Trump instala el caos en la Casa Blanca y cae su portavoz
Un tiburón de Wall Street será el segundo jefe de comunicaciones en seis meses
Que el caos reinaba en la Casa Blanca era un secreto a voces y todo el mundo esperaba, teniendo en cuenta el carácter del presidente, que Donald Trump daría más pronto que tarde un golpe de timón. Lo hizo ayer, forzando la dimisión del portavoz y secretario de prensa, Sean Spicer, que argumentó su renuncia por su disconformidad con el nombramiento de Anthony Scaramucci, un veterano tiburón de Wall Street que ya formó parte del equipo financiero de la campaña de Donald Trump, como nuevo director de comunicaciones de la Casa Blanca.
De hecho, la caída del portavoz Sean Spicer era una muerte anunciada. El propio Trump había criticado y desautorizado a su portavoz varias veces y en las últimas semanas los briefings cotidianos de la Casa Blanca se convocaban el mismo día, se vetaba el acceso de las cámaras de televisión y venía ejerciendo como portavoz adjunta Sarah Huckabee Sanders, que ayer mismo fue confirmada por el propio Scaramucci como sustituta de Spicer.
El nombramiento de Scaramucci y la dimisión de Spicer confirman una victoria del entorno familiar del presidente frente a los miembros del staff de la Casa Blanca, lo que hace prever que con los relevos de ayer no se cierra todavía la crisis.
El principal problema de la Administración Trump ha sido, sin lugar a dudas, la comunicación, y sobre todo la incapacidad de gestionar la omnipresencia del Rusiagate propiciada por las continuas filtraciones a los medios, que habían creado un clima de recelos mutuos en el entorno del presidente y una batalla sostenida del yerno del presidente, Jared Kushner, apoyado por su esposa, Ivanka Trump, contra Reince Priebus, el jefe de gabinete de la Casa Blanca, pero la detoma rrota de Priebus, expresidente del Comité Nacional Republicano, que ejercía de enlace entre Trump y los republicanos del Congreso, no augura una paz duradera en el edificio de la avenida Pensilvania.
De entrada, porque Priebus y Scaramucci son enemigos declarados. Priebus se había opuesto reiteradamente hasta vetar que el presidente nombrara a Scaramucci para ocupar un alto cargo en el ala oeste, argumentando que sus negocios con potencias extranjeras podrían acarrear nuevos problemas. Scaramucci tenía la promesa de Trump de que se iba a incorporar a la nueva administración y poco antes de la de posesión de Trump vendió su empresa, SkyBridge Capital a un grupo inversor chino con vínculos con el Gobierno de Pekín. Así que ha estado esperando seis meses la llamada y ahora, Trump, optando por la política de hechos consumados, le ha comunicado a Priebus el nombramiento del nuevo jefe de comunicaciones cuando ya no había marcha atrás. El nuevo director de comunicaciones ocupa la plaza que ya quedó vacante con la renuncia en mayo de Mike Dubke.
El propio Scaramucci que compareció ayer ante la prensa, admitió la existencia en el pasado de “encontronazos y fricciones” con Priebus “como ocurre entre hermanos”, pero prometió actuar “lo más coordinado posible para sacar adelante la agenda del presidente”.
Anthony Scaramucci, de 52 años, es economista y se doctoró en Derecho en Harvard, pero no tiene ninguna experiencia en temas de comunicación. Es otro miembro del equipo de Trump que trabajó para Goldman Sachs, donde, por cierto, coincidió con Steve Bannon, el jefe de estrategia de la Casa Blanca, con quien el propio Scaramucci reconoce que se llevó fatal. En las primarias republicanas apoyó primero a Scott Walker y luego a Jeb Bush antes de incorporarse al equipo de Trump. Con todo, Trump, que suele quejarse de que sus correligionarios no saben defender sus posiciones en los medios, valoraba la brillantez de los comentarios de Scaramucci en la Fox.
Fuentes de la Casa Blanca informaron a varios medios que Sean Spicer no ocultó su disgusto a Donald Trump y le comunicó su renuncia porque consideraba el nombramiento de Scaramucci “un error grave”. Y con la renuncia de Spicer, la crisis de la Casa Blanca afectará también al Saturday Night
Live ,el Polònia de la NBC, donde la actriz Melissa McCarthy se había convertido en la estrella del show encarnando el personaje del controvertido portavoz con tanto éxito que ha sido nominada por ello a los premios Emmy.
El yerno y la hija del presidente ganan por ahora la batalla al jefe de gabinete, Reince Priebus