El PSOE no vetará que el Congreso investigue a Blanco por el Alvia
En abril del año pasado, en la anterior y fallida legislatura, el PSOE de Pedro Sánchez se sumó al PP y votó en contra de la comisión de investigación en el Congreso sobre el accidente del tren Alvia ocurrido en Angrois (Santiago) el 24 de julio del 2013, que causó la muerte de 80 personas y más de 150 heridos. Los dos partidos mayoritarios tumbaron así la iniciativa de En Marea, que pretendía esclarecer las responsabilidades políticas que atribuía, precisamente, al PSOE y al PP, en las figuras de dos exministros de Fomento, el socialista José Blanco (2009-2011), hoy eurodiputado, y la popular Ana Pastor (2011-2016), actual presidenta del Congreso.
El nuevo PSOE de Sánchez, impulsado por dirigentes como Odón Elorza, dio un giro de 180 grados a la posición anterior y, tras reunirse con la plataforma de víctimas, se comprometió no sólo a respaldar sino a liderar la constitución de una comisión de investigación sobre el accidente.
Dicho y hecho, el grupo socialista registró ayer en el Congreso su propia solicitud de creación de una comisión de investigación sobre las causas del accidente ferroviario, para delimitar “las responsabilidades políticas que pudieran derivarse”. El portavoz socialista de fomento, César Ramos, justificó el cambio de postura: “El PSOE nunca va a tener ningún problema para cambiar de opinión si se dan las condiciones y cambian las circunstancias. La nueva política es eso, tenemos que escuchar a la ciudadanía y a las víctimas”. Y la diputada gallega Pilar Cancela –presidenta además de la gestora del PSdeG– aseguró que no buscarán la confrontación política, sino sólo “que se esclarezcan los hechos y se depuren las responsabilidades”.
En esta comisión se da por hecho que se pedirá las comparecencias de Blanco y Pastor. En el nuevo equipo de Sánchez aseguran que no vetarán de antemano ninguna comparecencia. Y que al PSOE no le causará un “problema político” que comparezca Blanco: “No, en absoluto”.
El nuevo equipo de Sánchez rechaza que la comparecencia del exministro le suponga un problema político