La gesta del Canal
El director de ‘Origen’ afronta en su nueva película uno de los capítulos heroicos de la historia británica
El director Christopher Nolan ha tenido que refutar una y otra vez cualquier lectura política de Dunkerque, su última película, donde narra con pocas palabras y mucha acción la operación de rescate del cuerpo expedicionario británico en 1941.
Chistopher Nolan, el director de la fantasía por antonomasia, con títulos en su haber como Origen (2010), Interstellar (2014) o la trilogía sobre Batman, el caballero oscuro, afronta con Dunkerque su primera película histórica, basada en hechos reales: la evacuación de las tropas inglesas de la playa de Dunkerque ante el empuje del ejercito alemán en su avance por Francia.
El director cuenta que Dunkerque es un proyecto que nace de la pasión más que del calculo. Todo surge de un mal viaje: un crucero de placer a través del Canal de la Mancha que el director realizó a mediado de los años noventa y que a punto estuvo de acabar mal. Lo que debía ser un paseo se convirtió en una lucha por la supervivencia de 19 horas de duración. “Si así fue para nosotros, que habría sido para los esforzados civiles que se lanzaron al mar para repatriar a los soldados en 1940”, recuerda el director que se preguntó a sí mismo.
Es inevitable pensar en el Brexit a la hora de ver esta historia de solidaridad entre países europeos, con el ejército británico luchando en suelo francés. Pero el mismo Nolan evita cualquier lectura política a su nueva película. “Empezamos a rodar antes del Brexit”, dice, para añadir: “No estaba en nuestro ánimo afrontar tal asunto. Tan sólo destacar la preeminencia del espíritu humano en momentos de necesidad, como ocurrió en Dunkerque”. ¿Es Dunkerque tan sólo otra historia de guerra, nostálgica de la grandeza de otro tiempo? ¿Que aparece precisamente en un momento en que Europa parece haber dejado atrás la solidaridad?
“No es un filme político”, insiste Nolan. “Es una historia de supervivencia. En un terreno que se parece más al thriller o al horror que a las tradicionales películas bélicas”, dice el director. “Una historia de resonancia universal”, afirma.
Nolan quiso afrontar este filme de la forma más inmersiva posible para el espectador, y por eso decidió evitar los alemanes, hacerlos invisibles a los soldados amontonados en la playa, esperando por su rescate. Aquella operación, con cientos de barcazas lanzadas desde las costa de Inglaterra, se conoce históricamente como operación Dinamo, y Nolan la filma como si estuviera en la playa con los soldados o con los civiles en sus embarcaciones.
El objetivo es conseguir el máximo realismo y la mayor experiencia inmersiva para el espectador. Nolan se decanta en este caso (como ya había hecho en parte con El caballero oscuro), por la tecnología IMAX y por la cámara de 70 mm. aunque utilizada de una manera revolucionaria: como si fuera una cámara al hombro, totalmente subjetiva. “Buscamos que, frente a la pantalla, se tenga la sensación de estar metido en medio de la acción”, dice el director británico en la presentación europea del filme, que tuvo lugar en Londres la pasada semana. Nolan se refiere tanto a las escenas de persecución y batalla como a las escenas más íntimas y calmadas, que son pocas en este filme sin tregua. Dunkerque tiene muy poco diálogo. Por momentos es casi muda, confiando plenamente en los otros elementos básicos del cine. En la imagen, por supuesto. Y en la música, que subraya la acción en todo momento.
La banda sonora, compuesta por Hans Zimmer, es fundamental. Una banda que tiene como centro de inspiración un pasaje de las Variaciones Enigma, compuestas por Edward Elgar en 1899, “Una pieza tan admirada por los británicos como la misma historia de Dunkerque”, dice el director.
La banda sonora de ‘Dunkerque’, de Hans Zimmer, se basa en las ‘Variaciones Enigma’, de Elgar