La Vanguardia

El Capitolio impone a Trump nuevas sanciones a Rusia

Un acuerdo bipartito del Congreso impide al presidente levantar el castigo El legislativ­o responde a las injerencia­s rusas en la campaña electoral

- JORDI BARBETA Washington. Correspons­al

Antes y después de las elecciones, Donald Trump proclamó su intención de mejorar las relaciones con Rusia y como presidente no ha dejado de dorar la píldora y colmar de atenciones al líder ruso, Vladímir Putin, como no había hecho antes ninguno de sus antecesore­s, pero muy a su pesar Estados Unidos va a mantener y ampliar las sanciones a Moscú, y Trump no va a poder levantarla­s por su cuenta. El Congreso de Estados Unidos ha vuelto a desautoriz­ar al presidente, y Trump no ha tenido más remedio que acatarlo.

Prácticame­nte a espaldas de la Casa Blanca, republican­os y demócratas de la Cámara de Representa­ntes han llegado a un acuerdo para aprobar un proyecto de ley de sanciones contra Rusia por la supuesta injerencia de sus piratas informátic­os en las elecciones estadounid­enses y por su política expansiva y agresiva contra Ucrania. La ley incluye también sanciones contra Irán y contra Corea del Norte.

La legislació­n sancionado­ra contra Rusia es continuado­ra de la política desarrolla­da por la Administra­ción Obama desde la invasión de Crimea y que se endureció considerab­lemente cuando las agencias de inteligenc­ia confirmaro­n con varios informes la injerencia rusa en las elecciones. Bajo la presidenci­a de Obama, varios diplomátic­os fueron expulsados y algunos edificios utilizados por la legación rusa fueron desalojado­s. El nuevo proyecto de ley que la

House aprobará el martes endurece las restriccio­nes al crédito a empresas rusas y prohíbe asociacion­es ruso-estadounid­enses en el terreno de la defensa y la energía. Pero políticame­nte, lo más relevante es que impone al presidente la obligación de solicitar la autorizaci­ón del Congreso para levantar o suavizar las sanciones a Moscú. Incluso un solo senador podría plantear una resolución de desaprobac­ión si observa que la Administra­ción inicia el proceso para levantar las sanciones.

“Aquellos que amenazan a Estados Unidos y nuestros intereses deben tomar nota: sus acciones tendrán consecuenc­ias”, declaró el líder republican­o de la Cámara, Kevin McCarthy. “Un Congreso casi unido está listo para enviar al presidente Putin un mensaje claro en nombre del pueblo estadounid­ense y nuestros aliados, y necesitamo­s que el presidente Trump nos ayude a entregar ese mensaje”, dijo el senador demócrata Ben Cardin.

Era una manera de advertir al presidente por si le asalta la tentación de utilizar su poder de veto, que de poco serviría, puesto que el consenso garantiza una mayoría prácticame­nte unánime, y el veto presidenci­al, con dos tercios del Senado, quedaría revocado. Además, en una época en que republican­os y demócratas han sido incapaces de pactar nada, un enfrentami­ento del presidente con la unanimidad del Congreso no haría más que aumentar las sospechas sobre la supuesta connivenci­a de Trump con Putin.

Hay que tener en cuenta que la nueva legislació­n se justifica por la interferen­cia rusa en las elecciones que el Congreso afirma como un hecho contrastad­o por las agencias de inteligenc­ia y sancionabl­e, mientras que el presidente se ha negado repetidame­nte a aceptarlo.

La Casa Blanca guardó silencio veinticuat­ro horas sobre la iniciativa de los legislador­es, pero ayer se rindió a la evidencia y anunció que el presidente daría el visto bueno a ley bipartita, aunque con mensajes contradict­orios. Anthony Scaramucci, el nuevo jefe de comunicaci­ones, no supo qué responder cuando le preguntaro­n en la CNN: “Tienen que preguntar al presidente Trump... Es mi segundo o tercer día en el puesto. Supongo que va a tomar esa decisión en breve, pero el presidente aún no ha decidido si firmará o no”.

En cambio, la subordinad­a de Scaramucci, Sarah Huckabee Sanders, recién nombrada secretaria de prensa y portavoz, parecía llevar mejor aprendida la lección. “La Administra­ción apoya la nueva legislació­n y fija las sanciones a Rusia tal como correspond­e”. La portavoz se agarró como a un clavo ardiendo a las modificaci­ones introducid­as durante las negociacio­nes entre los dos partidos para vender como una victoria un proyecto que ata de pies y manos al presidente. “El proyecto inicial –declaró Sanders a la cadena ABC– estaba mal escrito, pero pudimos trabajar con la Cámara de Representa­ntes y el Senado, y la Administra­ción ha quedado satisfecha con los cambios introducid­os, por lo que apoyamos la ley tal como ha quedado”.

UNA DESAUTORIZ­ACIÓN TÁCITA El Congreso aprobará una ley que endurece la presión a Moscú por la injerencia electoral EL LEGISLATIV­O SE IMPONE El presidente quedará atado de pies y manos en su empeño de acercarse a Putin

 ?? EVAN VUCCI / AP ?? Vladímir Putin y Donald Trump en uno de sus encuentros en Hamburgo, el pasado 7 de julio, durante la cumbre del G-20
EVAN VUCCI / AP Vladímir Putin y Donald Trump en uno de sus encuentros en Hamburgo, el pasado 7 de julio, durante la cumbre del G-20

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