Las máquinas del metro quedan fuera de juego
Una incidencia informática impidió la compra de billetes en las estaciones de TMB durante más de cuatro horas
Sacar un billete de las máquinas del metro de Barcelona se convirtió en misión imposible ayer entre la una del mediodía y las cinco de la tarde. Un fallo técnico provocó la caída de todo el sistema y dejó inutilizables las 556 máquinas de venta de billetes que hay instaladas en los vestíbulos de las estaciones de la red de metro de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB).
Fuentes de la compañía aseguran que el origen del problema fue “estrictamente técnico”, relacionado con el programa informático que hace funcionar el sistema de venta de billetes y descartan que fuese fruto de algún ataque informático o un error humano. En anteriores ocasiones había pasado algo similar pero sólo afectaba a las compras con tarjeta de crédito o a algunas máquinas de estaciones concretas. Esta vez fue de una mayor magnitud: la caída fue general, tampoco permitía pagar con efectivo y se alargó en el tiempo.
Los técnicos de la empresa pública y de Indra –la responsable del sistema informático– necesitaron cuatro horas para poder solventar la incidencia que provocaba un reinicio constante de las máquinas distribuidoras y no permitía efectuar Los viajeros que decían no tener billete pudieron viajar gratis durante el tiempo que duró la incidencia el proceso de compra. Una vez arreglada la incidencia, todos los servidores se reiniciaron, y se volvieron a encender las máquinas una por una. La normalidad se fue recuperando de manera progresiva.
La eliminación de las tradicionales ventanillas de venta de billetes en las estaciones dejó las máquinas como única opción de compra desde hace unos años. El fallo informático no tenía alternativa humana, así que durante todo el tiempo que estuvo caído el sistema, los pasajeros pudieron acceder gratis al suburbano. Eso sí, siempre y cuando no tuviesen billete. O dijesen no tenerlo. La picaresca afloró y más de un conocedor de la incidencia aprovechó para dejar la T-10 en el bolsillo y ahorrarse un viaje.
Las máquinas validadoras continuaron funcionando en todo momento, así que el personal de TMB se encargó de informar y facilitar el acceso gratuito a todos los pasajeros que no tenían ningún abono de transporte. El problema se producía en aquellas paradas en las que no había personal de la compañía para permitir la entrada, tanto en las más alejadas del centro de la ciudad como en aquellas frecuentadas por gran cantidad de turistas. El déficit de personal para situaciones como la de ayer es precisamente una de las quejas de los sindicatos en la enquistada negociación del convenio colectivo que ya suma once lunes de huelga.