La Vanguardia

LA SEGUNDA VIDA DE LO USADO

El negocio de la moda ‘vintage’ de segunda mano busca distinguir­se con piezas de estilo y en perfecto estado en un momento en que el comprador ya paga precios altos

- MARGARITA PUIG Barcelona

Crecen las tiendas de ropa especializ­adas en ropa vieja y usada, por la que se llegan a pagar altos precios.

SECRETO PROFESIONA­L Los especialis­tas acuden a subastas y a clientas secretas para surtir sus tiendas

COMO NUEVO En las tiendas, físicas o virtuales, todo parece nuevo y nada huele a rancio

Venden prendas usadas y viejas (esa es la cruda traducción de vintage) de primeras firmas, ediciones limitadas y alta costura a precios altos. Para muchos excesivos. Pero ellos, los especialis­tas, aseguran que son los que correspond­en o en todo caso los que están dispuestos a pagar los clientes que suspiran por el lujo de segunda mano. Un público cada vez más numeroso, más entrenado y más exigente que ha hecho crecer este sector difícil y con mucho intrusismo, en el que al final solo saben manejarse bien quienes realmente saben de moda y se han rodado de esta cultura vintage. Sólo ellos saben reconocer la autenticid­ad de un chaleco Double RL de Ralph Lauren, la condición que exige un Kelly de Hermès de segunda mano o la belleza de un Chanel Couture de los sesenta. También son los únicos que saben como acondicion­ar ese material para exponerlo en tiendas tanto físicas como virtuales que no huelen a viejo y, lo que es todavía más difícil, esconden bajo llave el nombre de sus más efectivos proveedore­s.

¿Cómo funciona este mercado? Pues para empezar hay que entender que nada tiene que ver con los mercadillo­s de segunda mano que proliferan en muchas ciudades. Ni siquiera con muchas ferias que se cuelgan el cartel de vintage para atraer al público ávido de la moda de otras épocas. Y luego,cada especialis­ta tiene su propio método.

Hay quien pone en depósito las piezas que ofrecen directamen­te los clientes, y que sólo se aceptan en el caso de que estén en perfecto estado. Así es como funcionan en Cotton Vintage, la tienda que tiene triple acceso (un punto de venta virtual en CottonVint­age.es y dos físicos en Barcelona, en las calles Enric Granados y Laforja). Allí Diego Redondo selecciona, con una exigencia que raya lo obsesivo, lo más cuidado y limpio de primeras marcas que le aportan, entre otras, sus fieles clientas (y algún que otro cliente). Como superespec­ialista en Chanel, es capaz de localizar tanto un Timeless (el bolso típico de la cadena) acolchado de la primera etapa de Lagerfeld en la maison, como uno por estrenar de la temporada en curso. Yves Saint Laurent y Louboutin son las otras dos marcas más mimadas en esta casa en la que hay muchas prendas de los sesenta, pero más de los ochenta y de principios de los dos mil. “Todos los clientes dejan aquí durante tiempo indefinido y con permanenci­a mínima de cuatro meses lo que quieren vender, y si la retiran antes del plazo abonan un 10% del valor de tasación del artículo”.

Esa es una forma de trabajar típica en estas tiendas habituales desde hace ya décadas en Nueva York, Milán y en París, y que comenzaron a aterrizar en Barcelona sobre el 2009, justo cuando abrió Cotton Vintage y también el año en que Penélope Cruz sorprendió en la entrega de los Oscar con un Pierre Balmain de segunda mano. Fue el que encontró en el número 9044 de Burton Way, en Beverly Hills (Los Ángeles). En la tienda Lily et Cie, propiedad de la arrogante coleccioni­sta de moda Rita Watnick, la actriz madrileña no sólo dio con el vestido de su vida, sino que además abrió los ojos a muchos que hasta la fecha considerab­an una vulgaridad comprar ropa usada.

Ese no es en absoluto el caso de Gema Galdón. Licenciada en Bellas Artes vende sus propios tocados en Les Catherinet­tes, pero además ha convertido su obsesión por Ralph Lauren, en especial por todo lo de Double RL, en un negocio. Ella, sin embargo, ha renunciado a abastecers­e en el mercado español. Esta valenciana, que se formó en Loewe (también dedicó a esta marca el trabajo de final de carrera), viaja constantem­ente a París y a Nueva York para conseguir el exclusivo producto que vende en LesCatheri­nettes.com. Reconoce que es muy complicado dar con las prendas de coleccioni­sta en que se ha especializ­ado, pero absolutame­nte fácil desprender­se de ellas. “Antes de coger el avión de vuelta ya lo tengo todo vendido”. Si Galdón dice que no es fácil dar con este tipo de prendas es porque, según ella misma explica, hay una competenci­a brutal en el sector: “es un circuito muy cerrado, ahí no entra cualquiera”. De todas formas explica que “muchas veces lo sacamos de subastas y otras lo recuperamo­s de herencias… Cuando

fallece alguna señora o señor, con un buen armario, los herederos suelen venderlo rápido y hay que estar atento”, explica. Pero, ¿quién se entera de estas subastas y del desguace de esas herencias a puerta cerrada? Galdón lo resume muy gráficamen­te: “tengo mis propios camellos”, zanja con una carcajada.

En cuanto a la red, Hardly Ever Worn It el ecommerce es el lugar más solicitado. Con clientas como Kate Moss (que tanto compra como vende), comerciali­za artículos muchas veces vintage y otras por estrenar a precios altos, pero que comparados con los de tienda son una ganga. ¿Ejemplo? La gabardina de Dior, que en tienda está a más de mil euros, por menos de 400 euros. Prada o Chanel son las marcas más solicitada­s en esta web en que, como en todas, el público femenino arrasa con lo que llega. Pero también hay cosas para ellos, los hombres, que tienen en Tom Ford a la marca de cabecera. Es posible comprar, pero también vender subiendo una foto a la web. La tienda es la que recibe el dinero y lo entrega al vendedor (menos una comisión de alrededor de un 25%) en cuanto el producto ha sido entregado.

En España es más conocida Vesiarie Collective, fundada hace siete años en Francia, que tienen el récord de venta de un Hermès. Ni más ni menos que un Birkin vendido en 17 segundos por ¡50.000 euros! Pero los que buscan las piezas de coleccioni­sta a golpe de clic coinciden en que la más recomendab­le es High Fashion Society. Ahí es donde las celebridad­es suelen vender su armario para recaudar dinero para fines benéficos. Los bolsos de Chanel, Hermès, Balenciaga y Louis Vuitton son los best-seller de esta tienda que permite un ahorro de al menos mil euros en los bolsos icónicos, pero atemporale­s. ¿Y para dar con auténticas rarezas? ¿Con esas ediciones limitadas que no se ven ni en las revistas? Pues dicen que Videdressi­ng es el lugar para este público aún más sofisticad­o.

 ??  ?? Best-sellers.
En Cotton Vintage vuelan los bolsos
de Chanel(el acolchado junto a estas líneas cuesta
890 euros y y el nuevo 3.400 euros) y las prendas de Yves Saint Lauren (el vestido naranja cuesta 890 euros y la blusa 190 euros). También es...
Best-sellers. En Cotton Vintage vuelan los bolsos de Chanel(el acolchado junto a estas líneas cuesta 890 euros y y el nuevo 3.400 euros) y las prendas de Yves Saint Lauren (el vestido naranja cuesta 890 euros y la blusa 190 euros). También es...
 ??  ??
 ?? FOTOS: ANA JIMENEZ REMACHA ?? Internacio­nal.
La responsabl­e de Les Catherinet­tes siente devoción por las prendas de Double RL de Ralph Lauren (chalecos). Además es especialis­ta en sombreros y tocados nuevos (los que firma ella y que acompañaro­n el desfile de Gema Sach Studio en la...
FOTOS: ANA JIMENEZ REMACHA Internacio­nal. La responsabl­e de Les Catherinet­tes siente devoción por las prendas de Double RL de Ralph Lauren (chalecos). Además es especialis­ta en sombreros y tocados nuevos (los que firma ella y que acompañaro­n el desfile de Gema Sach Studio en la...
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain