La Vanguardia

“Trabajar es una fiesta”

- JAUME COLLELL

La actriz se mantiene activa: el año pasado participó en la serie ‘Olmos y Robles’ de Televisión Española

La actriz Asunción Balaguer en noviembre alcanzará los 92 años, una edad olímpica. “Nunca me han gustado las fiestas, ni salir a bailar, en cambio, trabajar en el cine, en el teatro o en la televisión para mí siempre ha sido una fiesta..., cuando me llaman para trabajar tengo una gran alegría”, nos dice desde Madrid pero con acento de Manresa, ciudad donde nació en 1925. El año pasado salió en la serie Olmos y Robles de TVE. “Los actores hablamos de nuestras cosas, tenemos un lenguaje propio”. Así los compañeros de trabajo se convierten no sólo en amigos sino en la propia familia. Es el caso de esta prolífica artista que conoció siendo muy joven a Paco Rabal, con quien compartió la vida hasta enviudar en el 2001, y de quien tiene dos hijos inmersos también en el gremio artístico, Teresa y Benito.

Eran seis hermanos, con una madre de ideas avanzadas, que tocaba el piano y cantaba, y un padre médico, de carácter seco. A pesar de las desavenenc­ias de los progenitor­es, la infancia siempre es un territorio blindado. La diversión consistía en ir con las monjas hasta el paseo, con los plátanos enormes de siempre. La primera escuela fue en el convento de Sant Francesc. Su tía era la superiora. “Se llamaba Ignàsia y mi madre comentaba que se había hecho monja porque no era muy agraciada, aunque era muy lista”. En el instituto todo cambió. “Ya estaba la República y los chicos y las chicas estudiábam­os juntos, sin duda aquella educación fue más libre y divertida. En casa también había un ambiente abierto, se hablaba de todo, mi madre montaba fiestas y venían las novias de mis hermanos, teníamos una gramola con discos de foxtrots, yo también tocaba el piano y todo el mundo bailaba”. Una profesora de literatura le hacía recitar poesía, y ella no sentía vergüenza cuando se trataba de subir al escenario y cantar. Por eso la madre la empujó a estudiar canto y teatro.

Tenía trece años cuando se trasladó a la capital, en casa de unas primas de su madre. En el Instituto del Teatro coincidió con Aurora Bautista. “Yo le dejé el vestido para su primera actuación”. También hizo algún curso de Filosofía y Letras en la universida­d. Muy pronto fue contratada en el teatro Romea. Estrenó L’alcova vermella de Josep Maria de Sagarra. “Era un hombre agradable, respetuoso, asistía a los ensayos”. El salto a la compañía Lope de Vega que dirigía José Tamayo vino pronto. “El castellano me costaba, porque hasta entonces sólo había hecho teatro en catalán; ‘cuidado con el acento’ me decía Tamayo, y me corregía”.

El director había incorporad­o actores que habían trabajado con Margarita Xirgu, pero también muchos jóvenes que necesitaba en los repartos. Allí conoció a Paco Rabal. “Los jóvenes nos fuimos casando entre nosotros, Paco y yo, en Barcelona en 1951”. Cuando tuvieron hijos, ella se dedicó a la crianza. La pareja siempre mantuvo el amor inicial a pesar de las aventuras del actor. Asunción Balaguer ha interpreta­do en el teatro a Sófocles, Shakespear­e, Ibsen, Miller, Guimerà... En el cine ha sido dirigida por Jaime de Armiñán, Pilar Miró, Fernando Trueba, Moncho Armendáriz... En el 2012 participó en Follies, dirigida por Mario Gas, en un papel de vedette que le obligó a aprender claqué. El mismo año estrenó El tiempo es sueño, una obra basada en su vida profesiona­l, escrita y dirigida por Rafael Álvarez, el Brujo.

Esta mujer afable, transparen­te, que siempre ha hablado sin complejos de ella y de su familia, exhibe una marcada personalid­ad. “Ahora mismo no tengo ofertas y eso no me gusta, me entretengo haciendo calceta y leyendo, mi madre nos enseñó que las chicas teníamos que estar haciendo cosas, cuando venía de Barcelona me traía libros de poesía que leía enseguida y me ponía a llorar”. Tiene pues un alma sensible. El sentido del humor le ha venido con la edad. Feliz de cómo le ha ido la vida, porque ha sido generosa con ella, todavía recuerda a su Paco, a quien a pesar de todo siempre ayudaba. Hoy disfruta de la compañía de hijos y nietos. Tiene seis, y cuatro bisnietos. “Me gusta que vengan a casa, a comer o a merendar”. Parlanchin­a, activa y pronto olímpica.

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 ?? JUAN NAHARRO GIMENEZ / GETTY ?? Arriba, Asunción Balaguer en su domicilio de Madrid en 1968. En la foto en color, recogiendo un premio de teatro en el 2012
JUAN NAHARRO GIMENEZ / GETTY Arriba, Asunción Balaguer en su domicilio de Madrid en 1968. En la foto en color, recogiendo un premio de teatro en el 2012
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