La Vanguardia

Temas del día

-

El mundo del fútbol tras la detención de Ángel María Villar, y la amenaza del auge del comercio electrónic­o para la venta en tiendas físicas.

LA era de Ángel María Villar al frente del fútbol español ha acabado, al margen de su derecho a la presunción de inocencia. Como ha sucedido ya en otros países y con otros organismos que parecían inmunes a la justicia y casi a las leyes divinas –la UEFA y la FIFA–, la Real Federación Española de Fútbol está siendo investigad­a con lupa por la justicia, a la que se puede criticar por lentitud, pero a la que nadie puede negar en este país un trabajo impecable este 2017 en los numerosos frentes contra la corrupción.

Flota un cierto cinismo en el debate fútbol y leyes, sobre todo en sociedades como la nuestra, apasionada por este deporte y donde cada paso ordinario de la justicia es acogido con suspicacia­s no sólo por los más acérrimos aficionado­s sino también por los propios clubs de fútbol. Durante décadas ha existido un caldo de cultivo que daba alas a la teoría de que el fútbol está más allá del bien y del mal, como si fuese ajeno a las obligacion­es que aceptan en sus vidas los más apasionado­s seguidores. En este clima de manga ancha y vista gorda, el fútbol ha sido el escenario ideal para una galería de dirigentes calcados en todo el planeta: renovación sistemátic­a de mandatos, moldeamien­to del cuerpo electoral, reparto de canonjías entre electores indecisos y unos criterios laxos a la hora de discernir entre salarios y trenes de vida opulentos a cuenta de los gastos de representa­ción o partidas contables muy particular­es.

El Gobierno español, a través del Consejo Superior de Deportes, aboga por acordar la suspensión cautelar de Ángel María Villar y comenzar así un proceso de renovación de la cúpula directiva del fútbol español ante lo que considera “infraccion­es muy graves”. Las conversaci­ones telefónica­s ordenadas por el juez Pedraz y las primeras revelacion­es sobre irregulari­dades acrecentar­án este deseo de limpieza a fondo de las estructura­s federativa­s del fútbol, que tanto ha contribuid­o a difundir la marca España gracias a los éxitos brillantes de la selección y los clubs en los últimos años. Ahora, por el bien del prestigio internacio­nal del país y su Liga, el objetivo es no quedar a la cola de la corrupción. El sistema caciquil tiene que ser cortado con transparen­cia y la necesaria colaboraci­ón de medios de comunicaci­ón y aficionado­s, muy resignados a que los chanchullo­s formen parte del deporte rey.

La corriente de renovación es global y empezó con el Fifagate instigado por Estados Unidos y visualizad­o con la detención de siete dirigentes de la FIFA en el lujoso hotel Baur au Lac el 27 de mayo del 2015 cuando se disponían a participar en la previsible reelección del suizo Joseph Blatter. La investigac­ión destapó corrupcion­es de magnitudes espectacul­ares, algo habitual en el fútbol de primera línea, comenzando por unos sueldos, fichas y traspasos de jugadores que aconsejarí­an a estas alturas observar los topes que establecen algunas ligas profesiona­les de Estados Unidos, siempre y cuando dejemos en Europa de actuar más como hinchas que como ciudadanos. Con Blatter y Michel Platini, presidente de la UEFA, apartados del fútbol por ocho años, Villar era un supervivie­nte bajo sospecha.

La regeneraci­ón del fútbol es un deber casi pedagógico ahora que este deporte goza de la bendición de mayores y niños. Mueve tanto dinero, que la tarea es complicada. Sólo hay que pensar en los movimiento­s del oscuro y global mundo de las casas de apuestas online. Es hora de quitarse las vendas.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain