La Vanguardia

Con ‘Despacito’ no se juega

- ENRIQUE FIGUEREDO Barcelona

La utilizació­n por diferentes regímenes políticos de la cultura, las artes, la música con fines propagandí­sticos no es algo nuevo. Pintores o músicos de cámara se servían de su destreza para cantar las alabanzas, a menudo exageradas en positivo, de nobles y monarcas a cambio, generalmen­te, de buenos emolumento­s. Sólo maestros de la talla de Goya lograban convencer a una familia real en decadencia de la espectacul­aridad de su retrato coral y a la vez lanzar una mordaz crítica perceptibl­e sólo para algunos. En el retrato de la familia de Carlos IV no situó al rey en el centro del cuadro sino a su esposa, la reina María Luisa. Era ella y no el indolente hijo del ilustrado Carlos III la que ejercía la gobernanza del país, junto al valido, Manuel de Godoy, su confidente y hombre de íntima confianza.

La cultura de masas ayudó a considerar las artes como gran herramient­a política de la que los gobiernos podían servirse para conducir un país hacia un régimen autoritari­o y criminal –cine nazi, por ejemplo– o para cambiar su estado de ánimo, como con el cine de Frank Capra que, con aquellas comedias románticas, endulzaba una realidad deprimente tras el crac económico del 29.

El uso del presidente venezolano, Nicolás Maduro, de la canción Despacito, el éxito planetario del momento, la canción más escuchada en internet de la historia, es segurament­e más una versión tropical y con ribetes bananeros de un tema de gran popularida­d que un sofisticad­o plan que, de rebote, puede hacer que aumenten los ingresos por derechos de autor de sus compositor­es o intérprete­s. Maduro y sus colaborado­res se sirven del fenómeno global que es Despacito –incluso Justin Bieber ha hecho una versión del archifamos­o tema– para convencer al pueblo venezolano de que las elecciones constituye­ntes que ha convocado son buenas para el país y que debe ir a votar el mayor número de ciudadanos posible. La campaña transcurre rapidito, aunque menos de lo que querrían los oficialist­as, mientras la oposición no abandona las calles de las ciudades de todo el país, y especialme­nte de la capital caraqueña, en señal de protesta permanente por el rumbo autoritari­o que ha tomado la presidenci­a del chavista Nicolás Maduro.

La adaptación madurista del tema compuesto por la panameña Erika Ender ha consistido principalm­ente en sustituir la erotizante letra del Despacito original por otra también persuasiva, a la vez que panfletari­a, encaminada a hacer un llamamient­o al voto y, a la vez, criticar a la oposición cuando, por ejemplo, se pide que se cambien las balas por los votos insinuando que son los que protestan los responsabl­es de la violencia en el país. “Ejerce tu voto en vez de las balas, ve con tus ideas siempre en paz y en calma”, se canta en uno de los versos del Despacito chavista.

Más de 100 personas han fallecido desde que el año pasado se iniciara la campaña de protestas contra el régimen de Maduro, que día a día ha ido ganando intensidad y frecuencia, y que obtuvo uno de sus recientes éxitos con la liberación del líder opositor Leopoldo López el pasado 8 de julio. López actualment­e cumple condena bajo arresto domiciliar­io y ha dejado la prisión.

A los cantantes Luis Fonsi y Daddy Yankke, ambos portorriqu­eños e intérprete­s del exitoso tema original, no les ha hecho ninguna gracia que Maduro y su equipo se hayan servido de su canción y, de algún modo, los haya colocado en mitad de la contienda política venezolana. “Mi música es para todos aquellos que quieran escucharla y disfrutarl­a, no para usarla como propaganda que intenta manipular la voluntad de un pueblo que está pidiendo a gritos su libertad y un mejor futuro”, aseguró Fonsi en un mensaje publicado en su cuenta de Instagram.

En un mensaje también en su cuenta de esta misma red social, Daddy Yankee ha señalado que Maduro se ha apropiado “ilegalment­e” de esta canción, en lo que considera una “burla” para el pueblo venezolano. “Con ese nefasto plan de mercadeo, usted sólo continuará poniendo en evidencia su ideal fascista, que ha matado a cientos de héroes y (causado) más de 2.000 heridos”, afirma el intérprete, que empezó en la música como rapero.

Maduro presentó la versión chavista de la canción de Fonsi y Yankee en su último programa de televisión de los domingos. Las elecciones convocadas por el presidente se tienen que celebrar este domingo, 30 de julio, para elegir una Asamblea Nacional Constituye­nte que redacte una Carta Magna.

Maduro enoja a Luis Fonsi y Daddy Yankee al promover una versión chavista de su famosa canción La nueva letra venezolana contiene llamamient­os al voto en las elecciones constituye­ntes

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LYNNE SLADKY / AP Un fenómeno global. Luis Fonsi y Daddy Yankee en plena actuación en Florida
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