DMAX recupera hoy la serie coloreada sobre la Guerra Civil
El documental fue lo más visto de la cadena en el 2016
DMAX recupera hoy la serie documental España dividida: La Guerra Civil en color (22.30 h) con motivo del 81 aniversario del inicio del conflicto bélico que se conmemora mañana. La producción muestra imágenes coloreadas de la contienda española, recogidas por sus propios protagonistas y testigos de la batalla, hace ahora 81 años. La serie, que tiene tres episodios de 45 minutos de duración, fue emitida por primera vez en DMAX en noviembre pasado, convirtiéndose en el mejor estreno de la cadena en el 2016, con un 3,4% de cuota de pantalla y 630.000 espectadores.
La serie documental, en la estela de otras grandes producciones europeas como La Segunda Guerra Mundial
en color, ofrece imágenes fijas y en movimiento, tomadas desde ambos bandos del conflicto, para formar una historia narrada desde una perspectiva informativa, rigurosa y equilibrada de un conflicto que arrancó el 18 de julio de 1936 y que aún hoy sigue siendo un tema tabú para muchos. La serie confía en que para las generaciones criadas con la televisión en color sea más accesible acercarse a unos hechos sin la barreras y la distancia que marca el blanco y negro.
La serie fue producida por Minoria Absoluta, con los directores Francesc Escribano y Luis Carrizo y el guionista Manel Lucas al frente, y en ella se implicaron más de 60 profesionales se durante un año y medio en el que revisaron y limpiaron 400 títulos originales de los fondos de la Filmoteca Española, con más de mil latas de 35 milímetros abiertas y 55 horas de material base que sirvieron para colorear más de 150.000 fotogramas.
La coloración fue compleja porque no existe un software ni un proceso automático que lo haga. “Prácticamente tienes que irte a los orígenes del cine, cuando se pintaban las películas”, explicaba Carrizo durante la presentación de la serie. “Debes plantearte cada fotograma como una imagen única. Es una combinación de ciertas técnicas y programas informáticos que cogen cada imagen en blanco y negro, la descomponen en cada uno de los elementos que se quiere colorear, para luego añadir un color y animarlo”, añadía.
Al principio, colorear un plano de dos segundos podía llevar hasta una semana de trabajo. Después se aceleraron los plazos. “El proceso es más o menos lento en función de la complejidad del fotograma y de la cantidad de elementos que contiene. No es lo mismo una imagen con tres elementos y una casa que un desfile de dos mil personas por la avenida Diagonal”.
El equipo llevó a cabo una rigurosa tarea de documentación para elegir los colores más apropiados en cada caso, ya que existen pocas imágenes en color de la época. “Saber de qué color eran los tanques T26 o los aviones Junkers ha sido una labor tan compleja, o más, que la del propio guión. El cielo es azul y la sangre roja, pero a partir de aquí todo el resto debe documentarse”, afirmaba Lucas.