“¿Coches sin conductor? Aún no, gracias”
Algún día circularán coches autónomos por las carreteras, pero aún no están a punto ni lo estarán dentro de cinco años como se dice a menudo; tardarán mucho más en llegar”, predice Ramon López de Mántaras.
¿Por qué tardarán tanto?
Por muchas razones. Técnicas, legales, psicológicas y de seguridad. Todas ellas difíciles de resolver.
Empecemos por las técnicas.
El sistema de visión artificial de un coche autónomo debe garantizar que no tendrá accidentes. Deberá ser mucho más robusto de lo que es actualmente para conseguir un reconocimiento prácticamente perfecto de los posibles obstáculos, tanto los que son fijos como los que están en movimiento. Y ello en condiciones de iluminación cambiantes, de día y de noche, con sol y con lluvia, con sombras o sin.
¿Cómo demostrar que el reconocimiento visual es perfecto?
Todo el software del coche deberá pasar pruebas estrictas y costosas. Este tipo de pruebas son equivalentes a las que superan los softwares de pilotaje automático de los aviones. Pero es mucho más difícil hacer un sistema de inteligencia artificial para conducir un coche que para pilotar un avión.
¿Por qué es más difícil?
Primero porque el tiempo de reacción debe ser mucho más rápido. En un avión, si el software falla, los pilotos humanos tienen muchos segundos o incluso minutos para actuar. En un coche, con otros vehículos cerca circulando rápido, se dispone sólo de una fracción de segundo. La ingeniería de software actual no está lo bastante avanzada para resolver este problema.
Sin embargo, Google tiene coches
autónomos que circulan. ¡Y que han registrado 400 incidencias en un plazo de un mes!
¿Cómo ha obtenido este dato?
Desde que se registró un accidente con un coche de Tesla, California obliga a comunicar todas las incidencias de coches autónomos por pequeñas que sean. Mercedes notificó 1.000 incidencias en 3.000 kilómetros, es decir, una cada tres kilómetros. Nissan, 400 en un mes, igual que Google. En muchos de estos casos se evitaron accidentes por la intervención de un conductor humano que cogió los mandos del coche.
Decía que hay también razones legales.
Que tampoco están resueltas. En caso de accidente, si el conductor oficialmente es el software de pilotaje automático y por consiguiente los ocupantes del coche tienen la condición legal de pasajeros,
PREOCUPA LA SEGURIDAD “Los vehículos autónomos deberán estar hechos a prueba de ciberataques”
¿quién es responsable? ¿Lo es el fabricante del coche? Será necesario investigar las causas de cada accidente con el fin de determinar qué falló. Si fue el software, algún sensor, la comunicación con la infraestructura externa que proporciona datos al coche…
¿Cuáles son las razones psicológicas?
A mucha gente le gusta conducir. Si el coche autónomo les priva del placer de conducir, ¿qué aceptación tendrá?
¿Y las razones de seguridad?
Los vehículos autónomos deberán estar hechos a prueba de ciberataques. No es aceptable que un grupo de hackers pueda controlar nuestro coche y secuestrarnos o secuestrar a alguien de nuestra familia para pedir un rescate. Tampoco es aceptable que un grupo terrorista hackee el software de coches autónomos y cause accidentes a gran velocidad. No es un problema fácil de resolver.
Visto así, casi es mejor seguir con coches convencionales.
A la larga los coches autónomos acabarán sustituyendo a los convencionales. Disminuirán drásticamente los accidentes de tráfico y se salvarán vidas. Pero el proceso será más largo de lo que muchos piensan. Posiblemente los coches autónomos se implantarán primero en lugares controlados. Por ejemplo, en campus universitarios o parkings de grandes superficies. Tal vez más adelante veremos carriles reservados para coches autónomos en autopistas. Entre el 2025 y el 2030 posiblemente tendremos coches que podrán circular solos durante gran parte de los trayectos, pero que requerirán que un conductor coja los mandos en algunas situaciones.
¿Y coches totalmente autónomos que no requieran ninguna intervención humana? Aún nos quedan muy lejos. Acabarán llegando, pero no sabría darle una fecha. Cuando lleguen, cambiarán completamente el concepto de movilidad.
¿En qué lo cambiarán?
Ya no seremos propietarios de los coches. Serán flotas de coches compartidos que podrán trasladar personas y mercancías durante las 24 horas del día. Como no tendrán que estar la mayor parte del tiempo aparcados, necesitaremos menos coches que ahora. Todo esto, evidentemente, obligará a revisar el modelo de negocio de los fabricantes de coches.