Imparable aumento del ‘e-commerce’
EL hecho de que las ventas de comercio electrónico (e-commerce), a través del ordenador o del móvil, hayan registrado un aumento del 20,9% otro año más, con un incremento del 33% en el número de transacciones, demuestra un imparable impulso al que por ahora no se le vislumbra límite. Son ya diez años de continuo crecimiento y, pese a ello, las ventas online en España sólo representan el 3% de las ventas físicas cuando, en mercados más desarrollados, como Estados Unidos o el Reino Unido, ese porcentaje es del 15% y sigue también una tendencia alcista.
El comercio online, pese a los años que lleva funcionando, es una revolución en plena evolución, tanto por los avances tecnológicos como por la creciente innovación de las estrategias de servicio y atención a los clientes para lograr una progresiva mejora de la experiencia de compra, ya que la satisfacción de esta es la principal clave del crecimiento del negocio.
El e-commerce no será nunca todo el comercio, porque se combinará con las compraventas físicas en las tiendas, pero será una parte fundamental del total. Es necesario que el conjunto del tejido productivo del país esté preparado para adaptarse con rapidez a las nuevas reglas del mercado, que será más global que nunca, sus estrategias y sus herramientas. De ello depende el crecimiento del comercio y del conjunto de la economía y del empleo.
El comercio electrónico a través de internet diluye las barreras geográficas entre compradores y vendedores. Gracias al avance de la logística y de los medios de pago, cada vez más se puede comprar y vender productos con mayor facilidad y garantía entre cualquier lugar del mundo. Las empresas españolas tienen en el comercio online, por tanto, un canal muy efectivo para avanzar en su internacionalización. Resulta muy esperanzador, en este sentido, el hecho de que las exportaciones realizadas a través del comercio online significaron en el 2016 un 44,1% de los ingresos totales del sector, mientras que las importaciones (compras realizadas en el exterior y recibidas en España) fueron el 15% del total.
En un país como España, en el que hay una gran mayoría de pequeñas y medianas empresas y comercios, hay mucho por hacer para que se pueda sacar el máximo partido del e-commerce. Las instituciones públicas y las asociaciones empresariales deben incrementar al máximo sus esfuerzos en formación de empresarios y trabajadores para la cualificación en el ámbito de la transformación digital, con incentivos fiscales para la inversión y su integración en los sistemas educativos. Ello es clave para el futuro.