Israel contra la Unesco
Tumba de los Patriarcas.
Judíos ortodoxos en el lugar sagrado para las tres religiones El organismo de la ONU irrita de nuevo a Israel al declarar Hebrón patrimonio
mundial “palestino” Netanyahu ordena un nuevo recorte de su aportación a la ONU y los palestinos celebran la “victoria”
La decisión de la Unesco de declarar como patrimonio mundial “palestino” la Ciudad Vieja de Hebrón cayó ayer como un jarro de agua fría en Israel, mientras los palestinos lo celebraron como “una victoria diplomática”.
El primer ministro israelí, Beniamin Netanyahu, lo calificó de “una decisión delirante más”. Irritó especialmente que la Unesco inscribiera también a Hebrón en la lista de patrimonio “en peligro”, como habían solicitado los diplomáticos palestinos, que responsabilizan a los israelíes de un “alarmante” número de actos de vandalismo. “Sólo en los lugares en los que Israel está presente, como Hebrón, está asegurada la libertad de culto para todos”, sostuvo Netanyahu en un comunicado.
Como reacción, ordenó recortar un millón de dólares el presupuesto aportado por Israel a la ONU, dinero que será invertido en la creación de un museo dedicado a la herencia judía en la ciudad de los patriarcas. Otra parte del dinero se destinará a otros proyectos no especificados en Hebrón y el asentamiento vecino de Kiryat Arba, para reforzar el vínculo judío con la ciudad.
Situada en Cisjordania, la ciudad de Hebrón es un foco habitual de tensión, con una población de 200.000 palestinos y varios centenares de colonos judíos, atrincherados en un enclave protegido por soldados israelíes cerca del lugar santo tanto para el judaísmo como el islam y el cristianismo, donde están enterrados Abraham, Isaac y Jacob. Los judíos lo llaman Tumba de los Patriarcas y los musulmanes, mezquita de Ibrahim, y es el segundo y cuarto lugar más sagrado para unos y otros.
“Esta vez han decidido que la Cueva de los Patriarcas es un lugar palestino, o sea, no judío, y que está en peligro. ¿No es un lugar judío? ¿Quién está enterrado allí? Abraham, Isaac, Jacob, Sara, Risca y Nea. Nuestros padres y nuestras madres”, declaró Netanyahu en un comunicado. Varios miembros del Gobierno israelí señalaron que en Oriente Medio hay mezquitas, iglesias y sinagogas en distintos países a los que los israelíes no tienen acceso, mientras que el Ejecutivo de Netanyahu se compromete a continuar permitiendo a todo aquel que lo desee acudir a la Cueva y rezar en ella.
Se trata del cuarto recorte de presupuesto dedicado a la ONU decidido por Israel desde principios de este año, reducido ahora a sólo 1,7 millones de dólares al año. No hace mucho, el presupuesto alcanzaba los 11 millones de dólares, pero a raíz de la decisión del Consejo de Seguridad del pasado mes de enero contraria a los asentamientos en Cisjordania, Israel hizo un primer recorte de seis millones. En marzo, Netanyahu ordenó a Exteriores recortar otros dos millones tras una serie de decisiones del Consejo de Derechos Humanos del organismo internacional.
Estados Unidos se había unido a las quejas israelíes y argumentó ante la Unesco que la Tumba de los Patriarcas “no sufre ninguna amenaza inmediata” y que inscribirlo en la lista de patrimonio en peligro pondría en cuestión “la seriedad con que la Unesco debería tomar una decisión así”.
La votación sobre la inclusión de Hebrón en la lista de patrimonio mundial, que tuvo lugar en Cracovia (Polonia), fue secreta, después de que así lo solicitaran tres estados miembros. El resultado fue 12 votos a favor, tres en contra y seis abstenciones.
“Es una victoria diplomática para el Gobierno del presidente Mahmud Abas y todo el pueblo palestino, y constituye un paso hacia la independencia del Estado de Palestina con su capital en Jerusalén”, celebró el secretario general de la OLP, Saeb Erekat. El Ministerio de Exteriores de la Autoridad Nacional Palestina también aplaudió: “Este voto ha ensalzado los hechos y ha rechazado los intentos de extorsión desvergonzados de la alta política”.
Mientras, el ministro de Educación y líder del partido ultranacionalista Hogar Judío, Naftali Bennet, que preside la comisión israelí de la Unesco, acusó al organismo de adoptar “posiciones negacionistas de la historia” y deformar la realidad para servir “a aquellos que pretenden borrar el Estado judío del mapa”.
Ayer en la calle israelí se podían oír críticas contundentes contra la ONU, que para muchos israelíes dedica históricamente gran parte de sus esfuerzos a condenar al Estado judío en cada oportunidad que tiene. Las condenas llegaron también de la oposición. “Decisiones tristes como esta no hacen más que reforzar las posiciones de los sectores más halcones en Israel”, declaró un líder laborista.