La Vanguardia

Trance meditativo

- RAMON SÚRIO

Bonnie ‘Prince’ Billy & Bitchin Bajas

Lugar: Razzmatazz 2

Fue un concierto en tres partes. En la primera el trío de Chicago Bitchin Bajas introdujo su música ambiental con proliferac­ión de teclados atmosféric­os y flauta travesera. Luego llegó el turno de Will Oldham para dar vida a su alias más célebre, Bonnie Prince Billy. El hombre que pasó de mito freak-folk y alt-country a respetado cantautor tras versionar Johnny Cash su I see a darkness interpretó media docena de temas, empezando a cappella con el Strange affair de Richard Thompson y June Tabor. Ya con guitarra acústica se enfiló por los agudos y los silbidos de la propia A King at night, otras versiones, como el Just little boy blue de George Jones, para acabar con Intentiona­l injury ,su aportación a la banda sonora de la serie True detective.

Al final llegó el momento culminante, la reproducci­ón de la jam session que dio lugar al álbum Epic jammers and fortunate Little ditties (2016), en una improvisac­ión conjunta en la casa de Oldham, en Louisville, Kentucky. Una música con proliferac­ión de teclados y sonidos repetitivo­s para crear ambiente meditativo, orientado al trance. Para ello resulta fundamenta­l la colaboraci­ón del bardo, quien, grabando loops de su voz y cantando encima, producía el efecto de mantras fragmentad­os, evoluciona­ndo sobre un colchón de teclados y ritmos programado­s y también acústicos, con flauta, ukelele su propia guitarra o puntuales intervenci­ones a la melódica y la percusión.

Todo para elaborar un ambiente-folk que tiene claras conexiones con la música kosmische alemana. Con títulos muy expresivos que se repetían en crescendos templados, como el de Nature makes us for ourselves, la envolvente y dramática Despair is criminal o la plegaria con la que se despidiero­n, Your hard work is about to pay off. Keep on keeping on, que por momentos recordaba el Astral weeks de Van Morrison.

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