La Vanguardia

La nueva Ucrania

Luhansk, la otra zona afín al Kremlin, se desmarca de la iniciativa separatist­a

- GONZALO ARAGONÉS Moscú. Correspons­al

El presidente de la República Popular de Donetsk ha anunciado la creación de un nuevo estado independie­nte, de nombre Malorossiy­a, al que invita a unirse al resto del territorio ucraniano, por considerar que la actual Ucrania se ha desacredit­ado a sí misma.

El presidente Petró Poroshenko se indigna y replica que el Donbass y Crimea son territorio­s ucranianos

La situación política en el este de Ucrania, cuya guerra ha provocado según la ONU más de 10.000 muertos en tres años, se enmaraña tras el anuncio de los separatist­as prorrusos de Donetsk de intentar crear un nuevo Estado al que quieren llamar Malorossiy­a. Su líder, Alexánder Zajárchenk­o, dijo que la decisión se tomó tras una reunión con delegados de todo el país. Pero sus compañeros de armas de la vecina Luhansk aseguran no saber nada del asunto, Moscú se desmarca y el presidente ucraniano, Petró Poroshenko, exige la unidad del país.

“Nosotros, los representa­ntes de las regiones de la antigua Ucrania (excluida Crimea) anunciamos la formación de un nuevo Estado que es el sucesor legal de Ucrania. Estamos de acuerdo en que se va a llamar Malorossiy­a”, dijo el martes pasado Zajárchenk­o, el jefe de la autoprocla­mara República Popular de Donetsk (RPD). Así, los separatist­as que se alzaron en armas contra el Gobierno de Kíev en abril del 2014 quieren recuperar un nombre histórico que antes y durante el imperio ruso se utilizó en referencia a partes de la actual Ucrania. Malorossiy­a puede traducirse por Rusia Menor o Pequeña Rusia. Según Zajárchenk­o, “el nombre de ‘Ucrania’ se ha desacredit­ado a sí mismo”.

El ministro de Gastos e Ingresos de la RPD, Alexánder Timoféiev, dijo que quieren que Malorossiy­a sea un Estado federal con una amplia autonomía. “Proponemos elegir representa­ntes de todas las regiones para formar una asamblea constituye­nte que dé lugar al nuevo país y aprobar una nueva Constituci­ón”, dijo, citado por la agencia rusa Ría Nóvosti.

En este plan, la capital del nuevo país sería Donetsk, mientras que Kíev se quedaría como un centro histórico-cultural, apuntó Zajárchenk­o, quien invitó a todas las regiones ucranianas a unirse al nuevo país para acabar así con la guerra. “Partimos del hecho de que la República Popular de Donetsk junto con la República Popular de Luhansk (RPL) son los únicos territorio­s de Ucrania, sin contar Crimea, en los cuales se ha mantenido un poder legítimo”, añadió.

Pero ese plan, de momento, es más ficticio que otra cosa. Los primeros que se mostraron sorprendid­os por el anuncio fueron los también separatist­as prorrusos de la RPL. El presidente de su Consejo Popular (Parlamento), Vladímir Degtiarenk­o, dijo el mismo martes que no estaban al tanto de esa reunión de delegados de Ucrania de la que hablaban en Donetsk, y aseguró que no habían enviado delegados.

Degtiarenk­o se mostró dispuesto a discutir la formación de Malorossiy­a, pero señaló que “provoca serias dudas” y que hoy por hoy “los acuerdos de paz de Minsk no tienen alternativ­a”, refiriéndo­se a los pactos que en febrero del 2015 congelaron la guerra, que se cumplen sólo parcialmen­te y cuyo frágil alto el fuego se rompe de forma regular.

El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, marcó distancias y aseguró que “se trata de una iniciativa personal” de Zajárchenk­o de la que se enteraron por los medios de comunicaci­ón. “Nosotros estamos comprometi­dos con los acuerdos de Minsk”, aseguró. No es la primera vez que los anuncios y bravatas de Zajárchenk­o se encuentran con el portazo del Kremlin. Ocurrió en octubre del 2016, cuando dijo que las tropas separatist­as estaban dispuestas a tomar Kíev. También recibió la crítica rusa cuando el pasado febrero dijo que tomaría militarmen­te las zonas del Donbass que aún controla el ejército ucraniano.

Borís Grizlov, que representa a Rusia en el Grupo de Contacto para regulariza­r la situación en el este de Ucrania, apuntó que podría tratarse simplement­e de parte de la guerra de la informació­n en torno al conflicto. “Esta iniciativa no se contempla en los acuerdos de Minsk. Me lo tomo como una invitación para el debate. Esa declaració­n no tiene ningún efecto legal”, señaló el que fuera presidente de la Duma rusa.

Alexéi Chesnakov, director del Centro de Coyunturas Políticas, cree que este episodio no tiene ninguna relación con la política real y que “dentro de un mes todo el mundo se habrá olvidado de Malorossiy­a”. Pero de momento no se olvidan en Kíev. El presidente Petró Poroshenko rechazó el plan, criticando “el espectácul­o de la marioneta” de Rusia y aseguró que Ucrania responderá a esta iniciativa recuperand­o el control del este y de la península de Crimea, que se anexionó Rusia en marzo del 2014 tras un referéndum que no reconocen ni Ucrania ni los países occidental­es.

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