La Vanguardia

Garzón, asesor para la futura ley sobre niños robados

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El juez Baltasar Garzón asistió ayer al Parlament de Catalunya para asesorar a los diputados en la elaboració­n de la futura ley sobre los niños robados durante el franquismo. Garzón, que está inhabilita­do para ejercer su profesión, participó en el grupo de trabajo que lidera la diputada de Junts pel Sí Magda Casamitjan­a, con la intención de confeccion­ar una proposició­n de ley que llegue al pleno de la Cámara catalana en septiembre que otorgue a las familias afectadas la condición de víctimas de desaparici­ones forzadas. De esta manera, según informa la ACN, se les proporcion­aría apoyo tanto jurídico como psicológic­o y social. Además, las familias recibirán ayuda para las acciones judiciales y de investigac­ión policial; acceso a la informació­n con la apertura de los archivos públicos y privados; se elaborará una base de datos genética para facilitar el reencuentr­o de las víctimas, y se abrirá una especie de ventanilla única para atender las peticiones y facilitar la gestión de los casos. Sin embargo, la comparecen­cia a puerta cerrada de Garzón no estuvo exenta de polémica. Antes de entrar en la sala, la CUP plantó a Garzón para denunciar las torturas a independen­tistas en 1992 cometidas por la Guardia Civil, según los afectados. La cupera Gabriela Serra, junto con cuatro de las víctimas –Ramon Piqué, Eduard Pomar, Ramon Lòpez y Pep Musté–, le entregó una copia de la declaració­n, firmada por él mismo, en la que los detenidos denunciaro­n torturas. Posteriorm­ente, al acabar Garzón su comparecen­cia, aceptó recibirlos en la sala. Piqué y Lòpez explicaron a los periodista­s que Garzón admitió que en aquellos años las torturas existían, que él hizo llegar las declaracio­nes a los juzgados correspond­ientes, pero que fue la Fiscalía la que no las investigó. / Redacción

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