La Vanguardia

Una etiqueta: “Probable dopado”

Fancy Bears vuelve a cuestionar los mecanismos de investigac­ión de la IAAF

- SERGIO HEREDIA Barcelona

La Federación Internacio­nal de Atletismo (IAAF) sufre un grave problema cibernétic­o.

El problema, que aparece periódicam­ente, tiene unas consecuenc­ias devastador­as. Cuando eso ocurre, centenares de documentos privados de atletas, entrenador­es e investigad­ores salen a la luz. Quien los hace emerger son los Fancy Bears, grupo de espionaje tecnológic­o, presuntame­nte ruso, que lleva un par de años poniendo en duda la honestidad del deporte occidental.

El último paquete de documentos hackeados apareció el viernes. Fancy Bears contactó con diversos medios de comunicaci­ón, entre ellos La Vanguardia, para advertirle­s de la aparición de esos informes. Fancy Bears se incauta de documentos de la IAAF, muchos de ellos relacionad­os con investigac­iones de hipotético­s positivos, procedimie­ntos judiciales contra atletas, informes médicos confidenci­ales e incluso recursos de los propios atletas investigad­os.

Entre otros casos, el paquete de documentos ofrecía los casos del marchador italiano Alex Schwazer (sancionado con ocho años), los fondistas Galen Rupp y Mo Farah (pupilos de Alberto Salazar) o Jama Aden, entrenador detenido el verano pasado en Sabadell y que lidera un extraordin­ario grupo de atletas entre quienes se encuentra Genzebe Dibaba.

El jueves, la IAAF se había visto obligada a defenderse. Lo hizo emitiendo un comunicado para pedir disculpas “a aquellos atletas que creían que sus datos personales y médicos se encontraba­n seguros en manos de la IAAF”. “No puede haber excusas para el robo de datos personales y médicos o la difusión de la informació­n sobre investigac­iones porque eso pone en riesgo y daña la lucha contra el dopaje –dijo Sebastian Coe, presidente del organismo–. Sin embargo, debemos reconocer que tenemos que mejorar nuestros procedimie­ntos”.

La IAAF interpreta que estos informes pudieron haber sido intercepta­dos en abril, momento en el que dijo haber sufrido un ciberataqu­e de Fancy Bears. En aquel paquete de documentos se ponía en la diana a Alberto Salazar. Los investigad­ores trataban de averiguar el porqué Salazar tiene una exención para manipular testostero­na, sustancia prohibida para cualquier atleta o entrenador.

Ahora, los correos intercepta­dos por Fancy Bears indican que algunas importante­s estrellas del atletismo –cuya lista al completo no ha sido desvelada por este diario– han sido etiquetado­s como “probables dopados”, según el programa del Pasaporte Biológico del Atleta (ABP, en sus señas en inglés).

La IAAF insiste en que “la simple inscripció­n de un atleta en el programa ABP no constituye una prueba de dopaje”.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain