La Vanguardia

Trump instala el caos en la Casa Blanca y cae su portavoz

Un tiburón de Wall Street será el segundo jefe de comunicaci­ones en seis meses

- JORDI BARBETA Washington. Correspons­al

Que el caos reinaba en la Casa Blanca era un secreto a voces y todo el mundo esperaba, teniendo en cuenta el carácter del presidente, que Donald Trump daría más pronto que tarde un golpe de timón. Lo hizo ayer, forzando la dimisión del portavoz y secretario de prensa, Sean Spicer, que argumentó su renuncia por su disconform­idad con el nombramien­to de Anthony Scaramucci, un veterano tiburón de Wall Street que ya formó parte del equipo financiero de la campaña de Donald Trump, como nuevo director de comunicaci­ones de la Casa Blanca.

De hecho, la caída del portavoz Sean Spicer era una muerte anunciada. El propio Trump había criticado y desautoriz­ado a su portavoz varias veces y en las últimas semanas los briefings cotidianos de la Casa Blanca se convocaban el mismo día, se vetaba el acceso de las cámaras de televisión y venía ejerciendo como portavoz adjunta Sarah Huckabee Sanders, que ayer mismo fue confirmada por el propio Scaramucci como sustituta de Spicer.

El nombramien­to de Scaramucci y la dimisión de Spicer confirman una victoria del entorno familiar del presidente frente a los miembros del staff de la Casa Blanca, lo que hace prever que con los relevos de ayer no se cierra todavía la crisis.

El principal problema de la Administra­ción Trump ha sido, sin lugar a dudas, la comunicaci­ón, y sobre todo la incapacida­d de gestionar la omnipresen­cia del Rusiagate propiciada por las continuas filtracion­es a los medios, que habían creado un clima de recelos mutuos en el entorno del presidente y una batalla sostenida del yerno del presidente, Jared Kushner, apoyado por su esposa, Ivanka Trump, contra Reince Priebus, el jefe de gabinete de la Casa Blanca, pero la detoma rrota de Priebus, expresiden­te del Comité Nacional Republican­o, que ejercía de enlace entre Trump y los republican­os del Congreso, no augura una paz duradera en el edificio de la avenida Pensilvani­a.

De entrada, porque Priebus y Scaramucci son enemigos declarados. Priebus se había opuesto reiteradam­ente hasta vetar que el presidente nombrara a Scaramucci para ocupar un alto cargo en el ala oeste, argumentan­do que sus negocios con potencias extranjera­s podrían acarrear nuevos problemas. Scaramucci tenía la promesa de Trump de que se iba a incorporar a la nueva administra­ción y poco antes de la de posesión de Trump vendió su empresa, SkyBridge Capital a un grupo inversor chino con vínculos con el Gobierno de Pekín. Así que ha estado esperando seis meses la llamada y ahora, Trump, optando por la política de hechos consumados, le ha comunicado a Priebus el nombramien­to del nuevo jefe de comunicaci­ones cuando ya no había marcha atrás. El nuevo director de comunicaci­ones ocupa la plaza que ya quedó vacante con la renuncia en mayo de Mike Dubke.

El propio Scaramucci que compareció ayer ante la prensa, admitió la existencia en el pasado de “encontrona­zos y fricciones” con Priebus “como ocurre entre hermanos”, pero prometió actuar “lo más coordinado posible para sacar adelante la agenda del presidente”.

Anthony Scaramucci, de 52 años, es economista y se doctoró en Derecho en Harvard, pero no tiene ninguna experienci­a en temas de comunicaci­ón. Es otro miembro del equipo de Trump que trabajó para Goldman Sachs, donde, por cierto, coincidió con Steve Bannon, el jefe de estrategia de la Casa Blanca, con quien el propio Scaramucci reconoce que se llevó fatal. En las primarias republican­as apoyó primero a Scott Walker y luego a Jeb Bush antes de incorporar­se al equipo de Trump. Con todo, Trump, que suele quejarse de que sus correligio­narios no saben defender sus posiciones en los medios, valoraba la brillantez de los comentario­s de Scaramucci en la Fox.

Fuentes de la Casa Blanca informaron a varios medios que Sean Spicer no ocultó su disgusto a Donald Trump y le comunicó su renuncia porque considerab­a el nombramien­to de Scaramucci “un error grave”. Y con la renuncia de Spicer, la crisis de la Casa Blanca afectará también al Saturday Night

Live ,el Polònia de la NBC, donde la actriz Melissa McCarthy se había convertido en la estrella del show encarnando el personaje del controvert­ido portavoz con tanto éxito que ha sido nominada por ello a los premios Emmy.

El yerno y la hija del presidente ganan por ahora la batalla al jefe de gabinete, Reince Priebus

 ?? ANDREW HARNIK / AP ?? La nueva portavoz, Sarah Huckabee Sanders, recibe al director de comunicaci­ones, Anthony Scaramucci, en la Casa Blanca
ANDREW HARNIK / AP La nueva portavoz, Sarah Huckabee Sanders, recibe al director de comunicaci­ones, Anthony Scaramucci, en la Casa Blanca

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