El poder de la palabra ‘rebajas’
El único domingo de la campaña de descuentos se salda con un éxito notable en la mayoría de ejes comerciales
Mira, mira, casi no me lo creo ni yo. Me he comprado cinco jerséis de lana por 30 euros”, le suelta una joven a otra en una popular tienda de street moda. “Me he ido de rebajas, pero de rebajas de invierno”, sonríe. Es lo que tiene esta campaña comercial y en ello radica parte de su poder. Por muchos descuentos previos o líos de fechas y leyes, la palabra rebajas tiene ese efecto de reclamo al que pocos se pueden resistir. Si encima coincide el inicio no oficial de la campaña en fin de semana y domingo de apertura, y la temperatura ambiente invita a pasear, el éxito está asegurado. Y los comerciantes dan fe de ello. El fin de semana de compras ha sido excelente, valoran.
“Nosotros comenzamos con los descuentos el día 21 y nos ha ido muy bien, pero a la que hemos colgado el cartel de rebajas las ventas se han disparado. Las rebajas son las rebajas”, explicaba ayer una dependienta de la avenida Diagonal, arteria muy concurrida el sábado pero que tuvo que esperar al domingo por la tarde a que se animara de gente. Y es que este año ha sido especialmente caótico para los compradores dirimir qué comercios estaban de rebajas y cuales no. La liberalización del sector comercial por la ley del Gobierno y la claudicación de la Generalitat en la defensa del clásico 1 de julio han propiciado un panorama de desconcierto que este año ha sido especialmente notorio.
Firmas como H&M, Cortefiel o Mango ya hace días que están en campaña; otras como el grupo Inditex, El Corte Inglés y muchas otras pequeñas firmas, comenzaron oficialmente el viernes, 30 de junio. “Hacer coincidir el inicio de las rebajas con un fin de semana ha sido un acierto. Por ello vamos a proponer a la Generalitat que de cara a próximos años se instaure el fin de semana más próximo al tradicional 1 de julio como inicio de las rebajas y se haga campaña informativa al respecto, para que la gente sepa qué esperar. Este año se podía salir a la calle de compras antes, pero sin la garantía de encontrar todas las tiendas de rebajas”, explicaba ayer Gabriel Jené, presidente de Barcelona Oberta, la asociación comercial que aglutina las tiendas de los principales ejes turísticos de la ciudad. Unos establecimientos que ayer se mostraban especialmente satisfechos con el arranque de las rebajas, que calificaron de “mejores” que el año pasado, en boca de su presidente. Y es que para ellos el turista ha sido el cliente clave, sobre todo el domingo.
La mayoría de los comerciantes aglutinados en la Fundació Barcelona Comerç también ha optado por colgar el cartel de “rebajas” entorno al 30 de junio para aprovechar el tirón del fin de semana y abogan por institucionalizarlo. Su presidente, Salvador Vendrell, sin embargo, admite que se deberá analizar detenidamente el efecto de los descuentos fuera de las rebajas oficiales y teme el efecto que tanta disgregación en la temporalidad e inicio de las rebajas pueda tener de cara al consumidor. De momento declaran haber salvado el fin de semana, con un viernes claramente positivo, un sábado “un poco más fuerte de lo normal pero nada excepcional” y un domingo “decepcionante”. En conclusión: “Un poco por debajo de lo que esperábamos. Habrá que ver ahora cómo continúa la semana”.
Sea como fuere, comprar en domingo y de rebajas ya no será posible hasta el invierno, cuando indefectiblemente comience la campaña de invierno el día después de Reyes. Con esta fecha no hay disparidad de opiniones y los comercios van a una. Los dos primeros domingos de octubre también podrán abrir, según lo pactado con el Ayuntamiento de Barcelona, aunque sin invocar la palabra mágica y su indiscutible poder.
La Fundació Barcelona Comerç teme que tanta disgregación de calendarios y descuentos acabe pasando factura