El Parlament aprueba la vía de la desconexión exprés
La ley que pretende avalar el referéndum se podría votar el próximo 6 de septiembre
La reforma del reglamento del Parlament de Catalunya que facilita la aprobación de leyes por lectura única salió adelante ayer con los votos de Junts pel Sí y la CUP. Esta reforma facilitará la votación, probablemente el día 6 de septiembre, de la ley que pretende avalar el referéndum del 1 de octubre.
La actividad del Parlament, que empieza vacaciones el martes, se reanudará el 16 de agosto y en el primer pleno del 6 de septiembre se podrá aprobar la ley que ha de dar cobertura legal al referéndum de independencia. Esta ley, como otras, se podrá tramitar aunque sólo la presente un grupo y podrá salir adelante tras un único debate: ese día, para dificultar recursos, y gracias, tan sólo, a la mayoría que suman los partidos independentistas.
Todo esto será posible después de que el Parlament aprobara ayer un nuevo reglamento que facilita el uso de la aprobación de leyes por lectura única. La iniciativa prosperó gracias a los 71 votos de Junts pel Sí y la CUP, que contaron también con el apoyo del exdiputado de la coalición Germà Gordó. El conjunto de la oposición rechazó una polémica modificación de la que, dijeron, temen el uso que se puede hacer de la lectura única. Consideran que rompe las reglas del Parlament y las democráticas al simplificar en exceso el debate.
Y eso que, finalmente, la posibilidad de aprobar leyes por lectura única no será tan rápida como se pretendía en un principio. La abstención de la CUP y el apoyo de toda la oposición a una enmienda del PSC hicieron que prosperase la obligación de que, antes de sea votada en el pleno, una proposición se deba al menos publicar en el Boletín Oficial del Parlament. También que pase por la Mesa antes de su admisión a trámite. En el fondo, no cambia nada: los independentistas tienen igualmente mayoría, pero no será todo tan rápido.
Otra de las pocas enmiendas que también prosperaron, gracias al apoyo de la CUP, fue una presentada por JxSí que especifica que una proposición de ley pueda ser aprobada en lectura única “si la naturaleza del proyecto lo aconseja o la simplificación de la formulación lo permite”. Una precisión que, según el portavoz adjunto de la coalición, Roger Torrent, hace que el nuevo reglamento sea “perfectamente estatutario y constitucional” al cumplir lo que fijó el Consell de Garanties Estautàries: que la lectura única se limite en casos en que la “simplicidad” de la norma lo permita.
¿Dar respaldo legal a un referéndum unilateral es una norma simple? Esa esa la cuestión. Según la oposición, no. La CUP tan sólo remarcó que su apoyo a la modificación del reglamento es para que se pueda celebrar la consulta. JxSí eludió concretar mucho más, a pesar de la persistencia del diputado de Cs José María Espejo-Saavedra, que hizo más de media docena de veces la misma pregunta a Torrent: “¿La modificación de este reglamento es para aprobar la ley de referéndum y la de transitoriedad jurídica?”.
JxSí y la CUP ejercen su mayoría en el hemiciclo para rechazar decenas de enmiendas
La oposición alerta del uso poco democrático que se puede hacer de la lectura única
“A nosotros no nos da miedo que los catalanes puedan votar”, se limitó a decir en un momento de su intervención Torrent.
Antes de la aprobación de la modificación, se descartaron, gracias a los votos de JxSí y la CUP, decenas de enmiendas presentadas por Cs, PSC, Catalunya Sí que es Pot y el PP. Algunas pedían que la aprobación por lectura única requiriese el respaldo de una mayoría de dos terceras partes; o que no se pueda aplicar en iniciativas que atañen al Estatut, o, por ejemplo, en las leyes de naturaleza presupuestaria. El más restrictivo fue el PP, que solicitó, sin éxito, que la lectura única sólo se pudiera aplicar a proyectos o proposiciones de ley con una “escasa relevancia política o social”.
La modificación de reglamento se aprobó. PP y Cs pedirán amparo al Tribunal Constitucional. El PSC lo hará si la lectura única se utiliza para el objetivo para facilitar el referéndum o la aprobación de las leyes de desconexión.