Amelia Earhart sigue volando
Amelia Earhart arrancó su trayecto hace ahora ochenta años y su vuelo aún continúa en el imaginario colectivo. Su desaparición en aguas del Pacífico sigue siendo un territorio más que fascinante.
Después de ser la aviadora pionera en cruzar el Atlántico en solitario y de cubrir la ruta entre Hawái y San Francisco, Earhart emprendió, con Fred Noonan de copiloto, la gran aventura de ser la primera piloto en circunvalar el planeta. Habían cubierto dos tercios del viaje cuando el 2 de julio de 1937 desaparecieron. Emitieron una comunicación por radio en la que informaron de que iban escasos de combustible y que estaban tratando de hallar la pequeña isla de Howland, en el Pacífico norte, para aterrizar de emergencia.
A lo largo de estos ocho decenios, las teorías sobre su desaparición han ido sucediéndose, pero el punto esencial ya no era dar con los posibles restos, sino demostrar que sobrevivió. Amelia Earhart vuelve a estar en primera página en este nuevo y significativo aniversario. Una imagen borrosa, en la que se señala a una mujer captada por la espalda, ha relanzado la teoría de que Noonan y ella fueron rescatados por marineros de la Armada japonesa tras tomar tierra accidentalmente en las islas Marshall.
En esa fotografía se fundamenta un documental que Canal de Historia emitió a finales de la semana pasada y que los defensores de su supervivencia abanderan como prueba de que ambos salieron con vida y que, una vez rescatados, fueron a parar a una prisión japonesa donde, supuestamente, habían muerto en cautividad. La imagen, al parecer, se había realizado en el muelle de la isla Jaluit, uno de los atolones que componen las Marshall. En ese programa, un experto forense especializado en reconocimiento facial sostiene que Earhart y Noonan están en el grupo que puede observarse en el muelle.
Una vez pasado el primer impacto por la noticia, no pocos expertos han salido al paso para negar esta aportación gráfica, y reiterar que los dos desaparecieron en el accidente o, como mucho, fallecieron posteriormente como náufragos.
La idea aireada con esta fotografía no es algo nuevo. Susan Butler, la biógrafa que publicó East to dawn: the life of Amelia Earhart, descartó esta reforzada teoría ayer en The
New York Times. Apuesta por la creencia más científica, corroborada en su trabajo, de que la aviadora y su copiloto perdieron altitud y, al quedarse sin carburante, cayeron al agua en una zona del Pacífico de 5.000 metros de profundidad.
Butler recuerda que la posibilidad de que los dos acabaran en un presidio japonés fue propuesta originalmente por Fred Goerner, periodista radiofónico que hacía investigaciones para la CBS. Realizó diversas expediciones a la isla de Saipan en la década de los sesenta. Aunque no encontró prueba alguna, jamás renunció a su postulado de que Earhart y Noonan estuvieron presos.
“Hay razones que descartan esta teoría, principalmente que, en 1937, Estados Unidos y Japón no estaban en guerra y Japón aún no había fortificado sus islas porque no tenía nada que esconder”, destaca Butler. Otro analista, Clive Irving, señaló en The Daily Beast que Japón y China iniciaron sus hostilidades en el Pacífico a los cinco días de la desaparición de Earhart. “Lo último que necesitaban los japoneses era inflamar la opinión de América matando a la mujer más famosa del mundo”.
La biógrafa de Earhart coincidió en que la afirmación de que los japoneses la hicieron cautiva es un asunto que investigó en 1981 la periodista Fukiko Aoki y concluyó que carecía de sentido. Aoki entrevistó a tripulantes del buque Koshu
Maru, una de las dos embarcaciones que se hallaban en el área en la que se supone que la piloto se precipitó al océano. Los veteranos de la Armada le aseguraron que jamás recibieron orden alguna de buscar el aparato. Tampoco encontró mención a Earhart en el registro del buque.
Butler también descarta otra teoría, la de que el avión aterrizó en el atolón de Nikumaroro de las islas Phoenix. Ninguna de once expediciones dio nunca con nada.
Ric Gillespie, del International Group for Historic Aircraft Recovery, que es el que ha puesto más empeño en el asunto, no se cree lo de la foto. Sus trabajos le llevaron a la conclusión de que los dos acabaron sus días como náufragos en una pequeña isla. Persiste en la búsqueda de pruebas.