¿Decepciones evitables?
REFORZAR LA ORIENTACIÓN EN SECUNDARIA
En primero de carrera se mezclan estudiantes decepcionados con la carrera escogida con jóvenes que no han entrado en una primera opción y cursan otra con la intención de volver a intentarlo el siguiente curso, con otros estudiantes que no han aprobado suficientes materias para continuar. Eso explica, a juicio de Ernest Pons, vicerrector de la UB, tanta movilidad. La decepción, una de las principales causas, podría evitarse con más orientación y autoconocimiento. En los últimos años los campus han invertido en programas específicos para adolescentes, con jornadas de puertas abiertas, talleres y otras acciones que permiten a los jóvenes
saborear ciertos conocimientos en la ESO. También se dan programas específicos para despertar vocaciones científicas o tecnológicas. “Pero la mayoría no llega con una idea real de lo que se va a encontrar”, indica Pons. “Carreras como criminología o periodismo tienen mucha demanda pero ¿cuántos saben qué van a estudiar?”, cuestiona. Por otra parte, existe la creencia de que en determinadas áreas de conocimiento como las ingenierías o la ciencia debería separarse a los alumnos en función de sus expectativas. Faltan centros para aquellos que quieren dedicarse a la investigación –y piden alta formación– y otros para los que quieren aprender una profesión, señala el vicerrector de la UPC, Antoni Ras. Para el vicerrector de la Autónoma Josep Ros, también pesa la falta de acompañamiento del alumno en sus estudios que podría suplirse con tutores y con más seguimiento algo que la universidad privada ofrece siendo la razón que ésta esgrime para explicar su bajo índice de abandono. Ros indica también que las metodologías innovadoras que se extienden en las escuelas deben entrar también en la universidad. En ocasiones, como sucede en filosofía, el abandono es atribuible a la falta de continuidad entre los estudios de bachillerato y la exigencia académica universitaria. Con todo, una parte del problema importante es el autoconocimiento del alumno. La elección de la carrera viene condicionada por una decisión tomada en 4.º de ESO, cuando se opta por los modelos de bachillerato. “La mayoría de jóvenes de 16 años no tienen una vocación definida”, explica Cristina Gelpí, vicerrectora de la UPF. A los 18 siguen sin encontrarse en situación de elegir y, sin embargo, las opciones de grados en los campus, aunque variadas, se presentan “cerradas e inflexibles” tras la matriculación. La UPF es el primer centro en instaurar el grado abierto, una fórmula que está valorando implantar la UAB.