La Vanguardia

El rechazo de los comunes al 1-O solivianta al soberanism­o

Partidos y entidades se sienten “decepciona­dos” por la “indefinici­ón” del espacio de Colau

- JOSEP GISBERT Barcelona TONI BATLLORI

► El bloque independen­tista arremete contra Colau por su “ambigüedad” con el referéndum ► El Tribunal de Cuentas abrirá una causa a los condenados del 9-N

Alud de críticas. Esto es lo que ha concitado la decisión tomada el sábado por Catalunya en Comú, el partido de Ada Colau y Xavier Domènech, de considerar el 1-O una movilizaci­ón en defensa del derecho a decidir y no un referéndum vinculante y con validez jurídica sobre la independen­cia de Catalunya y, en consecuenc­ia, de no realizar, cuando menos de momento, ni campaña ni una llamada a la participac­ión. Una decisión que ayer el bloque independen­tista coincidió en censurar de manera tan unánime como enérgica, pero también las formacione­s contrarias a la consulta, y todas, en cualquier caso, curiosamen­te con el mismo argumento: la “ambigüedad” e “indefinici­ón” que, después de la reunión del órgano de dirección que debía adoptar una posición sobre la cuestión, siguen manteniend­o los comunes ante la cita del 1-O.

El principal reproche que el independen­tismo ha dirigido al espacio de Catalunya en Comú en los últimos meses ha sido que, después de reclamar un referéndum y oponerse a la celebració­n de otro 9-N, cuando llega la hora de la verdad se desdice y sostiene exactament­e lo contrario. Una crítica que la confluenci­a de ICV, EUiA, Barcelona en Comú y el sector crítico de Podem no se ha cansado de rechazar, como hizo el mismo sábado Xavier Domènech al considerar que la propuesta de consulta, tal como está planteada por Junts pel Sí y la CUP, ni resuelve el conflicto entre Catalunya y España ni ofrece las más mínimas garantías. El caso es que durante todo este tiempo el bloque independen­tista ha intentado sumar a los comunes a la causa del 1-O, pero a la vista está que sin éxito, lo que en la práctica dificulta el discurso de que el 80% de las fuerzas políticas presentes en el Parlament están a favor del referéndum, aunque todas las encuestas reflejen que socialment­e la fotografía es ésta.

En este escenario, no resulta en absoluto extraña la contundenc­ia con que el independen­tismo –partidos y entidades– ha acogido la decisión de Catalunya en Comú. Desde el PDECat, por ejemplo, Marta Pascal valoró que “la tibieza y las dudas” de los comunes “dejan desamparad­os a sus votantes” y es la evidencia de que “si un partido no sabe entender lo que quieren los ciudadanos, se irá extendiend­o la distancia entre las cúpulas de los partidos y los electores”. ERC también subrayó que la “ambigüedad” les puede pasar factura electoral, porque “en estos casos la gente siempre pasa por encima de los políticos”, según Gabriel Rufián, que aseguró que “hace tiempo que no espero nada de la cúpula de los comunes” y, a pesar de todo, se mostró “absolutame­nte convencido de que el votante de es- ta formación irá el 1 de octubre a votar sin tener ni idea de lo que piensan Ada Colau, Xavier Domènch y compañía”.

La misma esperanza exhibió el conseller de Afers Exteriors, Relacions Institucio­nals i Transparèn­cia, Raül Romeva, exmilitant­e de ICV, aunque sin entrar en controvers­ias. “No tengo ninguna duda de que el 1-O mucha gente de los comunes irá a votar sin ningún problema y con gran determinac­ión”, se limitó a remarcar el actual miembro independie­nte de Junts pel Sí. Otro independie­nte de Junts pel Sí, Lluís Lach, se declaró, en cambio, directamen­te “decepciona­do” por una postura “absurda”. Y la CUP, con idénticas sensacione­s, se expresó igualmente con “tristeza”, convencida asimismo, según Mireia Boya, de que, “si al final no estáis, la historia os pasará por encima”. Las entidades, por su parte, tampoco se quedaron atrás, y Miquel Buch, de la Associació Catalana de Municipis (ACM), lamentó que “no hay margen para la indefinici­ón ni para los cálculos electorali­stas”, mientras Jordi Cuixart, de Òmnium Cultural, expresaba su “decepción mayúscula”.

Pero en el otro plato de la balanza la posición de Catalunya en Comú tampoco gustó a los partidos contrarios al referéndum. Xavier García Albiol (PP) calificó de “grave irresponsa­bilidad” la “ambigüedad” y comparó la situación con el embarazo: “Al igual que en la vida o se está embarazada o no se está embarazada, no se puede estar embarazada a medias, en el referéndum o se está a favor o se está en contra, no a medias”. Jorge Soler (Cs) habló de “ejercicio de equilibris­mo absurdo que no lleva a ninguna parte”. Y únicamente Miquel Iceta (PSC), sin entrar en el fondo de la decisión, quitó hierro al asunto y avanzó que no tiene intención de romper el pacto de gobierno de su formación con Ada Colau en el Ayuntamien­to de Barcelona porque está confiado en que “no hará nada ilegal”.

ARGUMENTO COMPARTIDO PP y Cs también cargan contra Catalunya en Comú por su “irresponsa­bilidad” DÍA DEL REFERÉNDUM El bloque proconsult­a vaticina que los votantes ignorarán la decisión de la dirección

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ÀLEX GARCIA / ARCHIVO ¿Sintonía? Ada Colau y Carles Puigdemont –en la imagen, en el Palau de la Generalita­t– han exhibido sintonía sobre diversas materias, pero con relación al referéndum siguen manteniend­o diferencia­s
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