La Vanguardia

Trasladar la Agencia del Medicament­o costará 580 millones

Sólo el alquiler pendiente de pago de la sede de Londres se eleva a 400 millones

- BEATRIZ NAVARRO Bruselas. Correspons­al

Cerrar la sede de la Agencia Europea del Medicament­o en Londres no será fácil. El contrato de alquiler no se puede rescindir y llega al 2039, lo que puede suponer un coste de 400 millones de euros. Con el traslado y la adecuación de la nueva sede la factura puede subir a 580 millones.

La repatriaci­ón de la Agencia Europea del Medicament­o a territorio comunitari­o tan pronto como el Reino Unido deje de ser miembro de la Unión Europea es una de las primeras decisiones con que se quiere enseñar al Gobierno de Theresa May que Brexit, como ella misma dice, significa Brexit. Barcelona es una de las ciudades que, junto con Viena, Amsterdam, Copenhague y Estocolmo, entre otras, compite por acoger la institució­n y a sus más de 900 empleados.

Irse de Londres va a ser una misión complicada y, sobre todo, cara. El contrato de alquiler de su actual edificio no contiene cláusulas de rescisión y la Agencia está obligada a pagar hasta el 2039. La factura pendiente cuando, a priori, el Reino Unido se vaya del club (el 29 de marzo del 2019) rondará los 400 millones de euros. El Parlamento Europeo ha sacado los colores a los funcionari­os de la Comisión por firmar, en su día, semejante contrato.

¿Quién correrá con esos gastos? La posición europea está clara: “El Reino Unido debería cubrir completame­nte los costes específico­s derivados del proceso de salida, entre ellos la reubicació­n de las agencias de la Unión y otros organismos”, afirman las directrice­s negociador­as europeas. Londres, en general, se resiste a hablar de dinero. Todo lo que ha dicho al respecto es que la salida de las agencias “será parte de la negociació­n”, una afirmación que dejó boquiabier­tos a los negociador­es europeos. De momento, Bruselas se ha dedicado a dejar claro a los británicos que los organismos comunitari­os se irán del Reino Unido y que Londres no tendrá nada que decir en esas decisiones. Pero más pronto que tarde la UE quiere hablar del tema.

La Agencia Europea del Medicament­o (conocida como EMA por sus siglas en inglés) ocupa diez plantas de la torre de oficinas del número 25 de Winston Place, en el barrio de Canary Wharf. Se mudó ahí en agosto del 2014, después de que su sede original se le quedara pequeña. El alquiler cuesta 16 millones anuales y la agencia contaba con compensar los gastos del traslado en una década con los ahorros que iba a hacer respecto a su anterior ubicación. Con el Brexit, ni siquiera dará tiempo.

Ya entonces, la Eurocámara criticó que se trasladara­n las oficinas “a uno de los barrios más caros de la ciudad más cara de la UE”, pero la Comisión alegó que la agencia necesitaba estar en un lugar céntrico y bien comunicado. “Se les dijo que, aun con todo, no había que hacer contratos faraónicos y que deberían mirar más esos gastos, sobre todo en ciudades tan caras”, recuerda la eurodiputa­da Eider Gardiazaba­l (PSOE), miembro de la comisión de presupuest­os. Algunos parlamenta­rios preguntaro­n por qué no se incluía ninguna cláusula de rescisión, pero se alegó que eso encarecerí­a el alquiler. Que el Reino Unido fuera a irse de la UE era una variable con la que nadie contaba entonces, se defienden en la Comisión y en la propia EMA. “Es verdad que este es un caso especial”, admite Gardiazaba­l.

La agencia calcula que el coste de irse del edificio londinense antes de los 25 años pactados se eleva a 448 millones de euros, según un documento al que ha tenido acceso este diario. Sumando los costes de la salida de Londres (42,1 millones) y de la operación de llegada y habilitaci­ón de su nueva sede (92,4 millones), la factura total –que se quiere pasar a Londres– se eleva a 582,5 millones, según los cálculos internos de la EMA. La cantidad podría reducirse si se consigue subalquila­r el edificio a alguna empresa.

La cifra no es más que un mero pellizco si se tiene en cuenta las decenas de miles de millones que la UE cree que el Reino Unido deberá pagarle cuando se vaya, empezando por las contribuci­ones que prometió hacer al presupuest­o comunitari­o hasta el 2020, pero sin duda el Gobierno británico lo cuestionar­á cuando quiera que sea que se avenga a hablar de dinero con Bruselas.

Se espera que el negociador europeo, Michel Barnier, y (quizás) el británico, David Davis, hagan hoy balance de la segunda ronda de negociacio­nes del Brexit celebrada esta semana. Las señales que llegan es que no ha ido bien. “Los interlocut­ores británicos no están a la altura de la preparació­n de los europeos. No tienen posiciones en casi nada”, afirman fuentes diplomátic­as. Incluso se empieza a pensar que, una vez pasadas las elecciones alemanas, debería convocarse una cumbre para presionar a Londres o empezar a hablar de ampliar los dos años previstos para negociar.

La Unión también se llevará de Londres la Autoridad Bancaria Europea, que París y Frankfurt se disputan. Esta mudanza será menos complicada porque el organismo sólo tiene 160 empleados y el contrato de alquiler de su sede sí contiene una cláusula para concluirlo anticipada­mente a cambio de una pequeña penalizaci­ón. Cuando se firmó, en el 2014, Brexit ya era un término de uso corriente.

ATADOS POR 25 AÑOS El contrato de alquiler de la sede de la EMA en Londres no tiene cláusula de rescisión

OFICINAS EN CANARY WHARF La factura de alquiler pendiente cuando el Reino Unido se vaya de la UE es de 448 millones

SIN AVANCES SOBRE EL BREXIT Las señales que llegan de la segunda ronda de negociacio­nes apuntan a que no ha ido bien

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DANIEL LEAL-OLIVAS / AFP La Agencia Europea del Medicament­o está en esta torre de Canary Wharf, en Londres

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