Mano dura contra la invasión indiscriminada del carril bus
La Guardia Urbana realizará controles sancionadores en 19 grandes focos de indisciplina
La velocidad comercial de los autobuses de Barcelona es especialmente baja en comparación con otras ciudades. El espacio compartido con el resto de los vehículos, el efecto acordeón entre los propios autobuses en las arterias principales y la falta de prioridad en los cruces provocan que la red de bus no sea suficientemente competitiva. El problema más recurrente es la invasión de los carriles bus por parte de los vehículos privados. La necesidad de tener que ir sorteando coches mal aparcados y furgonetas que cargan y descargan provoca retrasos habitualmente en el servicio. Para acabar con las prácticas incívicas y mejorar la fiabilidad, el Ayuntamiento ha optado por la mano dura. A partir de este mismo verano la Guardia Urbana realizará actuaciones específicas de control de la indisciplina en 19 puntos negros de la ciudad. Son lugares en los que la situación es especialmente flagrante y provoca problemas de manera recurrente.
Uno de ellos es la calle Creu Coberta, en el distrito de Sants-Montjuïc, con el carril derecho lleno de camiones y furgonetas que descargan mercancías en los negocios del eje comercial. Además de reforzar la presencia de la Guardia Urbana para multar a los que paren donde no toca, el plan del gobierno municipal es ofrecer alternativas fiables con una mejora de la carga y descarga en las calles adyacentes. También se harán controles policiales en la calle Almirall Cervera de la Barceloneta y en la zona de colegios de Can Caralleu. Son puntos en los que no hay carril bus y es habitual encontrarse con coches en doble fila que obligan a parar a los autobuses.
En el lateral de la ronda de Dalt, a la altura de Vall d’Hebron en sentido Llobregat, se irá un paso más allá y se instalará en el carril bus una cámara de manera permanente cuya finalidad será detectar intromisiones indebidas y sancionarlas. “Son puntos sobre los que hemos recibido quejas de los propios usuarios del transporte público”, explicó ayer la concejal de Movilidad, Mercedes Vidal, durante la presentación de un paquete de medidas para mejorar la red de bus.
La velocidad comercial también depende en gran parte de la amplitud de los carriles exclusivos. Un ancho de 3,20 metros será el mínimo establecido en los nueve kilómetros previstos para este año y diez más el que viene, hasta llegar a conformar una red de 182 kilómetros, un 12% más que actualmente. También hay el compromiso de adaptar a los nuevos estándares de calidad en la medida de lo posible todos aquellos que se encuentren en calles en las que se hagan obras de pavimentación o mejora.
En total, se invertirán 261.000 euros entre este año y el que viene para mejorar la infraestructura. Se programarán 38 nuevas regulaciones semafóricas específicas que permitan reducir los tiempos de espera a los autobuses en puntos de gran densidad como plaza Espanya y se incorporarán 11 nuevos semáforos exclusivos en cruces como los de Francesc Macià y la plaza Cerdà.
También se instalarán nuevas paradas dobles en Pla de Palau y avenida Roma. Con este paquete de pequeñas actuaciones en los puntos más necesarios, que la concejal de Movilidad califica de “microcirugía”, se pretende aumentar la regularidad de paso del 78% actual al 85% en las 16 líneas de la red de bus ortogonal que ya están implantadas. La V7 (Plaça Espanya - Sarrià), la V15 (Barceloneta - Vall d’Hebron) y la D20 (Passeig Marítim Ernest Lluch) son las que más mejoras experimentarán.
MEJORAR LA VELOCIDAD Se programarán 38 nuevas regulaciones semafóricas para hacer más competitivo el bus
GARANTIZAR EL ESPACIO Los carriles que se construyan este año tendrán 3,20 metros de anchura como mínimo
Los taxistas han convocado una nueva jornada de huelga de 24 horas para el próximo 27 de julio con la que pretenden colapsar el puerto y el aeropuerto de Barcelona. El paro se enmarca en las protestas que el sector está llevando a cabo en toda España para luchar contra lo que consideran intrusismo de empresas como Uber y Cabify. Por ello, ese día se ha convocado una concentración en Madrid a la que acudirán taxistas de otras comunidades a manifestarse, mientras que en la capital catalana se preparan acciones para colapsar aquellas infraestructuras que dependen del Ministerio de Fomento. La intención es reclamar al ministro Íñigo de la Serna a que se siente a dialogar con los taxistas para buscar una salida al conflicto con estas aplicaciones.
El portavoz de Élite Taxi Barcelona, Tito Álvarez, explicó ayer que se ha bautizado la jornada de huelga como operación de la Serna, en referencia al titular de Fomento, a quien reclaman que, al igual que los ayuntamientos y la Generalitat, atienda sus peticiones. “Nuestro objetivo es no penetrar en la ciudad y mantenernos las horas que haga falta delante del aeropuerto y del puerto de Barcelona. Podemos reunir entre 6.000 o 7.000 taxistas”, aseguró. Los conductores tratan así de presionar al Gobierno para que limite el otorgamiento de nuevos permisos de alquiler de coches con conductor, de licencias VTC, y de este modo poner freno al crecimiento de unos competidores que amenazan con hacerlos desaparecer, de unas aplicaciones que facilitan el transporte de personas, de Uber y de Cabify.
Álvarez denuncia que estas aplicaciones se están haciendo con licencias de vehículos de alquiler con conductor que, a efectos prácticos, operan como cualquier taxi, sin necesidad de concertar el servicio de manera previa. Los taxistas denuncian que estos vehículos trabajan sin pagar impuestos, sin tarifas prefijadas, sin seguro. Por eso, reclaman que se entregue una licencia de VTC –necesaria para ejercer de conductor en estas plataformas– por cada 30 taxis para “cumplir con lo que dice la ley”.
Al margen, está previsto fletar autocares para que acudan a la gran concentración que se ha organizado en Madrid. La manifestación partirá a las doce de la mañana de la plaza Cuzco y finalizará sobre las dos de la tarde frente al Ministerio de Fomento. El paro se acordó en el congreso nacional, celebrado el pasado mes de abril, cuando se estableció el calendario de movilizaciones.
En Barcelona, la protesta se iniciará a las seis de la mañana de ese jueves y acabará a la misma hora del viernes, y pretende dejar el puerto y aeropuerto sin servicio de taxi y, al mismo tiempo, dificultar el acceso a ambas instalaciones. Asimismo, no descartan tampoco acabar colapsando alguna autopista o un peaje. Los paros del servicio empezarán a las seis de la mañana y no finalizarán hasta las seis del día siguiente
El pasado 29 de junio los taxistas ya convocaron otro paro en Barcelona. Tras una manifestación se reunieron con el director general de Transports de la Generalitat, Pere Padrosa, que se comprometió a reforzar el control y la inspección en la lucha contra el intrusismo del taxi y a defender ante el Gobierno español la limitación del crecimiento de las licencias para vehículos sin conductor.