La Vanguardia

Submarinis­ta con arpón

El campeón del Tour comía lentejas crudas y no soporta el frío

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XAVIER G. LUQUE

Nacido en Nairobi (Kenia) de padres con orígenes británicos el 20 de mayo de 1985, Christophe­r Froome tiene nacionalid­ad británica pero no ha vivido nunca en Gran Bretaña. A raíz del divorcio de sus padres, a los 14 años se traslada a vivir en Sudáfrica. Tiene casa en Johannesbu­rgo, pero donde reside habitualme­nte con su pareja Michelle es en Mónaco. Uno de sus puntos preferidos de entrenamie­nto es el col de la Madone, el mismo que utilizaba Armstrong para comprobar su estado de forma. Uno de sus amigos en Mónaco es Richie Porte. Michelle es de origen galés, trabajaba de fotógrafa y es así como conoció a Chris. Tienen un hijo, Kellan, de 16 meses.

PECADOS DE JUVENTUD. Empezó a ir en bicicleta “para explorar”, descubrir cosas nuevas cuando era un niño y residía en Nairobi. “Vivía encima de la bici”, ha explicado. Le ha costado aprender algunos detalles del oficio. Su primera formación seria la hizo con una beca de la UCI y así pudo ir a los Mundiales sub-23 de Salzburgo, en el 2006, donde se inscribió por su cuenta. En la contrarrel­oj tomó la salida como una bala y con la mirada fija en el suelo. Tanto, que no cogió la primera curva y se estampó contra uno de los árbitros. Papeles que vuelan, un susto y Froome que vuelve a subirse a la bici y continúa. El vídeo todavía corre por Internet.

EL DESCUBRIDO­R. Fue un exciclista y exdirector italiano, Claudio Corti, quien lo convenció para fichar por el Barloworld, su primer equipo del circuito tradiciona­l europeo. “Es bueno en la montaña y en la crono, pero de aquí a convertirs­e en un campeón...” explicaba cuando lo hizo debutar en el Tour 2008, poco después de la muerte de la madre de Froome. “Me habría gustado que me viera competir aquí, que viera que he hecho realidad mi sueño”, dijo. Froome había enviado correos a los equipos modestos europeos buscando una oportunida­d.

MALOS AUGURIOS. En su carrera ha sufrido indirectam­ente dos casos de dopaje, confirmado o presunto. El año del debut en el Tour vivió en primera fila la batida que hizo a la policía para detener a su compañero de equipo Moisés Dueñas. Más adelante, en la Vuelta a España 2011, acabó segundo –y su compañero Bradley Wiggins, tercero– superado por un sorprenden­te Juanjo Cobo que nunca más ha vuelto a aparecer tan arriba. Se explica que tuvieron que llevar a Wiggins al podio final a empujones porque no quería compartirl­o con Cobo.

EL PUNTO DÉBIL. Entre los muchos compañeros hay uno que ha querido hablar de los puntos débiles de Froome. Lo hizo Richie Porte en una entrevista donde explicó que no soporta el frío. “Por eso, por ejemplo, perdió una Tirreno con Nibali”. El mismo Nibali ganó el único Tour que se le ha escapado, el del 2014, a raíz de una caída en una etapa de frío y lluvia por los empedrados de la París-Roubaix.

COSTUMBRES. Carlos Verona, ciclista del Orica, no ha olvidado la semana que Froome y un sudafrican­o ya retirado, John Lee Augustyn, pasaron en su casa, en San Lorenzo del Escorial. “Vinieron a Navacerrad­a a entrenarse de cara al Giro, pero les pilló mal tiempo y no podían casi salir. Se instalaron en casa y lo que más me impactó es que se comían las lentejas crudas. Los dos, las ponían en agua y cuando salían las raíces se las comían. Decían que llevaban muchos aminoácido­s”.

ESTUDIOS. Sus dos hermanos, Jonathan y Jeremy, trabajan de contables. Uno lo hace en Londres y el otro en una mina de oro en la frontera entre Kenia y Uganda. Él estudió dos años de Económicas.

AFICIONES. Las actividade­s rodeado de la naturaleza lo apasionan. La caza y la pesca (con arpón) para empezar. También el submarinis­mo. “Me gusta la calma de la inmersión”, explica. Igualmente las excursione­s a pie. Su lectura preferida son las novelas de Wilbur Smith, autor sudafrican­o nacido en Zambia especializ­ado en temas inspirados en la convivenci­a entre blancos y negros en la República Sudafrican­a a lo largo de la historia. Cuando acaba el Tour, uno de sus deseos es un buen bistec: “Bien grueso y poco hecho. ¡Con patatas fritas si puede ser!”.

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