Millo no descarta que el Estado fuerce a unas elecciones al Parlament
JxSí tacha de “despropósito” la opción insinuada por el delegado del Gobierno
El Estado mantiene la decisión de ir a por todas para impedir la celebración del referéndum de independencia del 1 de octubre y, con ese objetivo, incluso no descarta la opción de forzar la convocatoria de unas elecciones al Parlament, según dijo ayer el delegado del Gobierno central en Catalunya, Enric Millo. Junts pel Sí, el grupo mayoritario en la Cámara catalana, calificó de “despropósito” que se plantee una alternativa de esta naturaleza como vía para tratar de desbloquear la crisis que enfrenta a la Generalitat y el Ejecutivo de Mariano Rajoy. En una entrevista a El matí de
Catalunya Ràdio, Millo sugirió la posibilidad de que el Estado intervenga el autogobierno y asuma la potestad de convocar comicios que el Estatut d’Autonomia atribuye al presidente de la Generalitat, aunque aseguró que no le parece deseable. “Espero que no, deseo que no, haré todo lo posible para que eso no pase”, subrayó el delegado, que remarcó, sin embargo, que se trata de una alternativa perfectamente viable: “No lo podemos descartar porque la ley permite hacerlo”.
El dirigente popular señaló que la respuesta del Estado a los planes independentistas dependerá de cómo actúe el Govern de Carles Puigdemont, al que atribuyó una actuación “autoritaria” que, según él, a estas alturas roza “el fanatismo”. En cualquier caso, Millo garantizó que el 1 de octubre “no habrá un referéndum efectivo, con garantías y vinculante como ha prometido el Gobierno” catalán. Otra cosa, ironizó, es que la gente pueda organizar algún acto “en el comedor de casa”, en una “residencia de ancianos” o en un “grupo casteller”.
En línea con lo que él mismo ha indicado en más de una ocasión, el delegado puso el énfasis en el hecho de que el Ejecutivo central seguirá actuando para que cualquier decisión que se tome en Catalunya que vulnere la legalidad y contradiga las sentencias de los tribunales sea impugnada y quede anulada. Y, en este sentido, remarcó que “no se pueden comprar urnas para hacer un referéndum ilegal” y que “para hacer un proceso electoral legal” no hay que adquirir ninguna, porque hay más de 8.000 a disposición de Catalunya. Ahora bien, y respecto a la consulta, Millo añadió que si alguien gasta dinero para intentar cometer “una ilegalidad”, lo deberá “pagar de su bolsillo” porque sería una malversación.
Millo aclaró que el Estado tiene “mecanismos para defenderse” si el Govern opta por llevar adelante unos planes soberanistas que considera que son propios de un ejecutivo “absolutamente autoritario, antidemocrático y fanático”. “Si la acción (de la Generalitat) es tan desproporcionada, no se puede descartar ninguna acción que tenga como objetivo restablecer el orden y la ley”. En caso extremo, según Millo, “legalmente sería posible” hacer que intervinieran los Mossos d’Esquadra para precintar urnas, aunque el delegado expresó su confianza en que no se dé este escenario.
Las reacciones a las declaraciones de Millo no se hicieron esperar. El nuevo portavoz del Govern de la Generalitat, Jordi Turull, le reprochó “la subasta de ideas” en que, según su opinión, incurre el Ejecutivo central sobre cómo frenar el referéndum del 1-O. “Cada día es una
REPROCHE
ADVERTENCIA El Ejecutivo de la Generalitat lamenta la “subasta de ideas” contra el referéndum El dirigente del PP avisa de que la adquisición de urnas para la consulta sería malversación
idea diferente, cada día hacen un concurso de ideas mientras nosotros trabajamos para el 1 de octubre”, dijo el conseller, a la vez que criticaba el “pánico” en las urnas.
En su primera rueda de prensa como nuevo presidente del grupo parlamentario de JxSí, y con referencia a la posibilidad, planteada por Enric Millo, de que el Estado imponga unas elecciones al Parlament de Catalunya, Lluís Corominas cargó contra esta “salida de tono”. Corominas se declaró “muy sorprendido” por “el despropósito” de que el delegado del Gobierno se atribuya la competencia del presidente de la Generalitat de convocar comicios “en un Estado que dicen que es de derecho y democrático”. A pesar de todo, el líder independentista, que también denunció la judicialización del proceso, dijo que no prevé que el Estado acabe forzando unas elecciones autonómicas. “No le han tomado bien la temperatura al pueblo. El pueblo quiere votar, que nos dejen decidir nuestro futuro y que no decidan por nosotros”, remachó.