Dimite el jefe de los Mossos, discutido por el soberanismo
Albert Batlle es hoy relevado por Pere Soler, defensor del referéndum En su carta de renuncia confía en que la policía catalana cumplirá la ley Santamaría advierte de la deriva del Ejecutivo de Puigdemont
Albert Batlle presentó ayer su dimisión como director general de los Mossos d’Esquadra cuando apenas faltan 75 días para la celebración del referéndum anunciado para el 1 de octubre, en un momento en el que reina la incertidumbre sobre el papel que desempeñará la policía catalana. Su nuevo sustituto será Pere Soler, que en la pasada legislatura ocupó la dirección general de Serveis Penitenciaris en la conselleria de Germà Gordó, un cargo al que llegó después de la dimisión forzada de Xavier Martorell tras el escándalo de Método 3. El nuevo conseller de Interior, Joaquim Forn, lo ha elegido por su capacidad de gestión en un área tan compleja como prisiones.
Batlle comunicó su renuncia ayer por la mañana en una reunión “amable y cordial” mantenida con Forn, quien sustituyó a Jordi Jané el pasado viernes tras la reestructuración emprendida por el president Carles Puigdemont para nutrirse de consellers afines para encarar la recta final hacia el 1-O.
La renuncia de Batlle aboca a un escenario aún más incierto. Su cargo pendía de un hilo desde hacía tiempo, pero su continuidad quedó finiquitada con el golpe de timón de Puigdemont del viernes pasado. Prueba de ello es que al día siguiente de su nombramiento, el nuevo conseller Forn ya dejó entrever en una entrevista en RAC1 que la suerte de Batlle estaba echada. “No le puedo decir ni una cosa ni otra”, respondió sobre su permanencia en el cargo.
Sin embargo, la maniobra de relevar a Batlle de sus funciones se viene fraguando desde hace meses. Su larga trayectoria como dirigente del PSC y su último cargo público como mano derecha en la Oficina Antifrau del polémico Daniel de Alfonso causaron un profundo recelo. Además, accedió al cargo de director general de los Mossos tras ser nombrado en julio del 2014 en sustitución de Manel Prat por el entonces conseller de Interior, Ramon Espadaler, quien dimitiría unos meses tras la ruptura de CiU. Todo ello bastaba para ser cuestionado continuamente
sottovoce desde Junts pel Sí por ERC, algún sector del PDECat y Demòcrates de Catalunya, y repudiado sin tapujos por la CUP. De hecho, ayer los anticapitalistas se sintieron satisfechos en las redes sociales por la dimisión.
La desconfianza de republicanos y cuperos aumentó tras una entrevista en TVE del pasado 18 de febrero. Batlle dejó claro su
DESCONFIANZA ERC y la CUP recelaban de Batlle por su “falta de compromiso” con el referéndum
posicionamiento y manifestó que la policía tiene una “dependencia jerárquica del Departament d’Interior y una dependencia funcional, como cuerpo judicial, de la Fiscalía y de los jueces. Siempre hemos cumplido esta función y, por supuesto, la seguiremos cumpliendo”.
Ayer se despidió en una carta colgada en la intranet de los Mos-
sos subrayando que su adiós se debe a motivos políticos por sus discrepancias sobre el desafío del Govern. “Estoy convencido de que en los actuales momentos de la vida del país, nuestra policía seguirá perseverando en esta misión de defensa de la seguridad y del bienestar de nuestros conciudadanos y lo hará, como siempre, con escrúpulo respeto y sujeción a la ley”.
La renuncia de Batlle sumió en la incertidumbre a todos los sindicatos de Mossos, que volvieron a reclamar “órdenes claras” para el 1-O y que dejen de utilizarles como “herramienta política”, al tiempo que advirtieron a los responsables que eviten poner en un compromiso a los agentes.
En el plano estrictamente político, el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, calificó de “preocupante” que Batlle dimitiera “por motivos políticos, y no personales” y se mostró convencido de que el nuevo director general de los Mossos “velará por el cumplimiento de la legalidad vigente”.
En la misma línea, Ciudadanos expresó que la dimisión de Batlle es la muestra de la “crisis constante” del Govern, mientras que para el PSOE y el PSC los independentistas “están llevando al extremo” el proceso soberanista en Catalunya.
Sin embargo, Unidos Podemos dio la vuelta a la tortilla, y su portavoz, Irene Montero, culpó al Gobierno de Mariano Rajoy de la marcha de Batlle, debido a su política de “persecución” judicial y policial, y su negativa a pactar un referéndum.
Por su parte, la coordinadora general del PDECat, Marta Pascal, valoró el “trabajo extraordinario” de Batlle al frente de los Mossos, pero justificó que Forn, como conseller, tiene la potestad de reorganizar su departamento como considere.
Con todo, el Consell Executiu de la Generalitat contará hoy por primera vez con Forn y los consellers de Cultura y de Presidència, Clara Ponsatí y Jordi Turull. Sobre la mesa estará el traspaso de la competencia de procesos electorales del Departament de Governació al de la Vicepresidència y de Economia i Hisenda, que dirige Oriol Junqueras, así como también la petición de esta última conselleria y de la de Exteriors de asumir las competencias para ejecutar la compra de urnas.
CONSELL EXECUTIU Vicepresidència y Exteriors harán hoy un primer gesto para la compra de urnas