta un 16%. ¿Coincidencia? Al parecer, el móvil ha ido ocupando gran parte del tiempo libre. Antes en una cola uno podía entretenerse masticando. Ahora basta con teclear.
Hal Varian, economista jefe de Google, ha llegado a formular la siguiente paradoja: “Se puede llegar a la conclusión de que la introducción del smartphone ha reducido el PIB del mundo”. No obstante, el teléfono inteligente también ha permitido el nacimiento de nuevas empresas como Uber y el universo de la economía colaborativa. Y pueden nacer aún más cosas en los próximos años.
“Creo que esta tendencia continuará en los próximos años. El móvil es el hub central de nuestro mundo. Preveo que en el futuro tendrá más capacidades. Por ejemplo, podremos controlar el termóstato, la vajilla y la televisión de forma habitual”, pronostica el analista de la consultora Gartner Tuong H. Nguyen. “En particular, uno de los aspectos salientes involucrará el habla y la inteligencia artificial. Habrá nuevas maneras de interactuar con el móvil, más allá del tacto. Podemos hablar al aparato y él será inteligente para entender lo que queremos, mucho más de lo que ya puede hacer ahora”, añade.
Con todo, este experto cree que hay unos límites. De hecho, las innovaciones que se incorporan en el smartphone se han ralentizado en los últimos años, como si estuviéramos cerca de un techo. “La cuestión es qué quiere hacer el usuario, cuándo y cómo. Por ejemplo, desbloquear un teléfono y bajarse una aplicación es más farragoso que usar directamente ciertos aparatos. Y para medir el ritmo cardiaco hay sensores más funcionales que un programa en un móvil”.
En este sentido, Pedro José Diezma López, profesor del Instituto de la Economía Digital de ESIC y fundador de la empresa Zerintia, subraya que al móvil le surgirán nuevos competidores. “El móvil no deja de ser un ladrillo que llevamos en el bolsillo. El reto será convertir en inteligentes objetos que ahora no lo son y que tendrán una segunda vida, como por ejemplo las gafas con la realidad aumentada o la ropa, a la que se aplicarán sensores de nueva generación”, opina.
Para este académico, las mayores innovaciones del smartphone de la década que viene procederán de los materiales, como el grafeno. “Las baterías durarán una semana, el dispositivo será flexible y más resistente, casi indestructible”, indica.
El progreso sigue su camino, pero, como escribe la ensayista Anna Grossman en su libro Obsolete, también despierta alguna duda. “El cambio que se ha producido entre las dos últimas generaciones es mucho más drástico que los anteriores. Es verdad que con la tecnología hemos arreglado muchos problemas, pero a lo mejor no hacía falta solucionar algunos de ellos”.
El móvil ha absorbido otros dispositivos, desde cámaras de fotos hasta despertadores
El desarrollo de las ‘wearables’ y de las gafas amenaza su liderazgo
El habla y la inteligencia artificial serán las próximas funciones de este aparato