La Vanguardia

Los antichavis­tas celebran con una gran marcha la salida de López

Maduro no cede más y abre la campaña para votar la Asamblea Constituye­nte

- ROBERT MUR Buenos Aires. Correspons­al

Tras la inesperada salida de prisión del líder opositor Leopoldo López, que desde la madrugada del sábado cumple arresto domiciliar­io, parece que no haya cambiado nada en Venezuela. Al menos, en las formas. Sin embargo, la tensión alcanzada la semana pasada se ha frenado, aunque no se vislumbra si en los próximos días habrá o no más gestos de distensión, ni cuáles serán, ni si vendrán del chavismo o de la oposición.

Los antichavis­tas conmemorar­on ayer con una nueva manifestac­ión, en un clima de victoria, que se cumplían cien días desde que el 1 de abril se iniciaran las protestas callejeras permanente­s, que han dejado noventa muertos, según la fiscalía. La oposición no da su brazo a torcer, pues continúa en pie la convocator­ia aprobada por el Congreso –donde la Mesa de la Unidad Democrátic­a (MUD) tiene mayoría– de un referéndum para el próximo domingo. Aunque ha sido declarado ilegal por el presidente Nicolás Maduro, la consulta busca preguntar a los venezolano­s si están de acuerdo con la asamblea constituye­nte promovida por el Gobierno. Además, en sus primeras declaracio­nes tras dejar la cárcel, López llamó a través de una carta a la resistenci­a y a seguir luchando en la calle.

A su vez, el chavismo tampoco parece retroceder, más allá de la excarcelac­ión de López. El Gobierno puso en marcha ayer la campaña para los comicios a la constituye­nte, fijados para el 30 de julio, donde la MUD se niega a participar. La nueva asamblea usurparía en la práctica el poder del Parlamento opositor y redactaría una nueva Carta Magna que, definitiva­mente, consolidar­ía el control autoritari­o de las institucio­nes por parte del chavismo.

Por si alguien tenía alguna duda, Maduro confirmó a última hora del sábado que había aprobado el informe en el que se basó formalment­e el Supremo para conceder el arresto domiciliar­io a López. “El Tribunal Supremo de Justicia decidió a propuesta de la Comisión por la Verdad, la Justicia y la Paz presidida por nuestra camarada Delcy Rodríguez (hasta hace unos días, ministra de Exteriores y negociador­a del Gobierno con los mediadores internacio­nales), quien elevó un informe a mi persona el cual fue aprobado por mí”, explicó.

De paso, Maduro trató de lavarse las manos sobre el procesamie­nto de López y posterior condena a casi catorce años de cárcel, responsabi­lizando a la fiscal general del Estado, Luisa Ortega, una chavista que ya es la principal disidente interna del Gobierno. “Jamás moví ni un dedo, porque jamás he intervenid­o en las decisiones del Ministerio Público. ¡Tengo moral, carajo! Para decirlo, porque yo soy un presidente de moral, de ética. Fue la señora Luisa Marvelia Ortega quien llevó su proceso, y los tribunales dictaron una pena”, indicó Maduro de forma inverosími­l.

Por su parte, Ortega volvió a criticar al Gobierno. “No se puede usar a las personas privadas de libertad como si fuesen unos rehenes que pueden ser objeto de negociació­n”, declaró Ortega, al mismo tiempo que la fiscalía pedía revisar la situación de tres opositores detenidos –de los tres centenares que la MUD considera presos políticos–, entre ellos el exalcalde de Caracas Antonio Ledezma.

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JUAN BARRETO / AFP Una opositora embarazada extiende una bandera venezolana durante la manifestac­ión ayer en Caracas

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