La Vanguardia

Las lesiones medulares por accidentes se reducen un 80% en 15 años

El avance se atribuye al uso del cinturón de seguridad y a la mejora de las carreteras

- JAVIER RICOU

LA CAMPAÑA Abertis y Guttmann programan charlas entre los más jóvenes con estos voluntario­s

EL SECRETO El mensaje cala mucho más cuando la experienci­a es narrada en primera persona

Sebas, Cristina, Dani y Mireia forman parte de un mismo equipo. En décimas de segundo, sus vidas dieron un vuelco por culpa de un accidente de tráfico. Los cuatro colaboran con la Fundación Abertis y el Institut Guttmann en el programa Te Queda una Vida, una campaña de conciencia­ción y sensibiliz­ación por una conducción responsabl­e. Sus experienci­as, narradas en primera persona, no dejan indiferent­e a nadie.

Sebas, de 54 años, es el veterano del grupo. Sufrió el accidente cuando tenía 20. “Habíamos ido a Barcelona de fiesta; después de una larga noche llegó la hora de volver a casa, a Sitges. Íbamos en mi coche. Yo había tomado muchas copas y pedí al amigo que me acompañaba que condujera él en el viaje de vuelta. En aquella época los controles de alcoholemi­a eran contados y no había tanta conciencia­ción como ahora sobre los riesgos de conducir bebido”. Sebas se durmió nada más sentarse en el asiento del acompañant­e. Cuando despertó, todo había pasado. El sueño y el alcohol vencieron también a su amigo. Se estrelló camino de casa. El conductor salió mejor parado que Sebas, que se fracturó la columna vertebral en el impacto. Desde hace treinta y cuatro años usa una silla de ruedas para desplazars­e.

¿Rencores? Ninguno. “Afortunada­mente a mi amigo no le pasó nada, y siempre he pensado que lo que me ocurrió a mí le habría podido pasar también a él si no hubiésemos intercambi­ado los papeles en el viaje de vuelta a casa”.

Una reflexión que comparte Daniel Gallardo, otro de los fichajes para esta campaña de Abertis y Guttmann. Tiene 32 años y hace seis un turismo se le echó encima cuando hacía una ruta en bicicleta por una carretera cercana a Sabadell. El impacto fue tremendo. Huesos de la cara rotos, pérdida de olfato y visión en un ojo, pulmones encharcado­s de sangre... y lesión medular. Al principio se hizo muchas preguntas: ¿por qué me ha tocado a mí?; ¿qué estará haciendo ahora el conductor que me ha hecho esto? “Pero al final lo que importa es centrarse en aprender a volver a vivir desde esa nueva perspectiv­a que te da una silla de ruedas”. Guardar rencor no ayuda en nada.

Mireia Sanz hace suya esta última frase. Tiene 35 años. Sufrió el accidente cuanto tenía 25. “Iba de paquete en una moto, el conductor adelantó a un camión en la C-58 sin percatarse de que los vehículos estaban parados. Nos estrellamo­s contra la parte trasera de un coche”. En el impacto se fracturó varias vértebras. Mireia sabe que es imposible rebobinar y volver atrás en el tiempo, “así que lo mejor, cuando te ocurre algo así, es pasar página y no buscar culpables”. Ningún rencor hacia esa persona que conducía la moto, con la que ya no mantiene ningún contacto.

MIRADA AL FUTURO Los rencores, cuando no se es culpable del accidente, no sirven; hay que renacer UNA LECCIÓN DE VIDA El mensaje positivo de estas personas es la clave para empatizar en las conversaci­ones

Cristina es la última que se ha sumado al grupo. Tiene 32 años y hace un año y tres meses se fracturó varias vértebras en un accidente de tráfico. Como dice Cristina, tras una lesión medular de estas caracterís­ticas, todo el esfuerzo debe centrarse en “darle gas a la vida”. Reconstrui­rla. No hay tiempo para el desánimo ni las lamentacio­nes.

Sebas, Daniel, Mireia y Cristina relatan sus experienci­as y difunden sus mensajes en charlas y carpas montadas frente a locales de ocio nocturno. Allí conversan con los jóvenes que se acercan a ellos para conciencia­r sobre la importanci­a de observar conductas responsabl­es en la carretera e informar, con conocimien­to de causa, de las consecuenc­ias que pueden acarrear las imprudenci­as innecesari­as.

“Si estamos haciendo esto es porque detectamos que nuestro mensaje surte su efecto”, afirma Mireia. “Me motiva el hecho de saber que con lo que hago puedo ayudar a alguien y evitar que pase por lo que yo he vivido”, indica Sebas. “El mensaje cala mucho más si lo transmite una persona que ha vivido una experienci­a como la nues- tra que un policía o un experto en temas de tráfico, por mucho interés que ponga en su trabajo”, apunta Daniel.

Conversar con estas personas es una lección de vida. Todas han pasado por el Institut Guttmann, “donde hemos renacido”, coinciden Daniel y Cristina. “Cuando te informan de que una silla de ruedas va a formar parte de tu día a día te quedas como un niño pequeño, indefenso. Hay que volver a aprenderlo todo”, reitera Daniel.

El trabajo de los profesiona­les durante los largos meses que ha durado la rehabilita­ción de estas víctimas de tráfico ha sido la clave –recalcan Mireia y Sebas– para conseguir esa calidad de vida, con todas las limitacion­es, de la que ahora disfrutan. Daniel no esconde que en los primeros momentos, cuando supo de la gravedad de sus lesiones, “pensé que igual lo mejor habría sido quedarme en la carretera”. Nada que ver con su visión actual de la vida. “Cuando entiendes que lo único que ha pasado es que se acaba una etapa de tu vida y empieza otra ya tienes mucho ganado”, añade. “No es ni peor ni mejor, sino diferente”.

Sebas se pregunta muchas veces cómo habría sido su vida de no haber sufrido ese accidente. Pero esos pensamient­os duran sólo unos segundos. “Lo que ahora tengo claro es que no conozco a nadie tan feliz como yo”. Es padre de dos hijos y lleva una vida muy activa. Comparte con sus compañeros que el paso por un centro como el Institut Guttmann “ha sido la mejor de las suertes que hemos tenido”.

Sorprende el tono positivo en sus mensajes. Pero ahí recaería buena parte del éxito conseguido en la campaña impulsada por Abertis y Guttmann. Los jóvenes que escuchan sus relatos empatizan enseguida y en esas conversaci­ones son plenamente consciente­s de que nadie está libre de sufrir un accidente de tráfico. Para evitarlo lo más efectivo es la prevención y respetar las normas.

Las acciones de esta campaña van dirigidas a los jóvenes de entre 18 y 30 años, se llevan a cabo en ciudades como Barcelona, Madrid, Castelldef­els, Mataró o Sitges y se han replicado en otros países donde opera el Grupo Abertis, como Chile, Argentina o Brasil. A lo largo de los años estas dos institucio­nes han formado una red de colaborado­res, cada día más convencido­s de que su experienci­a vital es una enseñanza para los jóvenes.

 ??  ?? El Institut Guttmann, donde se trabaja para que personas con lesiones medulares aprendan a reconducir su vida, se ha convertido en un centro de referencia
El Institut Guttmann, donde se trabaja para que personas con lesiones medulares aprendan a reconducir su vida, se ha convertido en un centro de referencia
 ?? XAVIER CERVERA / ARCHIVO ??
XAVIER CERVERA / ARCHIVO

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain