Siempre positivo

Puntual, lo cual es de agradecer en el mundo del fútbol, cuidadoso y también regateador para no meterse en ningún charco, Ernesto Valverde supo nadar y guardar la ropa en su primera rueda de prensa de la pretemporada. Le esperaba un buen número de preguntas, concretamente 18, y enseñó que estaba preparado para afrontarlas, lo cual no implica necesariamente contestarlas. Lo que transmitió desde el otro lado de la trinchera fue buen talante y un positivismo que el Barça puede agradecer a poco que los resultados le acompañen. No se alteró ante ninguna cuestión ni respondió cortante, aunque tampoco se trate de la alegría de la huerta. Claro que a estas alturas, la mayoría de preguntas no suele llevar la carga de profundidad que transportan en otras fases del año.

En cuanto a los posibles refuerzos pasó de puntillas, que para eso estaba al lado un Robert Fernández entre tenso y contundente. Por lo que hace a los nombres propios, Valverde se puso a repartir elogios, en especial cuando la cuestión versaba sobre Messi. Logró comunicar la humildad y la ilusión del recién llegado sin renunciar a dejar su sello personal, una marca que irá cayendo con su trabajo del día a día por su propio peso, como indica su apelativo de Txingurri (hormiga en euskera), aunque se lo pusieran por su estatura. Fue como aquellos profesores que les dicen a sus alumnos que ellos también están en la clase para aprender y que seguro que los conocimientos pueden partir de ambos lados. No se subió a la atalaya como si se tratara de un sabelotodo y se mostró receptivo. Con inteligencia evitó cualquier polémica y si hubo una cantinela en su comparecencia fue la de reiterar que lo mejor es lo que tiene el Barcelona ya en el equipo y no lo que pueda venir del mercado. Lo que deba ser será, pero ansiedad por nuevos fichajes Valverde no enseñó ninguna. El Barça es el equipo más grande que ha entrenado nunca y, en cuanto a calidad, es imposible que el técnico tenga alguna queja. Ah, y no va a traicionar el sacrosanto estilo.