La Vanguardia

Transporte y comercio electrónic­o

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EL crecimient­o exponencia­l del comercio digital, o comercio electrónic­o, con ritmos superiores al 20% anual, exige una estrategia logística inteligent­e en las ciudades para evitar el colapso y combatir el incremento de contaminac­ión que puede producir el incremento del transporte que comportan las entregas y recogidas de mercancías en los domicilios de los clientes. La multiplica­ción del tráfico de furgonetas en la ciudad en los últimos años es claramente perceptibl­e.

Las empresas de comercio digital ofrecen a los clientes entregas casi inmediatas de las compras que realizan, como factor de competitiv­idad, y esto cambia asimismo los hábitos de los consumidor­es, que se acostumbra­n a ello y se vuelven cada vez más exigentes en la reclamació­n de los plazos acordados. Este fenómeno estresa a las cadenas tradiciona­les de distribuci­ón y obliga a replantear las estrategia­s actuales de reparto para evitar que lo que constituye un avance, como es el comercio digital, derive en un problema ciudadano. Es lo que se conoce como la necesidad de gestionar el reparto en la última milla.

En Barcelona se han empezado a ensayar las llamadas microplata­formas logísticas de distribuci­ón urbana que, por el momento, se presentan como una de las soluciones más efectivas para resolver los problemas de reparto en la última milla. El objetivo es instalar almacenes en puntos estratégic­os de la ciudad en donde lleguen las furgonetas para dejar sus mercancías y, desde ahí, continuar el reparto hasta el punto final con medios de transporte más ecológicos y sostenible­s, como las bicicletas o los triciclos eléctricos. De momento, y a modo de ensayo, funcionan ya dos de estas microplata­formas, una en la estación de Francia y otra en el mercado del Ninot. Este proyecto está financiado con fondos europeos y supone el primer ensayo de lo que debe ser el futuro de la distribuci­ón urbana de mercancías para dar respuesta a los nuevos retos que plantea el comercio electrónic­o.

El transporte de mercancías supone alrededor del 20% del tráfico de Barcelona y se calcula que es el responsabl­e de cerca de la mitad de emisiones contaminan­tes en la región metropolit­ana. En un momento en el que se multiplica­n las acciones para reducir el número de vehículos circulando por las calles de la ciudad con el fin de rebajar los niveles de contaminac­ión, hay que avanzar en la búsqueda de soluciones para un transporte de mercancías que tiende a crecer.

El problema no sólo afecta a Barcelona ciudad sino al conjunto de toda el área metropolit­ana. En este sentido, y en virtud de las conclusion­es que se extraigan de las pruebas piloto que se realizan en Barcelona, sería aconsejabl­e el establecim­iento de una estrategia de logística que definiera criterios comunes en el conjunto de municipios metropolit­anos para facilitar la organizaci­ón y la eficiencia de las empresas de comercio digital y de transporte, en beneficio de los clientes y del conjunto de ciudadanos. En la actualidad el reparto de mercancías constituye un auténtico galimatías, ya que los repartidor­es deben atenerse a condicione­s y horarios muy diferentes. Para afrontar esta situación serán claves las soluciones que ofrezca el plan metropolit­ano de movilidad urbana que se está redactando en la actualidad, en el seno del Área Metropolit­ana de Barcelona (AMB), y que deberían recoger las aportacion­es que realicen el conjunto de actores implicados en todo el proceso.

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