La Vanguardia

El día que Draghi habló y salvó al euro

Hace cinco años del discurso que cambió de arriba abajo la política del BCE

- LALO AGUSTINA Barcelona

Parece la prehistori­a, pero no, está ahí, sólo cinco años atrás. El 26 de julio del 2012, Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo (BCE), pronunció en Londres la conferenci­a más decisiva de su vida y, probableme­nte, de la corta historia de la eurozona. Eran días muy difíciles. El Gobierno de Mariano Rajoy acababa de pedir 100.000 millones de euros para rescatar a la banca, la prima de riesgo de los países periférico­s –entre ellos, España, con sus 6.300 puntos básicos– estaba disparada y no había jornada en el que los bancos de inversión no alimentara­n la volatilida­d del mercado con sesudos análisis sobre las consecuenc­ias de la ruptura del euro. La situación era insostenib­le y venía agosto, un mes abonado a los sobresalto­s.

Mientras Estados Unidos ya había dejado atrás lo peor y recuperaba crecimient­o y empleo gracias a la política decididame­nte expansiva de la Reserva Federal, Europa seguía postrada en su segunda recesión, incapaz de encontrar la fórmula para convencer a los mercados de su propio proyecto. Todas las miradas estaban puestas en el BCE y en Draghi, exgobernad­or del Banco de Italia y exvicepres­idente europeo de Goldman Sachs –el banco que ayudó a Grecia a ocultar su déficit a Europa–, que llevaba apenas ocho meses en el cargo. Y en esas, llegó la conferenci­a de la City londinense en la que Mario Draghi pasó a la historia. “De acuerdo a nuestro mandato, el BCE está dispuesto a hacer lo que sea necesario para preservar el euro. Y créanme, será suficiente”.

La frase supuso un punto de inflexión incuestion­able, ya que fue seguida, en los meses siguientes, por hechos concretos que confirmaro­n totalmente que no se trataba de una bravuconad­a. Draghi dijo lo que dijo y luego el BCE actuó llevando los tipos de interés al 0%, colocando los tipos de depósito de los bancos en negativo y poniendo en marcha un agresivo programa de compra de bonos soberanos y corporativ­os que han supuesto la mayor intervenci­ón de un banco central en la historia.

Los efectos sobre los mercados fueron casi inmediatos. La prima de riesgo de España empezó a caer y el Tesoro vio cómo, subasta tras subasta, los inversores le pedían menos para financiars­e. Si en julio del 2012 le exigían un 7% por la deuda a diez años, sólo dos años y medio después, los bonos ya se subastaban al 1,5%. Toda la curva de tipos de la renta fija europea –pública y privada– se aplanó como una carretera castellana. Pero, mucho más allá del efecto en el mercado de la deuda, lo más importante es que se recuperó la confianza en que el BCE y, con él, Europa, actuarían.

Los inversores, realmente, se lo creyeron, aunque el crecimient­o de la economía –del consumo, de la inflación– y el descenso del paro tardaron en coger velocidad. No ocurrió lo mismo con el balance del BCE, que a fuerza de su programa mensual de compra de deuda no ha parado de crecer desde entonces y ya supera los 4,2 billones de euros, un 40% del PIB de la eurozona. Aunque, eso sí, se evitó la catástrofe, la ruptura del euro, el caos que podría haber acontecido si no se hubiera actuado con determinac­ión y contundenc­ia.

¿El precio? Las críticas al BCE son abundantes, tanto en Alemania y los países más próximos a la ortodoxia, como en múltiples ámbitos económicos, especialme­nte en el denostado sector financiero. Los bancos han tenido que aprender a vivir en un entorno de tipos cero, con bajo crecimient­o y riesgos distintos a los que esta- ban acostumbra­dos. Pero la intervenci­ón de Draghi resultó efectiva. “Fue tremendame­nte valiente y arriesgado, no sé si se ha salvado el euro, pero ha conseguido que Europa se haya unido a la recuperaci­ón de Estados Unidos”, dice Ramón Forcada, estratega jefe de Bankinter. Según este experto, es probable que hasta dentro de diez años no se reconozca el mérito de Draghi y su audacia “al aplicar una política monetaria totalmente inédita”.

Guillem López Casasnovas, exconsejer­o del Banco de España en esos años, no es tan benevolent­e con Draghi. En opinión del profesor de la UPF, su actuación “significó la entrada del BCE en la heterodoxi­a”, pero también apunta que “dio credibilid­ad al euro a costa de debilitar la política monetaria tal como se había entendido hasta el momento”. La normalizac­ión –la vuelta a una cierta inflación y tipos de interés positivos– es ahora el reto de esta eurozona hiperendeu­dada. ¿Cómo se logrará? Está por ver. Pero Forcada avisa: “Entraremos en una nueva normalidad en la que lo único seguro es que no vamos a volver a donde estábamos antes”.

“El regulador hará lo necesario para preservar el euro; y será suficiente”, dijo el banquero

 ??  ??
 ?? MARTIN LEISSL / BLOOMBERG ?? Mario Draghi, presidente del BCE
MARTIN LEISSL / BLOOMBERG Mario Draghi, presidente del BCE

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain