La moda vuelve al MoMA
A los 70 años de la primera muestra, 111 piezas icónicas llegan al museo neoyorquino
Las camisetas blancas. Los Levi’s 501. Los relojes Casio. Las botas Dr. Martens. O el little black dress, el vestido negro que en su día popularizó Coco Chanel, así como prendas con una fuerte carga cultural como la kipá (casquete utilizado tradicionalmente por los hombres judíos), la kufiyya (pañuelo tradicional de Oriente Medio, de dibujos geométricos), el burka, el kimono y el sari. También se muestran las gafas aviador, el pantalón Capri, la chaqueta Mao, la falda lápiz, los tacones stilettos o las deportivas Converse All Stars. Y son sólo algunas de las 111 piezas icónicas de la moda que forman parte de una de las exposiciones más insólitas del MoMA de Nueva York, Items: is
fashion modern?, la segunda de moda en sus 87 años, después de la que organizó en 1944 precisamente bajo ese mismo título.
Con la pregunta ¿es moderna la moda? y ese centenar largo de objetos como respuesta, la muestra comisariada por Paola Antonelli se centra en piezas de uso en los últimos 116 años. Con ello se busca “mostrar el estereotipo, la personalidad prototípica de nuestra época, a través de su vestimenta”.
El próximo 1 de octubre se dará el pistoletazo de partida a la exposición, que permanecerá en el museo neoyorquino hasta el 28 de enero del 2018 y que es el fruto de larguísimos preparativos. De hecho, ya hace más de un año que el MoMA organizó un simposio en que participaron por profesionales y expertos en moda para diseñar el contenido, en el que también se incluye, por ejemplo, el Air de Nike, que –según el vicepresidente del departamento creativo de la casa– encajó perfectamente en la cultura popular porque el “diseño se inspira en ideas frescas”.
Cada elemento se mostrará junto “al estereotipo que lo impulsó, en el caso de que exista, y de los materiales originales y el contexto en el que nació”, explica Paola Antonelli. Todo, añade la comisaria de la muestra, con el objetivo de invitar a los nuevos talentos (ya sean ingenieros, fabri- cantes o diseñadores) a responder “a algunos elementos indispensables (como la piel en el caso del típico abrigo negro) con materiales sustitutivos de vanguardia, otros enfoques u otras técnicas”.
Será, en definitiva, un diálogo entre pasado y futuro para responder a la pregunta que da título de la exposición. Y la respuesta es difícil como demuestra la reflexión que plantea entre otros el artista y fotógrafo David Godlins, que se cuestionaba: “¿Son modernas las botas Dr. Martens?”. Para responderse: “Bueno, son los zapatos más usados por neonazis, punkies y jóvenes grunge. No puede haber nada más moderno que eso”.
Para facilitar las cosas, los objetos son los protagonistas y no los diseñadores como suele suceder. Así es más sencillo “exaltar las grandes relaciones entre la moda y la funcionalidad, etiquetas culturales, la estética, la política, el trabajo, las identidades, las economías, y la tecnología”, concluye Antonelli, que ha contado con la ayuda de Michelle Millar Fisher, ambas integrantes del Departamento de Arquitectura y Diseño del museo neoyorquino.
La camiseta blanca, las botas Dr. Martens, la falda lápiz o las gafas de aviador forman parte de la muestra