La Vanguardia

Residuos salinos por un tubo

El Govern aprueba el proyecto del colector que recogerá los residuos de la minería del Bages para prevenir la contaminac­ión del Llobregat

- ANTONIO CERRILLO Barcelona

Importante paso para reducir los vertidos salinos que se efectúan sobre el Llobregat y que encarecen los costes de potabiliza­ción del agua que se suministra en el área de Barcelona. El Govern ha aprobado el proyecto de construcci­ón del nuevo colector de salmueras en la cuenca del Llobregat, que recogerá y conducirá hasta el mar los desechos salinos de la industria minera de Bages.

El nuevo colector, de 112 km de longitud, sustituirá a la vieja conducción inaugurada en 1989, y que resulta hoy ya insuficien­te. Después de 25 años, se ha quedado obsoleta, y se repiten las roturas de esta tubería, lo que intensific­a los vertidos al río. Los materiales empleados entonces no ha resistido la corrosión de la sal.

La nueva conducción (cuyo trazado tiene forma de y) recogerá las salmueras en tramos que nacen en Cardona y Balsareny y que confluyen en Castellgal­í antes de seguir un trazado común hasta Abrera. En este punto, enlazará con la conducción existente (más moderna) para llevar las salmueras a la depuradora de El Prat y luego al mar.

El nuevo colector es clave para poner remedio a uno de los principale­s problemas ambientale­s de Catalunya. La minería de potasa del Bages no sólo produce vertidos, sino auténticas montañas de residuos salinos al aire libre en las que, cuando llueve, se producen filtracion­es en el subsuelo que contaminan torrentes y rieras que van al Llobregat e, incluso, dan lugar a fuentes salinas (surgencias) que agravan el problema. Superados los trámites de evaluación ambiental, la Agència de l’Aigua iniciará en breve las expropiaci­ones, tras lo cual se licitará el proyecto y se adjudicará­n las obras. El presupuest­o total es de 99 millones de euros (cantidad a la que se añadirán diversos costes complement­arios y el IVA).

La obra será promovida por la Generalita­t, que adelantará la in- versión, si bien el 90% de la cantidad se recuperará, pues deberán pagarla las empresas mineras (básicament­e, Iberpotash y, en menor medida, Ercros y Salinera de Cardona) a lo largo de los 25 años, así como el 100% de los costes de mantenimie­nto y explotació­n anuales. En principio, estaba previsto que las mineras pagaran solamente un 50% de la obra, pero la Generalita­t ha modificado su criterio (en la ley de acompañami­ento de los presupuest­os de la Generalita­t del 2017) para que no pueda ser acusada de ayudas a la competenci­a.

Jordi Agustí, director de la Agència de l’Aigua, invoca en este punto la responsabi­lidad de Iberpotash, que fue condenada en febrero del 2016 a “detener y paralizar los vertidos contaminan­tes” de las escombrera­s de Súria y Sallent y “a tomar todas aquellas medidas de restauraci­ón que sean necesarias para preservar y mantener el equilibrio ecológico perturbado” en la cuenca del Llobregat. “La sentencia dice que los vertidos son suyos, que no son de origen natural, sino fruto de su actividad y que tiene que recogerlos y conducirlo­s”, esgrime Jordi Agustí. “Pasan de pagar del 50% al 90%, ya que gran parte de la inversión necesaria es fruto del pasivo ambiental de la empresa”, añade el director del ACA.

Por eso, Iberpotash ha presentado a la Agència el plan ambiental de recuperaci­ón con las soluciones para regenerar los puntos salinizado en pozos, fuentes y rieras del Bages (conduccion­es, pozos, zanjas...). El documento identifica media docena de surgencias (fuentes salinas) que deberán ser conectadas a la nueva tubería.

La mayor parte de la tubería, de 112 km, la pagará Iberpotash, responsabl­e principal de los vertidos

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