Miami, más allá de sus playas
Cada año, a principios de diciembre y desde el año 2002, tiene lugar en Miami una de las ferias de arte más importantes del mundo, la Art Basel Miami Beach (artbasel.com). Allí se reúnen galeristas, coleccionistas y millonarios para movilizar un capital de miles de millones de dólares, todos ellos rodeados de celebrities, vips y grandes marcas que compiten por ofrecer la
fiesta de barra libre más salvaje, bizarra y memorable del año, si la resaca lo permite.
Pero el frenesí que inunda la ciudad durante estas fechas no es exclusividad de Art Basel, sino que se han ido sumando iniciativas parecidas durante la misma semana en lo que se ha consolidado como la Miami
EN LITTLE HAVANA, CORAZÓN DE LA COMUNIDAD CUBANA, TODO GIRA ALREDEDOR DE
LA CALLE OCHO
Art Week, donde toda la ciudad participa felizmente. Más importante aún, lo que podría parecer una semana excepcional en el calendario es en realidad la punta del iceberg de un sustrato cultural y artístico muy activo durante todo el año. Y es que, en los últimos quince años, Miami se ha reinventado para ser una de las capitales culturales de Estados Unidos.
Incluso ahora, muchos de los turistas que acuden a Miami lo hacen atraídos por el buen tiempo, la cultura latina y el paseo marítimo, con el telón de fondo del Distrito Histórico de Miami Beach, con cerca de un millar de edificios catalogados de estilo Art Déco, Revival Mediterráneo y MiMo. Pero esta estrechez de miras se está disolviendo poco a poco gracias a la buena sinergia entre entidades públicas y privadas, que hace un par de décadas apostaron por una visión de futuro para Miami y que hoy da sus frutos. LA REGENERACIÓN DE DOWNTOWN
Un ejemplo de ello lo encontramos en los alrededores del Museum Park. En el año 2006 se inauguraba, en una zona relativamente deprimida al norte del distrito financiero, el Arsht Center for the Performing
Arts (arshtcenter.org). El centro diseñado por César Pelli es el segundo más grande de Estados Unidos después del Lincoln Center de Nueva York y está integrado por un teatro de ópera para 2.400 asistentes, una sala de conciertos con capacidad para 2.200 personas y un pequeño espacio flexible para teatro.
El Arsht Center sembró la semilla de la regeneración del entorno y en 2013 se mudó el Pérez Art
Museum Miami (pamm.org). Este museo de arte contemporáneo, proyectado por Herzog & de Meuron, es uno de los edificios más queridos por su integración con el Museum
Park, también mejorado para la ocasión, mediante grandes pérgolas con jardines verticales colgados que lo extienden al parque. Desde la terraza, uno puede descansar mirando la
Biscayne Bay y el puerto de cruceros más activo del mundo.
La tercera piedra angular que completa este ambicioso corredor cultural es el Frost Museum of
Science (frostscience.org), inaugurado en mayo de 2017. Este proyecto de diseño sostenible está integrado por cuatro edificios y, además de ser un museo de la ciencia, alberga un acuario y un planetario. Destaca el impresionante tanque de tres pisos de altura con tiburones, atunes, mantas y mahi-mahis, entre otras especies, que es en sí un alarde constructivo por su geometría conoidal y sus casi 1,9 millones de litros de capacidad.
Sin embargo, Downtown no es el único barrio beneficiado por las inversiones en equipamientos, ya que al otro lado de la bahía surgen nuevos proyectos para articular el tejido cultural. Un ejemplo es el edificio New
World Center (nws.edu), de Frank Gehry, que, además de ser la sede desde 2011 de la academia orquestal New World Symphony, hace de pantalla para grandes proyecciones al aire libre gracias al SoundScape
Park que tiene delante.
ENCLAVES CON RAÍCES
El incremento continuo de la población de Miami y la llegada de un turismo que ya no busca solamente la playa han potenciado que algunos de los barrios con más encanto reclamen su relevancia por su autenticidad. Tal es el caso de Little
Havana, el corazón de la comunidad cubana, donde todo gira alrededor de la fotogénica Calle Ocho. A lo largo de sus fachadas llenas de vibrantes mosaicos y murales de santería, uno puede disfrutar de un corto pero intenso “cafecito” frente al icónico Tower Theater, entrar en una fábrica de puros, contemplar arte en el pintoresco Cubaocho (cubaocho.com), que también funciona como sala de conciertos y centro cívico, ver a los veteranos discutir frente al dominó en el parque Máximo Gómez, comer un “medianoche” en cualquiera de sus sabrosos restaurantes o terminar el día bailando en el animado Ball &
Chain (ballandchainmiami.com), con su escenario en forma de piña.
Durante décadas, las formas redondeadas, los colores pastel y la playa de South Beach han sido la carta de presentación de Miami. Hoy por hoy, la ciudad se deja querer mucho más al añadirse su arte, su multiculturalidad y su empeño en ser mejor cada día que pasa.