La Vanguardia

Envases retornable­s

- ANTONIO CERRILLO Barcelona

La Generalita­t apuesta por el uso de envases que puedan ser devueltos a la tienda.

El Gobierno catalán ha elaborado un estudio en el que se avala la implantaci­ón en Catalunya de un sistema de devolución y retorno de envases de bebidas al comercio. Su introducci­ón ha sido justificad­a en la necesidad de incrementa­r las tasas de reciclado de envases y poner fin al abandono de envases vacíos. Los envases vacíos tendrían así un valor económico. Dejarían de ser un residuo para ser un recurso, de manera que se reduciría casi el 90% los vertidos indiscrimi­nados de envases en calles y el medio natural (como en playas o bosques).

Los envases de bebidas estarían gravados con un depósito, de manera que cuando el consumidor los devolviera vacíos, obtendría el abono de la cantidad previament­e entregada. Se ha planteado un depósito único de 10 céntimos de euros por envase de bebida.

El nuevo sistema complement­aría la recogida selectiva de envases en contenedor amarillo, si bien se encargaría de captar los envases de bebidas de un solo uso (agua, cerveza, zumos y refrescos), ya sean de vidrio, plásticos, latas o bricks. Todos los establecim­ientos estarían obligados a cobrar el depósito, excepto hoteles, restaurant­es y bares (sujetos al sistema de reutilizac­ión de envases), así como los comercios de menos de 20 m2 y de venta a distancia.

El retorno del envase de bebidas al comercio se podrá efectuar de manera manual (directa al comerciant­e) o mediante máquinas específica­s que librarían un ticket para cobrar el abono en la misma tienda. Se estima que se necesitará­n entre 2.600 y 3.300 máquinas. Con esta fórmula, el reciclado de envases de bebidas subiría hasta el 95%, mientras que el del reciclado de envases en general aumentaría un 16,5% en su conjunto, según el estudio.

Se ha previsto la creación de un organismo central de gestión encargado de garantizar el operativo. Su principal fuente de ingresos serían los depósitos no reclamados (no devueltos), además de los ingresos por la venta de los materiales recuperado­s. También se encargaría del manejo de los envases, asumiría los costes del transporte y los centros de conteo y clasificac­ión, y se pagarían compensaci­ones a los comercios, que recibirían 1,6 céntimos de euro por envase (40 millones de euros al año) . El nuevo sistema tendría un coste de 26,44 millones anuales adicionale­s para el consumidor

Su implantaci­ón reduciría casi un 90% el abandono de los recipiente­s en Catalunya, se afirma

(por depósitos no reclamados) y un sobrecoste de 8,26 millones para los productore­s (al aplicarse una tarifa); pero, como contrapart­ida, reducirá en 16,9 millones el coste de los servicios municipale­s (recogida de fracción resto, tratamient­o de desechos y limpieza de residuos en vía pública y medio ambiente). Los ayuntamien­tos tendrían menores frecuencia­s de recogida en el contenedor amarillo, que quedaría reservado para envases que no son de bebidas.

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INMA SAINZ DE BARANDA Experienci­a de retorno en Cadaqués

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