Presión infructuosa a Colau por su indefinición ante el 1-O
BComú rechaza una propuesta de Ciutadans contraria a cualquier tipo de colaboración del Ayuntamiento con el referéndum
La oposición lo intenta, pero no hay manera. Colau no se moja sobre el papel que tendrá el Ayuntamiento de Barcelona ante la celebración del referéndum independentista previsto para el 1 de octubre. Ciutadans volvió a tantearlo en el plenario municipal de ayer, como ya hizo el PP el mes anterior, y el resultado fue el mismo: “Como no hay ninguna convocatoria, no sabemos de qué estamos hablando; cuando la haya veremos las indicaciones, hablaremos tranquilamente, analizaremos las repercusiones y nos posicionaremos”, defendió la alcaldesa, Ada Colau. “Lo que sí que podemos acotar es que no vamos a permitir la instrumentalización del Ayuntamiento ni por unos ni por otros”, remarcó.
Y eso que lo intentan. La presión estaba previsto que llegara por ambos flancos del conflicto, con la formación naranja pidiendo el rechazo y el grupo municipal Demòcrata solicitando facilidades, aunque estos últimos vieron que el gobierno también tumbaría su texto, perderían la votación y prefirieron retirarlo. “Dejen la calculadora electoral y comprométanse con la ley”, apremió a la alcaldesa la líder de Ciutadans, Carina Mejías.
La propuesta contraria a la colaboración y cesión de espacios municipales como locales electorales no salió adelante. Fue rechazada con los votos de BComú, el grupo municipal Demòcrata, ERC, la CUP y el concejal no adscrito Gerard Ardanuy. Sólo consiguió el apoyo del PP y el PSC, que volvió a votar de manera diferente a sus socios de gobierno, como pasa cada vez que aparece el debate independentista en la sala. “No queremos poner la institución al servicio de ninguna causa, no queremos poner en riesgo a los funcionarios, votamos la defensa del Estado de derecho”, aseguró el teniente de alcalde socialista Jaume Collboni.
La oposición se había ensañado con la división entre las dos formaciones del gobierno municipal en anteriores ocasiones pero esta vez fue el grupo Demòcrata el que recibió más golpes. Xavier Trias anunció el miércoles que retiraba la proposición para evitar que el Ayuntamiento votara contra el referéndum y se ofreció a “firmar lo que sea necesario”. El primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, le reprochó que cuando se celebró la consulta del 9-N gobernaban en Barcelona los entonces convergentes y Trias como alcalde “abrió cero colegios electorales y firmó cero papeles”, ya que se encargó de todo ello el Gobierno catalán.
Pese a la ambigüedad manifiesta, el debate sobre el referéndum no incomoda al gobierno municipal ya que mientras se habla de ello no tienen que responder de los problemas que tiene abiertos y que realmente son de su incumbencia. Es el caso de la huelga del metro, enquistada desde hace semanas y que busca un revulsivo con la incorpora- ción en la mesa de negociación del gerente municipal, Jordi Martí, por orden directa de Colau.
La concejal de Movilidad y presidenta de TMB, Mercedes Vidal, lleva días aguantando críticas, reprobaciones e incluso un escrache en la puerta de su casa. Ayer acabó la semana con la petición de dimisión de toda la oposición en bloque. La huelga, que este lunes alcanzará su duodécima jornada, se ha convertido en “una crisis de ciudad”, según los republicanos. El concejal del grupo Demòcrata Jordi Martí acusó a Vidal de “incapacidad manifiesta” y Maria José Lecha, de la CUP, le puso “matrícula de honor en cinismo”.
Los republicanos, a la vez que pedían ayer la dimisión de Vidal en el plenario municipal, han firmado una propuesta en el consejo del Àrea Metropolitana de Barcelona –de cuyo gobierno forman parte– donde constatan el “esfuerzo negociador y la voluntad de llegar a acuerdos” que está haciendo la presidencia de TMB. El popular Alberto Fernández dejó en evidencia al republicano Alfred Bosch cuando hizo pública la contradicción. La teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, acabó de rematar a Bosch al recordarle que la propuesta rechazada por el comité de empresa fue presentada por el Departament de Treball de la Generalitat, liderado por la consellera Dolors Bassa... de ERC. Mientras tanto, una treintena de trabajadores del metro se hacían escuchar en la plaza Sant Jaume. Representantes del personal del Bicing, en huelga hasta final de mes, asistieron al salón de plenos e interrumpieron la sesión al grito de “Sí se puede, tú no quieres”.
La oposición en bloque pide la dimisión de la concejal Mercedes Vidal por la gestión de la huelga de metro