Batea quiere dejar Catalunya y pasarse a Aragón

El alcalde de Batea ha dicho basta. La gota que colmó el vaso llegó la semana pasada, cuando desde el Govern le dijeron que en su municipio, de apenas 2.000 habitantes en un extremo de la Terra Alta, no había lista de espera para la residencia de tercera edad. “¡Y eso es mentira! Además tenemos un convenio del 2010 y votado tres veces en el Parlament en el que el Govern se compromete a concertar sesenta plazas y sólo tenemos treinta”, afirma Joaquim Paladella, alcalde desde 1991 por la formación municipalista Unió per la Terra Alta que gracias al pacto con PSC desplazó a la antigua CiU. El alcalde está indignado porque antes también le dijeron que Batea no cumplía los criterios “y que no éramos prioritarios y que las necesidades de Santa Coloma eran más importantes; queremos ser ciudadanos de primera igual que el resto; no queremos estar una Catalunya que nos margina”. Y antes de ser de segunda, prefiere irse a la comunidad vecina: Aragón. “No es que no nos sintamos catalanes, es que nos echan”. Paladella ha pedido una reunión con el subdelegado del Gobierno en Tarragona para que le informe sobre las posibilidades jurídicas de separarse de Catalunya y otra con Carles Puigdemont. “No sé si en Aragón habríamos solucionado este tema pero queremos explorar todas las vías”, dice Paladella, que insiste: “El Govern nos está toreando; si no eres de su cuerda, te castigan; cuando no es la residencia son los parques eólicos y otras cosas”. Mientras espera las citas, el alcalde asegura que entre todos los vecinos tomarán una decisión.