Perros agresivos colman la protectora de Figueres
El centro de la capital del Alt Empordà cuenta con una cincuentena de canes potencialmente peligrosos y no admite más de esta raza por falta de espacio
Mientras unos yacen tumbados o sacan el hocico entre las rejas moviendo la cola, otros parecen estar más predispuestos a la agresividad. El gruñir de Tona, Rombo o Martín se oye de lejos. Ladran en tono furioso y enseñan los dientes. Los tres son potencialmente peligrosos y desde hace tiempo residen en la protectora de Figueres. La entidad denuncia que está saturada de esta tipología de perros –suponen una cuarta parte del total– y además son canes que no tienen salida al no conseguir darlos en adopción.
“Se pusieron de moda. Sus propietarios los compraron por internet. Con el tiempo crecen y los dejaron en la calle con el riesgo que esto conlleva. Pesan 40 o 50 kilos y muestran una agresividad propia. Desgraciadamente, los han utilizado para otros usos como enfrentamientos y ahora no los quieren”, denuncia Alberto Márquez, presidente de la protectora.
De los 150 ejemplares que habitan en el centro, una cincuentena son potencialmente peligrosos y de razas como pitbull, dogo, rottweiler, american stanford y cruzados. La mayoría llevan más de dos años y “corren el riesgo de pasarse aquí toda su vida”, recalca Márquez. Su carácter dominante obliga a aislarlos y a ponerlos en jaulas separadas –con un máximo de tres o cuatro– para evitar reyertas y eso genera a la protectora problemas de espacio. Muchos de los posibles adoptantes, además, cuando ven que hay que tener una licencia y todo lo que implica quedarse un perro así, dan marcha atrás.
“La protectora no es un hotel ni un resort.
Nosotros tendríamos que ser un lugar de paso para ellos”, lamenta Márquez, que para dar solución al problema ha llevado a cabo una prueba piloto con dos de los perros más dominantes. Los ha trasladado a la asociación Reborn, dedicada a ayudar a protectoras con casos límite, rehabilitando y tratando perros para socializarlos y conseguir cambiar su conducta a fin de que puedan optar a una adopción. Y el resultado ha sido un éxito. “Ya tienen familia. Hemos seleccionado otros dos pero están en lista de espera pendientes de ser aceptados”, comenta.
Aparte de recoger animales del Alt Empordà, esta entidad cubre también la comarca del Gironès y recibe perros procedentes del Centre d’Acollida de Girona. En concreto, de los 323 que recogió este centro municipal gerundense en 2016 un centenar se trasladaron a Figueres. Sin embargo, la protectora figuerense, que acoge también gatos, ya ha anunciado que no puede admitir más canes agresivos por déficit de espacio. Así que el Centre d’Acollida de Girona ha tenido que habilitar unas “instalaciones externas para poder alojar un número de animales superior a la capacidad de las actuales jaulas”, según detallan desde el Consistorio.
Otras asociaciones como la Canae de Figueres admiten que tampoco recogen más perros de raza peligrosa. “El problema nos lo comemos las protectoras”, asegura José Manuel Fernández, presidente de la entidad, quien subraya que “hay quien los compra en los países del Este por 200 euros cuando un ejemplar de esta clase puede alcanzar los 1.200 euros”. “Es una estafa. También se venden perros por internet diciendo que son de raza pero vienen del Este, mueren a los meses o llevan enfermedades”, añade Márquez.
Otras protectoras como la de Girona se suman a las quejas y reclaman “más inspección y más control” entorno a las razas agresivas.
El paseo es imprescindible para poder hacerles el día a día más llevadero a estos canes potencialmente peligrosos –muchos de los cuales han sido requisados en operativos policiales– mientras su casa sigue siendo la protectora. La entidad figuerense cuenta con un grupo de voluntarios que los traslada a un patio cercano, lugar donde juegan para descargar tensiones. Al volver a la jaula están mucho más tranquilos. Al menos, por un rato.
En una prueba piloto se ha socializado a dos de los canes más dominantes y se ha conseguido su adopción