La policía de Hamburgo pide refuerzos ante los disturbios
“La violencia pone en peligro vidas humanas”, deplora la canciller Merkel
Muchas de las 30 marchas de protesta fueron pacíficas y creativas, pero también hay grupos violentos
La cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del G-20, el grupo de países más industrializados y economías emergentes, arrancó ayer en Hamburgo con perspectivas no demasiado halagüeñas. A la dificultad de alcanzar el necesario acuerdo por unanimidad, propiciada por el brusco vuelco infligido por Donald Trump a las expectativas mundiales con su llegada a la Casa Blanca, se sumó el estallido de violencias en el seno de manifestaciones de protesta contra los líderes del mundo aquí reunidos –pacíficas la mayoría, por otra parte–, que obligaron a la policía de Hamburgo, ya reforzada por policía federal, a pedir refuerzos a otros länder.
Ayer patrullaban en las calles de esta bella ciudad hanseática 20.000 agentes, y han sido solicitados 900 más. Sus 1,7 millones de habitantes llevan días bregando con las restricciones de tráfico, y ahora con controles policiales, tiendas cerradas en los barrios afectados y escaparates protegidos por tablones. Al cierre de esta edición, y como resultado de incidentes del jueves y el viernes, había 159 policías heridos sin revestir gravedad, docenas de activistas habían sido atendidos en hospitales en algún momento también por heridas leves, y había 70 manifestantes detenidos.
La canciller de Alemania y anfitriona, Angela Merkel, que decidió llevar la cumbre del G-20 a su ciudad natal para enviar el mensaje de que una gran ciudad puede albergar una cumbre así y al tiempo la libertad de expresión de los manifestantes, dijo en rueda de prensa que la violencia en las protestas es inaceptable. “Tengo el mayor respeto por las manifestaciones pacíficas, pero las manifestaciones violentas ponen en peligro vidas humanas, las de la propia gente; ponen en riesgo a los policías y a las fuerzas de seguridad, a los vecinos de la zona; y eso es inaceptable”, dijo la canciller.
Miles de policías pertrechados con material antidisturbios vigilaron ayer hasta 30 marchas de protesta de distinto signo, la gran mayoría pacíficas y creativas en pancartas, disfraces y concepto, mientras que un grupo se dedicó a arrojar artefactos incendiarios, barras de hierro y adoquines en puntos de la ciudad. La policía hizo uso de cañones de agua y cargó con porras contra grupos de enmascarados; se estima que hay unos 2.000 violentos en la ciudad. Hay por tanto gran preocupación ante la manifestación prevista para hoy; en estos días se estima que protestan en la ciudad hasta cien mil personas.
Por la mañana, decenas de activistas intentaron bloquear los accesos de los líderes al recinto de reuniones. Así las cosas, y por decisión de los servicios de seguridad, la primera dama estadounidense, Melania Trump, no salió por la mañana del palacete de invitados donde se aloja, a orillas del lago Alster, y se perdió el programa para las parejas de los mandatarios, a quienes el marido de la canciller, Joachim Sauer, llevó a visitar un centro de investigación del clima con supercomputadoras y modelos numéricos.