Maniobra para evitar que una sola empresa haga las obras de Glòries
La licitación de los trabajos se fragmentará en cuatro o cinco lotes para evitar imprevistos provocados por ofertas a la baja temerarias
El túnel de las Glòries lo acabarán construyendo un mínimo de cuatro empresas diferentes. Como avanzó ayer La Vanguardia, el gobierno municipal ha decidido fragmentar la licitación en cuatro lotes como mínimo para evitar que una sola empresa asuma el conjunto de la actuación. De esta manera se frena la presentación de una oferta económica muy atrevida a la baja que luego acabe acumulando sobrecostes por los imprevistos que esconde el complejo proyecto, tal y como pasó con la anterior unión temporal de empresas (UTE). “Lanzamos un mensaje claro a las empresas de que no pueden presentar bajas temerarias que luego provocan sorpresas; si ninguna UTE tiene el control de toda la obra, evitamos riesgos”, aseguró ayer la teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, decidida a no tropezar con la misma piedra.
Los cuatro lotes se corresponden aproximadamente con cada tramo que queda entre los diferentes túneles ferroviarios de Adif que atraviesan la obra. Cada empresa o UTE podrá optar a todos los paquetes, pero sólo podrá ganar uno de ellos para garantizar la fragmentación de los trabajos. El director general de Bimsa, Ángel Sánchez, se mostró convencido de que si “toda la obra saliera a concurso en un solo paquete de 100 millones habría de nuevo constructoras presentando ofertas a la baja que volverían a provocar demoras y problemas inaceptables” como las surgidas en las obras ejecutadas hasta ahora, con un sobrecoste del 60%.
Además del túnel entre las calles Castillejos y Badajoz, saldrá a licitación el tramo hasta la rambla del Poblenou. Debía ejecutarse en una segunda fase, pero la alcaldesa Ada Colau ya anunció el martes que la licitación será conjunta. Después del verano el conjunto del túnel saldrá a concurso. Era una reivindicación de los vecinos, que alertaban de que la segunda fase podía quedar aparcada hasta la eternidad. El gobierno municipal ha hecho de la necesidad virtud y ha aprovechado por incorporar todo el proyecto al nuevo concurso troceado.
Los cuatro lotes anunciados podrían llegar a ser cinco en función de si el tramo entre Badajoz y la rambla del Poblenou sale a licitación en un único paquete o se divide en dos. En este caso la fragmentación no sería por tramos, sino por tareas. La finalidad sí que es la misma: evitar bajas temerarias.
El precio del total de la licitación se prevé que sea de alrededor de 100 millones de euros. Para el 2019 quedaría una licitación más por valor de 30 millones de euros correspondiente a los acabados. De esta manera, el coste total de la construcción –teniendo en cuenta los 46 ya invertidos– asciende hasta los 176 millones, seis más que en el 2015 debido a la actualización de los proyectos.
Las constructoras que formaban la anterior UTE (Comsa, Copisa Constructora Pirenaica, Benito Arnó e Hijos y Romero Gamero) podrían presentarse hoy en día al El gobierno municipal estudia la vía para impedir que la anterior constructora se presente al concurso concurso cuando se haga público, pero el gobierno municipal está maniobrando para evitarlo. “Estamos estudiando si se puede declarar algún tipo de incompatibilidad para impedir que participen en el concurso”, reconoció Sanz tras asegurar que el enfrentamiento abierto entre la constructora y el Ayuntamiento tiene todos los números de acabar en un contencioso-administrativo. Pese a ello, defendió que el desacuerdo en la liquidación económica del anterior contrato y su hipotética judicialización no afectará al calendario de la futura licitación.
El Ayuntamiento trabaja con la idea de iniciar las obras a finales de marzo del 2018. Precisamente hasta ese periodo ha salido a licitación el contrato relativo a los servicios de vigilancia privada de la zona. Para que las máquinas vuelvan a trabajar a finales de marzo del año que viene se tiene que cumplir un ajustado calendario que prevé la aprobación del nuevo proyecto en la comisión de Urbanismo de septiembre para que salga a licitación en octubre y se pueda adjudicar a lo largo del mes de febrero como muy tarde. Si se cumplen los nuevos calendarios marcados, la obra civil estaría acabada en el 2020 y podría entrar en funcionamiento a principios del 2021.