Los partidos acusan al supervisor de pasividad ante la gestación de la crisis
me, ¿qué es lo hay que hacer?, ¿hay que legislar más?’, ni para criticar ninguna de nuestras medidas”. Al tiempo que rechazó que tanto Rato como Solbes cuestionaran las provisiones anticíclicas, sí reconoció haber recibido “muchísimas llamadas” de la banca para quejarse del endurecimiento de las exigencias de capital. Eso sí, Jaime Caruana reconoció ayer que “en el último momento” –por tanto, cuando coincidió con el ministro Pedro Solbes–, “me fui con cierta frustración de que no hubiesen hecho más caso al Banco de España”.
A pesar de los argumentos expuestos, todos los partidos del arco parlamentario, incluido el Partido Popular, le acusaron de haber negado la existencia de una burbuja inmobiliaria, no haber controlado los desmanes de parte de la banca (preferentes, tasaciones, hipotecas por encima del 80% del valor del inmueble), así como de no haber planteado más medidas al Gobierno, más iniciativas legislativas para controlar los problemas con el crédito. El ahora director general del Banco de Pagos Internacionales se remitió a distintos discursos pronunciados como gobernador y a documentos del Banco de España para rebatir esas acusaciones. Y llegó a pedir que no se confundiera el tono “moderado, quizás excesivamente burocrático” con “falta de inquietud”. Según detalló, antes de llegar a ser gobernador, en el 99, ya comenzó a hablar de los riesgos del crecimiento rápido del crédito y en el 2003, el Banco de España alertó por primera vez del recalentamiento de los precios de la vivienda.
En varias ocasiones, salió a relucir la polémica carta de los inspectores del Banco de España del 2006 contra la gestión de Caruana. El exgobernador aseguró que la misiva hacía referencia al fuerte crecimiento del crédito bancario, algo que “preocupaba” a la institución desde hacía años. Además, les criticó por no haber anticipado, como le ocurrió al propio supervisor, la crisis de solvencia de las entidades de crédito.
También hubo un último dardo dedicado a Linde, quien precisamente en la comparecencia que inauguró la comisión había centrado buena parte de su corta lista de errores del organismo en la época de Caruana. Este hizo referencia a la falta de”persuasión” reclamada por Linde hace unos días en el Congreso. “Si alguien se cree que con persuasión se podía haber llegado al nivel de capitalización que se requería o el nivel de recursos propios para hacer frente a lo que venía, creo que hay una desproporción en el orden de magnitud muy elevada”, remachó Caruana.