La cabeza de Baiget
Ignoro si Josep Cuní es consciente de la repercusión que ha tenido en buena parte de la comunidad italiana que reside en Barcelona esa canción de Paolo Conte, Michele Virano y Vito Pallavicini que eligió para despedirse momentáneamente de su audiencia televisiva. Me refiero a la canción Insieme a te
non ci sto piú interpretada por la milanesa Ornella Vanoni, a quien en sus tiempos rotundos y morenos llamaban Su Alteza. O sea, que el lunes por la noche ya eché en falta a Josep Cuní y pensé en cómo hubiese tratado el caso de Jordi Baiget, exconseller de Empresa i Coneixement, decapitado por decir en voz alta lo mismo que otros consellers opinan del referéndum.
Jordi Baiget, que tiene la presencia de un abad cisterciense alemán, experto en cerveza, dijo, pues, lo que muchos de sus excompañeros de gobierno piensan, pero no dijo todo lo que sabe. Porque, según me consta, algunos de sus excompañeros y esos otros que suelen llamarse altos cargos han puesto, desde Roca, a quien por cierto no pude saludar el martes en la Diagonal porque me lo encontré hablando a la vez por dos teléfonos. Proeza que, siendo muy notoria, no puede compararse a los cinco teléfonos que yo he visto manejar, también a la vez, a Macià Alavedra. Aquello, lo de los cinco teléfonos, era un prodigio que nunca olvidaré. Como tampoco olvido estos días lo que hace unos años me dijo cierto filólogo gerundense, que ya en aquellas lejanas fechas me comentó que había decidido definirse como “independentista demócrata” y dimitir de su cargo de rector universitario. Aquel filólogo, que no es un independentista reciente, es decir, que no es un oportunista, tenía muy claro que antes que independentista era demócrata, porque sin democracia sólo hay dictadura. Y la razón por la que se definía “independentista demócrata” era muy simple. “Algunos catalanes y catalanes independentistas siguen creyendo que no pueden ser fascistas, porque el fascismo en Catalunya es imposible”. Aquellos días