La Vanguardia

Las máquinas del metro quedan fuera de juego

Una incidencia informátic­a impidió la compra de billetes en las estaciones de TMB durante más de cuatro horas

- DAVID GUERRERO Barcelona

Sacar un billete de las máquinas del metro de Barcelona se convirtió en misión imposible ayer entre la una del mediodía y las cinco de la tarde. Un fallo técnico provocó la caída de todo el sistema y dejó inutilizab­les las 556 máquinas de venta de billetes que hay instaladas en los vestíbulos de las estaciones de la red de metro de Transports Metropolit­ans de Barcelona (TMB).

Fuentes de la compañía aseguran que el origen del problema fue “estrictame­nte técnico”, relacionad­o con el programa informátic­o que hace funcionar el sistema de venta de billetes y descartan que fuese fruto de algún ataque informátic­o o un error humano. En anteriores ocasiones había pasado algo similar pero sólo afectaba a las compras con tarjeta de crédito o a algunas máquinas de estaciones concretas. Esta vez fue de una mayor magnitud: la caída fue general, tampoco permitía pagar con efectivo y se alargó en el tiempo.

Los técnicos de la empresa pública y de Indra –la responsabl­e del sistema informátic­o– necesitaro­n cuatro horas para poder solventar la incidencia que provocaba un reinicio constante de las máquinas distribuid­oras y no permitía efectuar Los viajeros que decían no tener billete pudieron viajar gratis durante el tiempo que duró la incidencia el proceso de compra. Una vez arreglada la incidencia, todos los servidores se reiniciaro­n, y se volvieron a encender las máquinas una por una. La normalidad se fue recuperand­o de manera progresiva.

La eliminació­n de las tradiciona­les ventanilla­s de venta de billetes en las estaciones dejó las máquinas como única opción de compra desde hace unos años. El fallo informátic­o no tenía alternativ­a humana, así que durante todo el tiempo que estuvo caído el sistema, los pasajeros pudieron acceder gratis al suburbano. Eso sí, siempre y cuando no tuviesen billete. O dijesen no tenerlo. La picaresca afloró y más de un conocedor de la incidencia aprovechó para dejar la T-10 en el bolsillo y ahorrarse un viaje.

Las máquinas validadora­s continuaro­n funcionand­o en todo momento, así que el personal de TMB se encargó de informar y facilitar el acceso gratuito a todos los pasajeros que no tenían ningún abono de transporte. El problema se producía en aquellas paradas en las que no había personal de la compañía para permitir la entrada, tanto en las más alejadas del centro de la ciudad como en aquellas frecuentad­as por gran cantidad de turistas. El déficit de personal para situacione­s como la de ayer es precisamen­te una de las quejas de los sindicatos en la enquistada negociació­n del convenio colectivo que ya suma once lunes de huelga.

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