Bruno Le Maire
MINISTRO DE ECONOMÍA FRANCÉS
El ministro de Economía y Finanzas francés instó ayer a la Unión Europea a exigir impuestos a las grandes compañías tecnológicas estadounidenses para acabar con la elusión fiscal. Dijo que hay mecanismos para hacerlo.
Francia lo tiene claro. A Europa le ha llegado el momento de dejar de hacer la vista gorda con la tributación de las grandes tecnológicas estadounidenses. “Europa tiene que volver a tomar el control, defender sus intereses y hacer pagar a Google, Amazon y Facebook los impuestos que deben a los contribuyentes europeos”, advirtió ayer el ministro francés de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire. Sin titubeos, dejó claro que “Francia acoge inversores y no a depredadores” y que, “contra ellos, tiene mecanismos para combatirlos y proteger los intereses del país”, en alusión a la intervención del Gobierno a compañías que realicen actividades de interés general.
Aunque el ministro del Gobierno de Emmanuel Macron no detalló la fórmula de exigir a las tecnológicas un pago de los impuestos coherente, las declaraciones de ayer marcan un posicionamiento claro en uno de los problemas más sensibles que afronta hoy la UE, que, sin competencias para regular el régimen fiscal de los estados miembros, se las apaña con multar a las tecnológicas a través de normativa europea relativa a la competencia desleal y protección de datos del usuario.
Así, la Comisión ha sancionado a Google con una multa de 2.420 millones por priorizar su servicio de comparación de productos frente a los rivales, a Facebook con 110 millones por mentir en el proceso de compra de WhatsApp, a Microsoft con 561 millones por evitar el uso de otro navegador que no fuera el Windows 7s, y ha
La UE, sin competencias en materia fiscal, ha multado a estas firmas con normativa sobre competencia desleal
obligado a Irlanda a exigir a Apple el retorno de alrededor 13.000 millones por haber concedido a la tecnológica una ayuda de Estado ilegal, basada en privilegiar a la tecnológica con un tipo impositivo más bajo. Los estados también han empezado a actuar. Italia ha obligado a Google a pagar 306 millones por los litigios relacionados con los beneficios en el país pero declarados en Irlanda y a WhatsApp con 3 millones por no avisar que compartía datos con Facebook. Francia también ha llevado a los tribunales a esta empresa por intentar ingresar los impuestos que debería haber recibido de su tributación y ha multado a Facebook por usar datos de los usuarios indebidamente.
La fórmula para lograr que las tecnológicas paguen impuestos pasa por armonizar la normativa fiscal de los estados. Se estudia la posibilidad de exigir un impuesto de sociedades homogéneo en todos los estados o bien obligar a las filiales a tributar en el país donde están radicadas, y no en el país donde se encuentra la matriz, que suele tener bajos tipos impositivos (Irlanda, Luxemburgo...).
De momento, hay iniciativas como la convención BEPS, que en la que el pasado junio más de 70 países (incluido España) se comprometieron a aplicar unos estándares para evitar la evasión fiscal de las multinacionales. Sin embargo, a la Unión le quedan muchos deberes por hacer o eso dice Francia, que últimamente se ha puesto las pilas marcando la agenda política de Europa, también con la llegada del coche eléctrico.